Las niñas alzan la voz contra la mutilación genital femenina

Gracias a tu colaboración con el programa Unidos por los derechos de las niñas de UNICEF, estás haciendo posible que las jóvenes de Sudán dejen de tener miedo y reivindiquen sus derechos para acabar, de una vez por todas, con la mutilación genital femenina.

Un grupo de niñas

Como cada año, el 6 de febrero ha vuelto a marcar una fecha crucial en la lucha por los derechos de las niñas y las mujeres en todo el mundo: el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina. Esta práctica, profundamente arraigada en multitud de comunidades, sigue afectando a millones de niñas, poniendo en riesgo su salud, su bienestar y sus derechos más básicos. Sin embargo, en distintos rincones del mundo, muchas jóvenes están dispuestas a acabar con esta terrible tradición. Y necesitan nuestra ayuda.

En Sudán, donde la mutilación genital femenina sigue siendo una realidad para muchas niñas, una chica llamada Mazza ha decidido romper su silencio y luchar contra esta práctica. Con apenas 15 años, se ha convertido en una líder dentro de su comunidad, y su objetivo es educar a sus compañeras de clase, pero también a sus compañeros, sobre los peligros de la mutilación genital femenina. Cuando era pequeña, pensaba que pasar por este trance era algo inevitable en la vida de las niñas, pero todo cambió cuando descubrió el club Saleema, una iniciativa apoyada por UNICEF que estamos llevando a cabo gracias a personas como tú.

Imagen de Mazza

Te presentamos a Mazza, la joven sudanesa que está dispuesta a cambiar las reglas del juego.

En el año 2008, desde UNICEF decidimos crear los clubs Saleema para proteger a las niñas contra la mutilación genital. ¿Y sabes por qué se llaman así? Pues porque la palabra "Saleema" en árabe significa "ilesa mental y físicamente", y se utiliza para referirnos a las mujeres o a las niñas que no han sido sometidas a esta práctica. A través de estos clubes, podemos movilizar a las comunidades para que abandonen estas prácticas y creencias tradicionales y adopten nuevas normas sociales mediante un lenguaje positivo.

En nuestra visita al club donde participa Mazza, la joven nos explicó que: “Cuando el club Saleema llegó a nuestra escuela, sentí curiosidad. Ahora, he aprendido mucho sobre la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil". Desde entonces, la joven participa activamente en charlas, clases y conferencias para difundir un mensaje que proteja a las nuevas generaciones, ya que la situación sigue siendo alarmante. Se estima que, antes del conflicto actual en el que se encuentra el país, más del 86% de las mujeres sudanesas entre 15 y 49 años habían sido sometidas a la mutilación genital. Además, alrededor del 2 % de las adolescentes entre 15 y 19 años ya estaban casadas, cifras que se han visto agravadas por la pobreza y los desplazamientos forzados por los grupos armados.

Un grupo de niñas en el aula

Una de las activistas del club sostiene un cartel que pone: “No al matrimonio infantil”.

Los clubes Saleema, como el que transformó la vida de Mazza, están sirviendo como plataformas de concienciación dentro de las escuelas. A través de actividades lúdicas, representaciones teatrales y asambleas, las niñas aprenden sobre sus derechos y sobre la importancia de decir no a la mutilación genital femenina y al matrimonio precoz. Como nos dice Mazza con orgullo: "Por lo menos, ahora las chicas de nuestra escuela están informadas".

A pesar de las dificultades, Mazza está igual de motivada que el primer día, y tiene clara su misión: proteger a las niñas de su comunidad y evitar que sigan sufriendo. Para ella, el conocimiento es la herramienta más poderosa: “Sabíamos que no sería fácil cambiar una creencia tan fuerte, pero también sabíamos que teníamos que intentarlo. Cuando aprendí que la mutilación genital femenina no tiene ningún beneficio, sino todo lo contrario, quise que nadie más tuviera que sufrirla", nos explica convencida.

Un grupo de estudiantes

Para que el mensaje cale en la comunidad, es fundamental que los niños también participen.

Gracias a tu colaboración con Unidos por los derechos de las niñas, desde UNICEF seguimos apoyando esta lucha y no pararemos hasta terminar con esta pesadilla. A día de hoy, hay más de 1.070 clubes Saleema por todo Sudán, ayudando a las niñas a empoderarse y a tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y, en definitiva, sobre sus vidas.

Como dice Mazza, “Mi sueño es vivir en un mundo en el que se respete a las niñas y a las mujeres, poniendo su bienestar por encima de las tradiciones”. Esperemos que dentro de muy poco, el 6 de febrero podamos celebrar no la lucha sino el fin de la mutilación genital femenina en todo el mundo. Contamos contigo para conseguirlo.

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