El maltrato y la exposición a violencia familiar
Estudio de la Universidad de Barcelona publicado por UNICEF España que muestra la prevalencia de la violencia dentro del ámbito familiar a través de una encuesta a chicos y chicas

23/01/2025
La mayoría de las situaciones de violencia contra la infancia y la adolescencia suceden en los entornos cotidianos y en sus relaciones de confianza y proximidad, muchas veces a manos de quienes tienen el deber de protegerles y cuidarles.
Aunque no es fácil conocer lo que sucede en el interior de un hogar, la tolerancia hacia modelos de crianza humillantes o violentos y un mal entendido respeto a la privacidad, puede dejar solos a niños y jóvenes frente al maltrato.
“Ninguna forma de violencia contra niños, niñas y adolescentes es tolerable, y tener que atender a una víctima es haber llegado tarde. La violencia es prevenible, pero para ello hay que saber actuar cuando se detecta una posible situación de desprotección, porque las secuelas psicológicas pueden afectar durante toda una vida”, asegura Lara Contreras, directora de Influencia, Programas y Alianzas de UNICEF España.
Por ello, desde UNICEF impulsamos la construcción de entornos seguros y protectores para todos los niños, niñas y adolescentes, con adultos conscientes de su papel protector y capacitados para prevenir, detectar y actuar frente a situaciones de abuso o violencia.
1 de cada 4 adolescentes sufre violencia familiar
Podríamos destacar algunas realidades que describen los propios chicos y chicas cuando responden a la encuesta:
Uno de cada cuatro adolescentes de 14 a 17 años afirma haber sufrido algún tipo de violencia en el último año (maltrato físico o psicológico, ser testigo de violencia verbal entre progenitores, etc).
A su vez, el maltrato psicológico, es decir, gritos, humillaciones o amenazas, es el tipo de violencia más frecuente hacia los adolescentes por parte de sus progenitores o figuras cuidadoras, que aseguran haber sufrido casi 2 de cada 10 chicos y chicas.
Por su parte, el maltrato físico, afecta a 1 de cada 10 chicos y chicas.
Cabe aclarar que estos datos se recogieron durante el curso escolar 2022-23, entre una muestra representativa de 4.024 chicos y chicas de 14 a 17 años de todo el país.
Las cifras oficiales muestran un aumento de maltrato en el ámbito familiar en España en todos los registros disponibles. Aunque este aumento se puede explicar por una mayor concienciación y por lo tanto mayor reporte, diversos estudios de prevalencia muestran que estas situaciones no siempre son notificadas.
Las chicas sufren mayor violencia familiar
Las experiencias de victimización son más prevalentes entre las chicas, que presentaron:
- El doble de riesgo de sufrir maltrato psicológico y maltrato por parte de figuras cuidadoras.
- Más del doble de probabilidad de estar expuestas a violencia en el núcleo familiar (incluyendo violencia verbal entre progenitores y violencia física hacia hermanos o hermanas).
- Casi tres veces más riesgo de exposición a violencia física entre progenitores.
Consecuencias de la violencia en el ámbito familiar
La violencia en el entorno familiar (el maltrato por parte de los cuidadores y la exposición a la violencia en el contexto de la familia) se ha asociado con graves efectos negativos que pueden perdurar toda la vida.
Los hallazgos de la investigación han mostrado repetidamente que el maltrato implica problemas de salud mental relacionados con la depresión y la ansiedad en la adolescencia, estrés postraumático y un mayor riesgo de ideación suicida e intentos de suicidio en los jóvenes. También se han encontrado fuertes asociaciones con problemas de conducta, abuso de alcohol y otras drogas en la adolescencia, y conductas violentas y delictivas, especialmente entre los niños, niñas y jóvenes víctimas de abuso físico y expuestos a la violencia familiar.
La exposición a la violencia suele ser algo traumático y puede causar daños fisiológicos y psicológicos inmediatos y a largo plazo. El impacto de la violencia en el desarrollo del cerebro de los niños y niñas es especialmente preocupante, sobre todo cuando la exposición a la violencia es prolongada, ya que está vinculada con trastornos emocionales y de comportamiento, así como con problemas de salud, educativos y sociales.
La violencia se puede prevenir: algunas recomendaciones
El estudio realiza una serie de recomendaciones encaminadas a la prevención de la violencia, su detección temprana y la intervención precoz:
- Compromiso institucional, que garantice las condiciones y recursos necesarios para poner en marcha las medidas establecidas en la Ley Orgánica de Protección de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI, 2021).
- Sensibilización, a través de campañas y acciones, para que las instituciones, las familias y la sociedad conozcan el problema y la gravedad de las consecuencias de la violencia en el desarrollo de la infancia y la adolescencia. Los profesionales que trabajen con niños, niñas y adolescentes deben estar formados para poder prevenir, detectar e intervenir ante situaciones de violencia hacia la infancia.
- Creación de entornos seguros y protectores tanto en el ámbito familiar -a través de medidas que favorezcan la conciliación, programas de competencias parentales o ayudas como las prestaciones por hijo a cargo para prevenir situaciones socioeconómicas complicadas- como en el escolar, de deporte, ocio y tiempo libre. En este sentido, es fundamental seguir impulsando las figuras del Coordinador de Protección y Bienestar en las escuelas, y del Delegado de Protección en los espacios deportivos y de ocio.
- Participación de la propia infancia, que debe poder acceder a información sobre sus derechos y sobre los mecanismos para solicitar ayuda.
- Servicios de respuesta, apoyo y reparación del daño adecuados por parte de las instituciones competentes. Los profesionales de todas ellas deben estar capacitados para proteger los intereses y derechos de la infancia y la adolescencia.
Si buscas información sobre la violencia más allá del entorno intrafamiliar, la situación de los chicos y chicas que viven separados de sus familias, en entornos institucionalizados, puedes ver nuestra Guía técnica para el acogimiento residencial y evaluación del modelo de Asturias.