¿Qué es un huracán? | Tipos y respuesta humanitaria

Impacto que produjo el huracán Beryl en la isla de Jamaica. © UNICEF/UNI609987/Rowe
19/03/2025
Los huracanes son fenómenos naturales que afectan a millones de personas cada año. Su impacto puede ser devastador, especialmente para las comunidades más vulnerables, incluyendo niños, niñas y adolescentes.
Qué es un huracán y cómo se produce
Un huracán es un fenómeno meteorológico que se forma en los océanos tropicales cuando las aguas cálidas y la atmósfera interactúan de manera intensa. Se originan por la liberación masiva de energía en la atmósfera debido a las altas temperaturas del agua, generando fuertes vientos, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas (inundación costera).
Cuando el viento de estas tormentas alcanza velocidades superiores a los 120 km/h, adquiere la clasificación de huracán.
El impacto de un huracán resulta devastador para las comunidades afectadas, causando destrucción en infraestructuras, afectando gravemente el entorno natural y poniendo en riesgo la vida de miles de personas.
Tipos de huracanes y sus características
Los huracanes se clasifican por su intensidad utilizando la escala de Saffir-Simpson, que mide la velocidad de sus vientos y el daño potencial que pueden causar. Esta escala tiene cinco categorías:
Categoría | Velocidad del viento | Descripción |
1 | 119-153 km/h | Vientos fuertes que causan daños leves a estructuras. |
2 | 154-177 km/h | Daños moderados en edificios y riesgo para árboles. |
3 | 178-208 km/h | Daños significativos; estructuras débiles sufren daños severos. |
4 | 209-251 km/h | Daños graves; algunas viviendas pueden quedar destruidas. |
5 | Más de 252 km/h | Daños catastróficos; muchas áreas pueden quedar inhabitables. |
Esta clasificación permite a las autoridades y a la población prepararse adecuadamente según la magnitud del fenómeno.
También se pueden clasificar los huracanes teniendo en cuenta su origen:
- Tropicales: son los más comunes y se forman en mares de aguas cálidas. Pueden variar de tormentas tropicales a huracanes de categoría 5.
- Huracanes extratropicales: aunque hasta ahora han sido menos frecuentes, pueden formarse en latitudes más altas y suelen tener características distintas, como un núcleo frío.
Algunos efectos indirectos de actividades humanas, como el cambio climático, han intensificado las tormentas tropicales, haciendo que los huracanes sean más frecuentes y destructivos.
Medidas de prevención ante un huracán
La prevención protege y salva vidas. Por ello no está de más saber cómo prepararse para un huracán. Algunas medidas que se pueden tomar son:
- Tener un kit de emergencia listo con alimentos no perecederos, agua, medicinas y documentos importantes.
- Identificar los refugios seguros en tu comunidad.
- Realizar simulacros de evacuación y mantenerse informado a través de fuentes oficiales.
- Asegurar puertas, ventanas y techos para minimizar daños en las viviendas.
- Mantenerse en lugar seguro hasta que el huracán pase.
Efectos nocivos de un huracán para las personas y el entorno
Los huracanes tienen un impacto devastador tanto en las personas como en el medio ambiente. Entre los efectos más comunes están:
- Físicos: además del riesgo de la supervivencia, puede haber daños graves en infraestructuras, viviendas y sistemas de transporte y de suministro de energía.
- Emocionales: estrés postraumático, miedo persistente y ansiedad, especialmente en niños, niñas y adolescentes.
- Ambientales: deforestación, contaminación del agua y pérdida de biodiversidad.
Además de las pérdidas humanas, los huracanes dejan un impacto duradero en las comunidades afectadas, dificultando su recuperación.
Reconstrucción y recuperación después de un huracán
La reconstrucción tras un huracán se centra en restaurar infraestructuras esenciales como viviendas, carreteras y sistemas eléctricos, además de brindar asistencia humanitaria con alimentos, agua y atención médica.
Organizaciones como UNICEF también ofrecen apoyo psicosocial para mitigar el impacto emocional en niños, niñas y adolescentes. Además, apostamos por “reconstruir mejor”, que implica no solo reparar daños, sino también crear comunidades más resilientes, con viviendas más seguras y planificación urbana sostenible, colaborando entre gobiernos, organizaciones y la población afectada.
El huracán Beryl arrasó Granada, provocando fuertes vientos, marejadas ciclónicas y fuertes lluvias que dañaron espacios seguros para los niños, incluidos hogares y escuelas. © UNICEF/UNI605344/Ogilvie
Respuesta humanitaria de UNICEF ante un huracán
Ante una catástrofe de este tipo, UNICEF lleva a cabo una evaluación inicial para identificar las necesidades más urgentes de la infancia. A partir de estos resultados, se organiza una respuesta rápida y efectiva, centrada en las áreas clave que impactan a los niños y niñas: acceso a agua potable y saneamiento, atención médica y nutrición, educación y protección infantil.
Estas acciones incluyen:
- Distribución de suministros básicos como alimentos, agua potable y kits de higiene.
