5 historias reflejan el horror que viven los niños en Ucrania
En estos cinco vídeos te mostramos algunas de las terribles experiencias que llevan sufriendo los niños, niñas y familias desde que inició la guerra de Ucrania.
24/02/2025
Porque la realidad de lo que está pasando no solo se cuenta con cifras, queremos mostrarte este recorrido a través de las historias de los propios niños y niñas, para que no olvidemos el sufrimiento que han tenido que soportar las familias en los últimos tres años de guerra en Ucrania.
Yulia: una madre obligada a huir
Yulia es madre de tres hijos. Cuenta que cuando todo empezó, estuvieron viviendo en el pasillo de su casa, sin moverse de ahí, por miedo a los bombardeos. Los niños no entendían qué hacían allí hasta que los aviones empezaron a sobrevolar y se asustaron mucho.
Después pasaron algún tiempo en una estación de metro, aunque no era el sitio más adecuado para alojarse con su bebé y los otros niños pequeños.
Tuvo que tomar la terrible decisión: huir de su ciudad, Kharkiv, en busca de un lugar seguro para su familia. Cogieron un tren. No olvida las explosiones y el humo que invadía la estación. Pero sobre todo, no olvida el miedo que pasó ella y los niños.
Así llegó a Lviv, con lo puesto y sin planes de futuro.
Artem: la vida en un parking
100 días después del inicio de la guerra en Ucrania, Artem nos contaba su historia desde un sótano, donde hacía su vida. Con solo 9 años, entendía que debía quedarse allí porque era más seguro. Afuera, un misil podría alcanzarlo y no tendría dónde esconderse.
Nos hablaba desde el estacionamiento subterráneo donde se refugiaba con su familia. En ese momento, Artem no imaginaba que seguiría atrapado en este parking: "al principio pensaba que duraría 2 ó 3 días", decía. Aunque después de la primera semana, ya se dio cuenta de que sería más largo.
En ese refugio bajo tierra, donde pasó meses, tuvo que acostumbrarse a hacer sus deberes, sin apenas poder salir a la calle, soñando que algún día todo volvería a ser como antes.
Nastia: leer y dibujar para mantener la calma
Nastia, de 16 años, cuenta que ella y su familia hablaban sobre lo que harían si llegaba un ataque. "Tenemos una bodega cerca de casa donde podemos escondernos si disparan", afirmaba. "Pero no quiero volver a vivir un bombardeo, es realmente aterrador. No sabes dónde caerá el proyectil, dónde esconderte".
Nastia reconoce que se empezó a sentir cada vez más ansiosa. Para ella, la manera de lidiar con ello era leyendo, dibujando y hablando con su hermana. "Si tuviera que irme, cogería un libro que me ayude a levantar el ánimo, o un juguete blando con el que pudiera quedarme dormida y que me ayudara a calmarme", decía.
Stepan y Yaroslav: educación online, la única opción
La mayoría de sus días, Stepan y Yaroslav se despiertan con el sonido de las explosiones en su ciudad. Estos adolescentes de 15 y 16 años, compañeros de clase, viven a diario esta dura realidad que acompaña a millones de niños y niñas como ellos después de años de guerra en Ucrania.
Con los bombardeos su escuela quedó totalmente destruida. Desde entonces el edificio está en ruinas, y la única posibilidad de seguir estudiando es de forma remota. Una situación también difícil ya que el acceso a Internet necesario para asistir a las clases online se ve seriamente afectado por la falta de electricidad. La guerra roba sus esperanzas de futuro.
Polina: la pérdida de sus padres
Con solo 6 años Polina perdió a sus padres. Cuando huían de la violencia de la guerra en Ucrania, un proyectil impactó en su coche. En ese momento, su madrina, Nataliia, no dudó en acogerla en su familia junto a su marido y sus tres hijas biológicas.
La situación económica era difícil, había poco trabajo, “no teníamos dinero”, recuerda la madrina, y Polina tenía un problema serio en la vista que necesitaba un costoso tratamiento.
No fue nada fácil para Polina adaptarse a la nueva situación familiar. Durante meses, intentaba no llorar y prefería no hablar de sus padres, era muy doloroso recordarlo todo.
Las historias de Polina y Nataliia, Yulia y sus tres hijos, Artem, Nastia y los jóvenes Stepan y Yaroslav son solo algunos ejemplos de las consecuencias devastadoras que tiene la guerra de Ucrania en los niños y niñas. En el país, desgraciadamente, millones de niños como ellos están viviendo experiencias traumáticas que ningún niño debería conocer jamás.
Por ello, desde UNICEF estamos trabajando para ayudarles a superar estas vivencias a través del apoyo psicosocial y pensando en la recuperación para todos a más largo plazo.
¡Tú puedes ayudarnos a salvar y proteger a los niños y niñas de Ucrania!