Terremoto Myanmar: las necesidades aumentan cada hora
Estamos distribuyendo suministros vitales para los niños y sus familias, en un contexto de extrema dificultad por la destrucción masiva que dejó el terremoto.

Niños, niñas y sus familias duermen a la intemperie, sin un hogar al que regresar, tras la destrucción causada por el terremoto de magnitud 7.7 que golpeó Myanmar el pasado 28 de marzo. © UNICEF/UNI771833/Maung Nyan
01/04/2025
“Este es el terremoto más mortífero que ha sacudido Myanmar en muchas décadas y ha afectado sobre todo a los niños y las niñas. Acabo de regresar de algunos de los lugares más afectados, donde me he unido a nuestros equipos en la distribución inicial de ayuda, y lo que he visto es devastador".
Son las alarmantes palabras de Julia Rees, representante adjunta de UNICEF, tras su primera visita a la zona más golpeada por el terremoto de magnitud 7.7 grados que vivió Myanmar el pasado 28 de marzo.
Como consecuencia del terremoto, se ha desencadenado una compleja crisis humanitaria agravada por las vulnerabilidades que ya existían en el país y que requieren de intervenciones urgentes y sostenidas. ¡En UNICEF ya estamos allí!
Niños y niñas a la intemperie
Este terremoto ha arrasado comunidades enteras. Miles de personas, familias con niños y niñas, duermen a la intemperie sin un hogar al que regresar. Están conmocionados por el derrumbe de sus casas o la muerte de sus familiares. Algunos están separados de sus padres. Otros siguen en paradero desconocido.
La destrucción es inmensa. Casas, escuelas, hospitales e infraestructuras esenciales, como puentes y líneas eléctricas, han resultado dañadas o destruidas, dejando a la población sin electricidad ni telecomunicaciones. Comunidades enteras carecen de agua, alimentos, refugio, medicinas y dinero.
Uno de cada tres desplazados en el país es un niño o niña. Ahora, el terremoto ha añadido otro nivel de crisis, llevando a familias ya vulnerables al límite.
El impacto sobre las mujeres, los niños y las poblaciones ya vulnerables es profundo, con el acceso interrumpido a escuelas, centros de salud y otros servicios esenciales en un país donde casi 20 millones de personas, incluido el 30% de todos los niños y niñas, ya necesitan asistencia humanitaria.
Personal de UNICEF distribuyendo a los residentes de Sagaing suministros vitales de agua, saneamiento e higiene. © UNICEF/UNI772198/Htet
Los temblores continúan
Y la crisis sigue. Los temblores continúan. Las operaciones de búsqueda y rescate también siguen en marcha. Se siguen sacando cadáveres de entre los escombros.
"Ayer estuve en un hospital donde un equipo de búsqueda y rescate ha sacado 20 cadáveres en los últimos dos días. Esa mañana han sacado otros tres y han encontrado a una persona viva", añade Rees.
Esa esperanza invade a las niñas y niños, que siguen esperando ansiosos para reunirse con sus padres desaparecidos. Los padres también buscan desesperadamente a sus hijos.
El trauma es inmenso
El trauma psicológico es inmenso. Para los niños y niñas que ya vivían en medio del conflicto que afecta al país y que provocó muchos desplazamientos, este desastre ha añadido una capa más de miedo y pérdida.
Las niñas y los niños con heridas graves necesitan atención urgente. Muchos están profundamente traumatizados, han perdido a seres queridos o a ellos mismos les han sacado de entre los escombros. Cuanto más tiempo pase, más profundo será el impacto en la vida y el futuro de la infancia.
El terremoto es una pésima noticia para Myanmar, que ya soporta años de guerra civil, una grave inseguridad alimentaria y la tasa de mortalidad de menores de cinco años más alta del sudeste asiático.
UNICEF: nuestra respuesta inmediata salva vidas
Personal de UNICEF ayuda a las familias a rellenar bidones de agua limpia y entrega tabletas de purificación de agua, a la vez que dan información sobre su uso. © UNICEF/UNI772493/
Nuestro almacén en Mandalay cuenta con suministros situados allí desde antes del terremoto, clave para llegar a las familias con suma rapidez.
Desde UNICEF ya estamos distribuyendo agua, kits de saneamiento e higiene, botiquines médicos y suministros nutricionales, todos elementos fundamentales para la supervivencia.
En estos primeros momentos tan críticos pretendemos:
- Llegar a unos 15.000 hogares con suministros esenciales de agua, saneamiento e higiene: como productos químicos para la purificación de agua, kits de higiene y soluciones para el almacenamiento de agua.
- Garantizar la continuidad de los servicios de salud y nutrición mediante el envío de 147 botiquines de emergencia que brindarán apoyo a 1,4 millones de personas (incluidos niños menores de 5 años y mujeres embarazadas) en Mandalay y Sagaing durante tres meses.
- Enviar botiquines a los trabajadores de primera línea para asistir partos y para recién nacidos. Entregar suministros adicionales como alimentos nutritivos, micronutrientes y alimentos terapéuticos listos para usar (para el tratamiento de la desnutrición), para apoyar los servicios locales de nutrición.
- Identificar niños y niñas que han sido separados de sus progenitores para darles la ayuda que necesitan.
- Distribuir kits educativos que incluyen suministros como cuadernos y otros materiales didácticos para que los niños y niñas puedan continuar con su rutina de aprendizaje.
Estamos trabajando en condiciones increíblemente difíciles, sin electricidad ni agua corriente y sin saneamiento, a menudo durmiendo a la intemperie, como las comunidades a las que damos apoyo.
Estamos movilizando 80 toneladas de suministros desde nuestros almacenes en todo el mundo.
Pero esto no es suficiente, no para la magnitud de la catástrofe a la que nos enfrentamos. Las necesidades son enormes y aumentan cada hora. El margen para una respuesta que salve vidas se está estrechando.
Hacemos un llamamiento a todos. Necesitamos fondos para ampliar nuestra respuesta. Sin recursos adicionales, no podremos llegar a todos los niños y niñas afectados. ¡Y no podemos dejarlos solos!
EMERGENCIA: TERREMOTO EN MYANMAR
La infancia en peligro. Dona Ahora.