Mortalidad infantil: millones de vidas que aún podemos salvar

En el norte de Costa de Marfil, esta madre de 17 años sonríe con su bebé de apenas un mes. Es madre primeriza y desde UNICEF le brindamos consejos sobre nutrición y lactancia materna. © UNICEF/UNI610163/Dejongh
26/03/2025
Hace apenas un par de años nos hacíamos eco de la buena noticia: la mortalidad infantil en niños menores de cinco años se reducía a la mitad. En aquel momento, los avances en materia de supervivencia infantil eran destacables, mejoraban las posibilidades de sobrevivir, y todo gracias al aumento de la inversión y al fortalecimiento de los sistemas de salud en beneficio de mujeres y niños.
Un hito en el que UNICEF tiene mucho que ver: llevamos años apoyando el acceso de las madres embarazadas y los recién nacidos a una atención sanitaria de calidad, contribuyendo a reducir las tasas de mortalidad infantil.
Así, en 2023, el número de niños y niñas que mueren en todo el mundo antes de cumplir cinco años se redujo a 4,8 millones, mientras que la cifra de muertes fetales disminuyó ligeramente, manteniéndose en torno a los 1,9 millones*.
En 2022 se alcanzó un dato histórico mundial cuando las muertes infantiles descendieron ligeramente por debajo de los 5 millones, una cifra sin precedentes.
Los avances se detienen
Sin embargo, ahora el progreso se ha ralentizado y hay demasiados niños y niñas que siguen muriendo por causas que se pueden evitar. Los avances conseguidos en materia de supervivencia infantil a lo largo de varias décadas están en peligro.
Desde 2015, la tasa anual de reducción de la mortalidad de menores de cinco años ha descendido en un 42%, y la reducción de la mortinatalidad ha disminuido en un 53%, en comparación con el periodo 2000-2015.
El acceso de las madres a atención sanitaria es clave
Casi la mitad de las muertes de menores de cinco años ocurren durante el primer mes de vida, principalmente debido a los nacimientos prematuros y las complicaciones durante el parto.
Después del período neonatal, las enfermedades infecciosas, como el paludismo, la diarrea y las infecciones respiratorias agudas como la neumonía son las principales causas de las muertes infantiles que se pueden evitar.
Mientras tanto, el 45% de las muertes fetales tardías se producen durante el parto, a menudo debido a infecciones maternas, a partos prolongados u obstruidos y a la falta de intervenciones médicas oportunas.
Un mejor acceso a una atención sanitaria de calidad para las madres, los recién nacidos y los niños y niñas en todos los niveles del sistema de salud podría salvar muchas más vidas. Esto incluye una atención preventiva que favorezca el bienestar en las comunidades, visitas oportunas a los centros de salud y a los profesionales sanitarios en el momento del parto, una atención prenatal y posnatal de alta calidad, cuidados preventivos para niños y niñas sanos –por ejemplo, la administración sistemática de vacunas y los programas integrales de nutrición–, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades infantiles comunes, y la atención especializada para los recién nacidos pequeños y enfermos.
“Millones de niños y niñas están vivos hoy gracias al compromiso mundial con una serie de intervenciones de eficacia probada como las vacunas, la mejora de la nutrición y el acceso al agua potable y el saneamiento básicos”, explica la directora de UNICEF, Catherine Russell.
En Madagascar, una mujer embarazada accede a un control prenatal en un centro apoyado por UNICEF. © UNICEF/UNI587890/Ramasomanana
Nacer en un país o en otro marca la diferencia
El lugar donde nace un niño o una niña influye en gran medida en sus posibilidades de supervivencia.
Por ejemplo, el riesgo de morir antes de los cinco años es 80 veces mayor en el país con mayor mortalidad que en el país con menor mortalidad. Un niño nacido en África subsahariana tiene una probabilidad 18 veces mayor de morir antes de cumplir los cinco años que uno nacido en Australia y Nueva Zelandia.
A su vez, existen diferencias en los propios países, los niños y niñas más pobres, los que viven en zonas rurales y los hijos de madres con menor nivel educativo corren mayores riesgos.
Las disparidades en lo que respecta a la mortinatalidad son igual de graves, y casi el 80% de los casos se producen en África subsahariana y Asia meridional, donde las mujeres tienen entre seis y ocho veces más probabilidades de dar a luz a un mortinato que las mujeres de Europa o América del Norte.
De igual modo, las mujeres de países de ingresos bajos tienen ocho veces más probabilidades de dar a luz a un mortinato que las de países de ingresos altos.
Es necesario proteger los progresos alcanzados
“Reducir la mortalidad infantil evitable a un mínimo histórico es un logro extraordinario, pero sin las decisiones políticas adecuadas y la suficiente inversión, corremos el riesgo de revertir este conjunto de avances que tanto esfuerzo ha costado conseguir. Como consecuencia, millones de niños y niñas más podrían morir por causas evitables, y esto es algo que no podemos permitir”, concluye Russell.
Desde UNICEF, hacemos un llamamiento a los gobiernos, los donantes y los aliados de los sectores público y privado para que intensifiquen sus acciones y protejan los logros alcanzados con tanto esfuerzo en la lucha por salvar las vidas de los niños y niñas.
*Datos extraídos de dos nuevos informes publicados por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil (IGME).
¿Te gustaría hacer algo extraordinario hoy?
Hazte socio. Elige ahora tu aportación mensual.
