Volver al cole lejos de casa
Cientos de niñas y niños afganos se incorporan este curso a un Programa de Educación No Formal impulsado por UNICEF para jóvenes refugiados en Albania. Tu solidaridad les está ayudando a seguir estudiando y a soñar con un futuro mejor.
Hace justo un año, veíamos por televisión cómo miles de afganos intentaban subirse desesperadamente a un avión que les sacara de su país tras la llegada a Kabul de los talibanes, que volvían al poder 20 años después de la caída de su régimen. Desde entonces, el país se ha visto sumido en una crisis humanitaria sin precedentes: persecuciones a activistas contrarios al régimen, un acceso al sistema de salud prácticamente inexistente debido a la suspensión de la ayuda internacional y un brusco retroceso en los ya de por sí escasos derechos de las mujeres, entre otros.
En este contexto tan dramático, no es de extrañar que casi tres millones de afganos hayan decidido huir del país en busca de un futuro mejor. De todos ellos, el 80% son mujeres, niñas y niños, debido principalmente a que los talibanes han traído consigo una interpretación extrema de la ley islámica, creando un apartheid de género para las niñas mayores de 12 años. A partir de esa edad, las jóvenes no pueden salir de casa sin el permiso de un hombre, ni siquiera para ir al colegio. Por suerte, países solidarios como Albania no están dispuestos a que las niñas dejen sus estudios y han recibido con los brazos abiertos a cientos de familias que solo quieren vivir en paz.
Zianab es una niña afgana de 9 años que sueña con ser maestra cuando sea mayor.
Desde que se inició el conflicto, miles de afganos, incluidos adultos y niños, han llegado a sus ciudades albanesas de acogida gracias al apoyo de UNICEF. En ese momento, iniciamos un plan de acción para identificar cuáles eran las necesidades educativas de los niños afganos de entre 6 y 18 años. Gracias a la participación de los agentes sociales y a tu contribución al programa Unidos por los refugiados y migrantes, impulsamos un Programa de Educación No Formal que está garantizando que estos niños, niñas y jóvenes reciban una educación mientras dure su estancia en el país.
Estos son los objetivos incluidos en nuestro programa:
- Proporcionar conocimientos en aritmética, alfabetización y ciencias.
- Apoyar el bienestar socioemocional de los estudiantes a través del deporte y del arte gracias a la iniciativa “Mi Afganistán, mi Albania, mi futuro”.
- Enseñarles nuevas habilidades para la vida cotidiana, como la informática.
- Realizar actividades de ocio para que los estudiantes tengan la oportunidad de pasar su tiempo libre de manera constructiva.
- Darles la oportunidad de asistir a clases mixtas por primera vez.
- Realizar un intercambio cultural entre la comunidad albanesa y la afgana.
Un niño choca los cinco con su profesora afgana antes de entrar en clase.
La escuela pública “At Zef Pllumbi”, situada en la ciudad de Shengjin, ha sido el centro elegido para convertirse en el nuevo colegio de 346 niños y jóvenes afganos. Junto a ellos, otros 200 niños y niñas albaneses se han encargado de darles la bienvenida a sus nuevos compañeros y de intentar que, poco a poco, se acostumbren a su nueva realidad. Como siempre, los pequeños dan una lección asombrosa de sensibilidad, tolerancia y resiliencia.
Las niñas y niños afganos están encantados de poder volver a clase.
Los niños y niñas albaneses son una pequeña comunidad, pero con un gran corazón. Por eso, en UNICEF, lo tenemos claro: ante la adversidad, unidad. Allá donde la infancia nos necesite, uniremos nuestras fuerzas y nos rodearemos de personas tan solidarias como tú para seguir protegiendo sus derechos y para que puedan crecer y vivir en paz.