¿Qué hacemos ante una catástrofe climática dentro de una catástrofe humanitaria?
El Cuerno de África, un territorio castigado durante décadas por la sequía, depende de la ayuda humanitaria para hacer frente a las consecuencias del cambio climático. Descubre todo lo que UNICEF está consiguiendo en la zona gracias a ti y nuestros retos para el futuro.
La crisis climática es una realidad que, lamentablemente, afecta a todos los seres humanos del planeta, independientemente de su país de origen. Sin embargo, existe una clara desigualdad en la manera en la que los pueblos pueden hacer frente a las terribles consecuencias de las catástrofes naturales.
Por una parte, los países en desarrollo están más expuestos a los efectos del cambio climático; además, cuando llega el desastre, tienen menos medios para protegerse, por lo que suelen perder lo poco que tienen; y, por si fuera poco, las comunidades más vulnerables tienen menos recursos para poder volver a la calma después de la tormenta. Uno de los mayores ejemplos que encontramos de esta clara desigualdad es la región del Cuerno de África, donde la emergencia climática no hace sino acentuar el hambre y la escasez a las que tienen que enfrentarse desde hace años.
La joven Sharlyne, de 14 años, aprovecha el agua del sistema de saneamiento impulsado con energía solar que UNICEF ha instalado en su zona.
Las familias de Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía llevan tres años seguidos sin prácticamente ver una gota caer del cielo, por lo que han perdido su ganado y sus cosechas, o lo que es lo mismo, sus únicos medios de supervivencia. Además, en toda la región se están produciendo brotes de cólera, malaria y otras enfermedades agravadas por las condiciones climáticas extremas, lo que está empeorando la situación, generando desplazamientos masivos y fomentando la desnutrición.
Como en todas las situaciones de crisis, las mujeres y los niños son los grandes perjudicados, sobre todo cuando se ven obligados a dejar sus hogares ante la escasez de recursos. El riesgo de violencia de género, explotación y abuso sexual aumenta exponencialmente en este tipo de situaciones, lo que provoca que los niños y las niñas no tengan acceso a la educación, sean obligados a contraer matrimonio de manera precoz y, en general, vean comprometidos sus derechos más básicos. A pesar de esta situación, el programa Unidos por el cambio climático está trabajando sin descanso para proteger a la infancia, y tú nos estás ayudando a conseguirlo.
La ayuda llega al almacén de UNICEF en Etiopía lista para ser repartida entre la población.
Gracias al trabajo de UNICEF en la zona, en 2022 se pudo:
- Salvar la vida de 2 millones de mujeres, niños y niñas a través de servicios esenciales de asistencia sanitaria.
- Realizar campañas para prevenir la desnutrición que llegaron a 30 millones de niños y a sus madres.
- Tratar a 1,3 millones de niños menores de cinco años que sufrían desnutrición aguda.
- Proporcionar agua potable a más de 4,5 millones de personas, gracias a la reconstrucción de pozos y sistemas de saneamiento.
Lina y su familia se han convertido en personas desplazadas a consecuencia del cambio climático.
A pesar de todos estos avances, a las familias de esta región de África Oriental les resulta cada vez más difícil recuperarse no solo de las sequías y las inundaciones, sino también de la presión económica y de las enfermedades. Ellos mismos saben que, en el momento en el que superen una barrera, se encontrarán con la próxima crisis a la vuelta de la esquina. Por eso es tan importante tu ayuda a la hora de estar preparados para poder ayudar a la infancia cuando más lo necesite. Desde UNICEF y el programa Unidos por el cambio climático aplicamos un plan de acción basado en:
- Mejorar el acceso a alimentos terapéuticos y nutrición esencial.
- Garantizar el acceso a agua potable.
- Proporcionar asistencia sanitaria de calidad.
- Fortalecer los sistemas de protección social para mitigar la crisis climática.
- Fomentar la inversión en servicios diseñados para resistir esta y otras crisis.
Por ejemplo, ahora mismo, estamos dotando de infraestructuras para poder atender a los menores desplazados por las consecuencias climáticas. Con centros de atención sanitaria o espacios educativos y, para hacer más resistentes a las sequias o inundaciones a las comunidades de la zona, estamos instalando sistemas de agua alimentados por energía solar.
La atención por las crisis climáticas es una acción global. Atendiendo a las necesidades que generan, pero a la vez haciendo a las comunidades más resilientes frente a estas. Por eso tu ayuda es tan importante y clave en estos países donde, hasta ahora, mirar al cielo podía ser determinante a la hora de sobrevivir o no.