El trabajo de UNICEF Ecuador en educación
Por Natalio Carrasco García, cooperante vasco que participa en el Programa de Educación de UNICEF Ecuador
Ecuador es uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, hecho que también se refleja en sus gentes, ya que en el país habitan 14 nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano y el mestizo. La belleza de sus paisajes y la cordialidad de sus gentes contrasta, sin embargo, con otra faceta menos amable: Ecuador es una sociedad desigual.
En 2006 el 20% de la población más rica accedía al 55% del consumo nacional, mientras que el 20% más pobre solo consumía el 5%. El país experimentó entre los años 1995 y 2000 uno de los empobrecimientos más acelerados en la historia de América Latina, que vino acompañado de una mayor concentración de la riqueza, lo que se tradujo en un aumento masivo del desempleo, reducción de inversiones sociales, inseguridad ciudadana, deterioro de la calidad de vida y desconfianza en las oportunidades que brinda el país. Una de las consecuencias más destacables de esta situación fue la masiva migración de personas ecuatorianas hacia España y Estados Unidos principalmente, e Italia en menor medida. Pese a que la situación política y social del país se ha estabilizado y a pesar de la ayuda fundamental que significan las remesas, todavía muchas familias continúan privadas de sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, educación y salud, siendo los niños, niñas y adolescentes los principales perjudicados.
Y es que Ecuador es una nación de gente joven. La población menor de 18 años representa el 41% de los más de 12 millones de habitantes que pueblan el territorio. En este contexto, UNICEF Ecuador desarrolla su labor promoviendo los derechos de la niñez y apoyando la provisión de servicios sociales básicos de salud, nutrición, educación, desarrollo infantil y protección, además de atender directamente a la niñez cuando está en situaciones de emergencia. Se hace camino al andar Mi labor se ha desarrollado principalmente en elárea de Educación de UNICEF Ecuador, donde he tenido la oportunidad de colaborar en programas destinados a mejorar las condiciones de aprendizaje de la infancia ecuatoriana, especialmente entre las zonas rurales del país. Aunque la situación ha mejorado durante los últimos años, especialmente en el aumento de la tasa de matriculación escolar primaria, continúa existiendo un elevado índice de abandono escolar, ya que solo la mitad de los niños y niñas que terminan el ciclo primario finalizan la educación secundaria. Por este motivo UNICEF continúa apoyando a las instituciones ecuatorianas para lograr que la niñez ecuatoriana curse al menos 10 años de educación. La nueva Constitución aprobada en 2008 supuso un avance para el sistema educativo del país al considerar la educación como un área prioritaria de la política pública y de la inversión social, teniendo como principios la educación pública universal, laica y gratuita hasta el tercer nivel de educación superior inclusive. El Gobierno ecuatoriano ha realizado importantes esfuerzos financieros e institucionales para mejorar el sistema educativo, y si bien el país ha experimentado importantes progresos en cuanto a la inclusión de niñas y niños en el sistema educativo, sin duda algunaexisten grandes desafíos para lograr la inclusión de los grupos más vulnerables y un gran reto a nivel general por mejorar las condiciones y calidad de los aprendizajes. Paralelo al trabajo con las entidades gubernamentales a nivel nacional,UNICEF trabaja con la institucionalidad pública local en zonas especialmente vulnerables, apoyando proyectos bajo la directriz de la inclusión escolar en territorios amazónicos, sierra (especialmente en comunidades indígenas), frontera norte (apoyando tanto a niños y niñas de Ecuador como a refugiados colombianos), litoral ecuatoriano (emergencias por inundaciones) y Esmeraldas (afrodescendientes). Por último, cabe señalar que existe también un déficit de personal e infraestructura educativa, lo que se traduce en que haya escuelas y colegios saturados. Todo ello merma la capacidad del país para brindar y garantizar el derecho a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes ecuatorianos.