Con el pueblo rohingya más que nunca
Gracias a la colaboración y generosidad de personas como tú, en UNICEF estamos trabajando para enviar suministros y servicios que garanticen la supervivencia de los rohingya. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer y contamos contigo para conseguirlo.
Cuando en 1982 el gobierno les negó la ciudadanía en Myanmar por considerarles inmigrantes bengalíes, el pueblo rohingya no podía imaginarse que su éxodo eterno acababa de empezar y que su pesadilla seguiría sin resolverse cuatro décadas después. Esta crisis vivió uno de sus momentos más terribles en agosto de 2017, cuando alrededor de medio millón de personas huyeron de la situación insostenible que vivían en Myanmar y se refugiaron en el campamento de Cox’s Bazar, en Bangladesh. Hoy en día, se estima que el número total de refugiados rohingya que viven en este campamento está en torno a los 900.000, un número que no para de crecer tras el aumento de conflictos en Myanmar por el golpe de estado militar.
Refugiados rohingya cruzan la frontera entre Myanmar y Bangladesh huyendo de los graves ataques sufridos.
El día a día en cualquier campo de refugiados no es nada fácil, debido a la carencia de abastecimientos de todo tipo. Sin embargo, este campamento se encuentra en una situación aún más extrema, ya que sigue recuperándose del incendio que se produjo en Cox’s Bazar en marzo de este año, que obligó a 50.000 refugiados, de los cuales la mitad eran niños, a desplazarse a otros campamentos. Una situación que se agrava por la actual situación de pandemia global.
Por desgracia, los mayores perjudicados de esta tragedia son los niños, que suponen un 60 % del total de desplazados. Una situación que les ha privado de los derechos básicos de la infancia, ya que sus cortas vidas han estado marcadas por la violencia, el miedo y, sobre todo, la desesperanza. Estos miles de niños y adolescentes no tienen la oportunidad de recibir una educación de calidad ni de ganarse la vida, por lo que se sitúan en un riesgo extremo de acabar siendo una generación perdida y de convertirse en la presa fácil de traficantes y explotadores.
Además, como pasa en todas las situaciones de crisis, las niñas y las mujeres lo tienen todavía más difícil para salir adelante, ya que aumenta su riesgo de sufrir violencia sexual o de género.
¿Qué está haciendo UNICEF para ayudar a los niños y niñas rohingya?
Tal y como asegura Manuel Fontaine, director de programas de emergencia de UNICEF, “no existe una solución rápida para esta crisis, sino que puede tardar años en resolverse, a menos que haya un esfuerzo coordinado para solucionar este problema de raíz”. Hasta que eso suceda, en UNICEF estamos trabajando junto con el gobierno de Bangladesh y nuestra red de colaboradores para ayudar a los refugiados a recibir suministros y servicios de supervivencia.
Niños y niñas rohingya reciben material escolar en un Espacio Amigo de la Infancia de UNICEF.
Además, para reducir la propagación de la COVID-19, estamos garantizando el acceso a agua potable y a artículos de higiene, como las estaciones para el lavado de manos que hemos instalado en los campamentos. Por otro lado, estamos promoviendo una campaña para concienciar a los niños sobre cómo protegerse frente al virus a través de programas de radio y de dibujos animados.
Como ves, tu colaboración al proyecto Unidos por los rohingya es fundamental para que muchos niños tengan acceso a los servicios más básicos. A continuación, te presentamos algunas de las acciones más importantes que llevamos a cabo en 2020 con la ayuda de nuestros colaboradores:
Garantizamos el acceso a agua potable a más de 650.000 refugiados
Una niña rohingya traslada agua potable desde una de las fuentes instaladas por UNICEF.
Suministramos suplementos de vitamina A entre niños de entre 6 y 59 meses para que crezcan sanos y fuertes
El pequeño Mohammed Rías en el momento en el que recibe su suplemento de vitamina A.
Proporcionamos apoyo psicológico a alrededor de 47.000 niñas y niños refugiados
Una trabajadora de UNICEF acompaña a un grupo de niños en el campamento de Cox's Bazar.
Ayudamos a 324.000 niñas y niños a acceder a una educación de calidad
Niñas rohingya se sientan en uno de los centros de aprendizaje apoyado por UNICEF.
Nos aseguramos de que en torno a 20.000 niñas y niños menores de un año recibieran tres dosis de la vacuna pentavalente
Un trabajador de la salud vacuna a un niño rohingya en uno de los campos de refugiados de Bangladesh.
Administramos el tratamiento necesario contra la desnutrición aguda grave a 15.000 niños y niñas de 0 a 59 meses
Parmina, de 11 meses, recibe tratamiento terapéutico tras recibir un diagnóstico por desnutrición aguda grave.
Hasta que las familias no cuenten con unas condiciones básicas que les permitan regresar a sus hogares en Myanmar y disponer de una serie de derechos básicos, desde la seguridad hasta la libre circulación de personas, pasando por el derecho a la ciudadanía, a la salud y a la educación, seguirán teniendo la condición de refugiados o desplazados y viviendo en una situación de peligro constante. Tienes nuestro compromiso de que, en UNICEF, seguiremos protegiendo a los niños y niñas rohingya y promoviendo el acceso a sus derechos más básicos para hacerles la vida un poco más fácil hasta que llegue el momento de volver a casa.