RDC: UNICEF suministra agua y saneamiento a 364.000 niños y niñas al día

Un punto de recogida de agua limpia instalado por UNICEF cerca de Goma. © UNICEF/UNI729569/Benekire
04/03/2025
El deterioro de la situación en la República Democrática del Congo es alarmante. El intenso conflicto que tuvo lugar a finales de enero en el entorno de la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte, provocó que muchos de sus 2 millones de habitantes, un tercio de los cuales se han visto desplazados recientemente, se quedaran sin acceso a agua limpia, saneamiento o electricidad.
Esta crisis humanitaria plantea una necesidad acuciante de servicios tan básicos para la supervivencia como son el agua y el saneamiento, destruidos por el conflicto. Los más afectados, los cientos de miles de personas desplazadas que siguen en movimiento buscando un lugar seguro.
"El agua limpia es un salvavidas. Con las continuas epidemias de cólera y viruela en el este de la RDC, los niños, niñas y familias necesitan agua potable ahora más que nunca para protegerse y evitar una crisis sanitaria más profunda", explica Jean Francois Basse, representante de UNICEF en la RDC.
UNICEF: múltiples intervenciones para llevar agua a las familias
© UNICEF/UNI731761/Benekire
Con el apoyo de nuestros aliados en la República Democrática del Congo (RDC), estamos proporcionando suministros de agua potable a 700.000 personas al día -alrededor de 364.000 niños y niñas- en la ciudad de Goma tras las interrupciones en el suministro de agua durante los combates.
Estas personas ya tienen acceso diario a agua después de que UNICEF y la Misión de Naciones Unidas en RDC suministraran 77.000 litros de combustible, lo que permitió que las cinco principales estaciones de bombeo volvieran a funcionar.
En la imagen, Merveille, de 17 años, que, gracias a UNICEF, ya puede llevar agua limpia a su familia:
“Antes de los combates, el agua del embalse se cambiaba cada dos días, lo que nos permitía tener agua relativamente limpia. Pero desde entonces no se ha sustituido nada. Afortunadamente, ahora está clorada”, afirma Merveille.
En la parte oriental de Goma, otras 33.000 personas reciben agua a través de una red construida por UNICEF en la zona de Bushara-Kayarutshiyna.
A pesar del deterioro de la situación de seguridad, desde UNICEF respondimos inmediatamente transportando agua en camiones a tres centros de salud, entre ellos el Hospital General de Referencia de Virunga, que trató a unos 3.000 pacientes heridos y distribuimos botiquines para tratar a 50.000 personas en centros de salud desbordados de pacientes.
También instalamos más de 50 puntos a lo largo de la costa para tratar el agua del lago Kivu con cloro, llegando diariamente a 56.000 personas lo que ayuda a limitar la expansión de brotes de enfermedades.
Riesgo de enfermedades por el agua contaminada
A pesar de los esfuerzos, muchas personas siguen dependiendo de suministro de agua sin tratar, directamente del lago Kivu.
"En todo el mundo, la infancia que vive en contextos de conflictos prolongados tiene tres veces más probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el agua que por la violencia. Hay que dar prioridad al restablecimiento de los servicios esenciales, o corremos el riesgo de perder aún más vidas", nos recuerda Basse.
Ya estamos observando signos preocupantes de un aumento de los casos de cólera, estrechamente ligados al aumento de los desplazamientos y a la dependencia de la población del agua contaminada.
Aunque la recopilación de datos es difícil en estas circunstancias, con la proximidad de la principal estación de lluvias, en UNICEF nos preocupa enormemente una explosión de casos.
En los últimos 10 años, el cólera ha matado a más de 5.500 personas en la RDC, donde sólo el 43% de la población tiene acceso al menos a un servicio básico de agua, y sólo el 15% tiene acceso a servicios básicos de saneamiento.
En Goma, el conflicto ha empeorado una situación desesperada. Incluso antes de la actual escalada, unos 700.000 desplazados vivían en campamentos con un acceso peligrosamente inadecuado al agua, el saneamiento y la higiene, lo que exponía a los niños y niñas a enfermedades y aumentaba los riesgos de violencia de género para las mujeres y las niñas que recogían agua y leña.
Tenemos que actuar ya para impedir que las enfermedades se propaguen y se lleven por delante la vida de más niños y niños.
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