- Establecimiento de refugios seguros para familias desplazadas.
- Apoyo psicosocial para las personas afectadas, especialmente para la infancia, que es más vulnerable.
- Durante el proceso de reconstrucción se reparan las escuelas para garantizar la continuidad educativa, uno de los derechos fundamentales de niños y niñas.
La rápida intervención humanitaria es esencial para salvar vidas y reducir los impactos a largo plazo en las comunidades.
Impacto de los huracanes en la infancia y la adolescencia
Los huracanes afectan gravemente a niños, niñas y adolescentes. Para ellos, el impacto no solo se limita a la pérdida de hogares o pertenencias, sino que también altera profundamente su estabilidad emocional, su educación y su sentido de seguridad.
Con frecuencia, los huracanes destruyen espacios clave como escuelas y áreas recreativas, fundamentales para su desarrollo, y los exponen a riesgos como la separación de sus familias o la falta de acceso a servicios básicos esenciales.
Las principales consecuencias incluyen:
- Interrupción de la educación debido a daños en escuelas.
- Pérdida de protección familiar en casos de desplazamiento.
- Altos niveles de estrés y ansiedad.
Es necesario priorizar la protección de la infancia durante y después de un huracán para garantizar su bienestar a largo plazo.
Mitigación de riesgos sísmicos y construcción resiliente
La construcción resiliente es una estrategia necesaria para mitigar los riesgos de huracanes en las zonas más propensas a sufrirlas.
Algunas medidas incluyen:
- Construir viviendas y edificios con materiales resistentes a vientos fuertes.
- Implementar una planificación urbana acorde al área afectada.
- Promover sistemas de drenaje eficientes para reducir inundaciones.
- Inversión en la prevención tanto en infraestructuras como en recursos humanos de auxilio ante emergencias climáticas.
Huracanes en el contexto de cambio climático y desastres naturales
El cambio climático provocado por el calentamiento global ha aumentado la frecuencia e intensidad de los huracanes. Cada año se elevan las temperaturas oceánicas, potenciando estos fenómenos climatológicos. Por ello, es esencial que gobiernos e instituciones aborden la gestión integral de riesgos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigando su impacto.
Preguntas frecuentes sobre huracanes
Toma estas precauciones para mantenerte a salvo durante un huracán: busca refugio en un lugar seguro, preferiblemente en una habitación interior sin ventanas. Mantente lejos de puertas y cristales que puedan romperse con los vientos huracanados. Si estás en un edificio de varios pisos, elige un piso intermedio, ya que los bajos pueden inundarse y los altos están más expuestos a los vientos. Además, mantente informado a través de fuentes oficiales y ten preparado un kit de emergencia con lo esencial para cualquier imprevisto.
Puedes marcar la diferencia incluso desde lejos. Puedes realizar donaciones a organizaciones humanitarias reconocidas, como UNICEF, que cuenta con un fondo de emergencias. También es fundamental compartir solo información que haya sido verificada sobre las necesidades de las víctimas. Si dispones de tiempo o experiencia, puedes participar como voluntario en iniciativas locales de recaudación de fondos o campañas de concienciación para ayudar a quienes más lo necesitan.
Aunque ambos son desastres naturales, un huracán y un tsunami tienen causas y características completamente diferentes. Los huracanes son tormentas tropicales intensas que se forman sobre océanos cálidos y producen fuertes vientos, lluvias torrenciales e inundaciones. En cambio, los tsunamis son olas gigantes provocadas generalmente por terremotos, erupciones volcánicas o deslizamientos submarinos, que se desplazan rápidamente por el océano y causan devastación al llegar a la costa. Mientras que los huracanes son fenómenos atmosféricos, los tsunamis son eventos geológicos.
Después de un huracán, es esencial mantener la calma y tomar precauciones para garantizar tu seguridad. Evita las zonas inundadas y las áreas donde pueda haber escombros o estructuras inestables. Verifica los daños en tu hogar con cuidado y asegúrate de que no haya riesgos adicionales, como fugas de gas o electricidad. No consumas agua de grifos o fuentes hasta que se confirme que es potable. Ten una linterna a mano, ya que los cortes de energía son comunes, y mantente informado a través de canales oficiales.
Un kit de emergencia debe contener artículos esenciales para sobrevivir durante las primeras horas o días tras un huracán. Asegúrate de incluir alimentos no perecederos, agua suficiente (al menos 3 litros por persona al día), medicamentos básicos, una linterna con pilas extra, cargadores de móvil y documentos importantes en bolsas impermeables. También es recomendable incluir una radio con pilas, artículos de higiene personal y ropa de cambio.
Las escuelas y otras instituciones educativas tienen un papel fundamental en la protección de niños, niñas y adolescentes ante la amenaza de un huracán. Además de realizar simulacros de evacuación, deben contar con planes de emergencia bien establecidos para proteger a los estudiantes, el personal y las familias. Es importante que los centros educativos también ofrezcan programas de educación en gestión de crisis, para enseñar a los niños, niñas y sus familias cómo prepararse adecuadamente antes, durante y después de un huracán.