¿Cómo salvamos a las niñas del matrimonio infantil?

Cada vez son más las niñas y sus familias que defienden su derecho a decidir cuándo y con quién casarse. Gracias a UNICEF y a tu colaboración con Unidos por los derechos de las niñas, las jóvenes de Etiopía pueden crecer y vivir en paz.

Un grupo de niñas

La principal causa del matrimonio infantil es simplemente la pobreza. Cuando los progenitores no pueden hacerse cargo de sus familias, una de las pocas salidas que ven para poder asegurar su subsistencia y la de sus hijas es dejarlas ir a cambio de la dote proporcionada por su futuro marido. En el caso de las niñas de Etiopía, hay que sumarle el factor del cambio climático, ya que en épocas de sequía, aumentan los casos de matrimonio infantil. Es la forma desesperada de unos padres que solo quieren que sus hijas puedan salir adelante.

En UNICEF no vamos a parar hasta que todas las niñas del planeta, sin importar su lugar de origen, puedan crecer en un entorno seguro, saludable y feliz. Por eso, estamos centrando nuestros esfuerzos en identificar cada caso y actuar de manera inmediata. Gracias a tu colaboración con Unidos por los derechos de las niñas, la joven Belaynesh ha podido volver a casa. ¿Te apetece conocerla?

Imagen de Fantaye.

Fantaye, la madre de Belaynesh, feliz por reencontrarse con su hija al volver a casa.

Belaynesh Hussien, de 14 años, todavía recuerda el primer día que descubrió lo que significaba “matrimonio precoz”. Una tarde, en el patio de su casa, vio llegar a varios hombres y su infancia se terminó de golpe. Tras la muerte de su padre, su madre no llegaba a fin de mes, así que casar a su hija era su única opción. Sin embargo, los trabajadores sociales de UNICEF se dieron cuenta de que la joven empezó a faltar a clase y se pusieron en acción.

Un trabajador social

Gebremariam Addisu, trabajador social de UNICEF, charla con Belaynesh y con su madre.

“Lo primero que hicimos fue ir a su casa para entender qué estaba pasando. Cuando su madre nos contó que se había casado, averiguamos dónde vivía y fuimos a rescatarla. El matrimonio fue interrumpido inmediatamente y, semanas después, la joven volvió a la escuela”, nos cuenta Gebremariam. “Tras conocer de cerca su caso y analizar las circunstancias en las que vivían, nos dimos cuenta de que debíamos ir un paso más allá y ayudarles a reconstruir su casa”.

Gracias a los colaboradores de UNICEF como tú, hoy Belaynesh y su madre tienen una nueva oportunidad. “Después de la muerte de mi marido, la vida se nos hizo cuesta arriba, pero esto es como un milagro”, nos cuenta Fantaye. La joven, por su parte, no puede estar más agradecida: “Mi madre sufre mucho para mantenernos, pero ahora tengo claro que quiero terminar mis estudios y conseguir un trabajo para ayudarla”.

Una adolescente en el colegio

La joven Belaynesh, en el centro de la imagen, por fin ha podido volver al colegio.

Belaynesh es el ejemplo de que las cosas están cambiando para las niñas de Etiopía. Desde UNICEF, estamos apoyando a las comunidades para educar a las niñas y a sus familias sobre los peligros del matrimonio infantil y la necesidad de que reciban una educación para ser independientes el día de mañana.

Por eso, estamos reuniéndonos con grupos de niñas y padres por todo el país para llevar nuestro mensaje a todos los territorios. En una de nuestras charlas, en la región de Sidama, pudimos hablar con Assefa Mengistu, un activista comunitario y padre de dos niñas que quiere que sigan siendo precisamente eso: niñas.

Una persona habla con los padres

Assefa explica al resto de padres la importancia de proteger los derechos de sus hijas.

“Es nuestro deber no obligar a las chicas menores de edad a casarse, ya que tendrán que sufrir consecuencias sociales y físicas de por vida. A mis dos hijas les digo que lo único que quiero para ellas es que tengan estudios y que no permitiré que se casen jóvenes”, nos explica este padre preocupado.

Mebrat, una de las chicas asistentes, está muy contenta con el trabajo que estamos realizando en su comunidad, según ella misma nos cuenta: “Estar con todas estas chicas de mi edad y ver cómo tenemos el compromiso de no casarnos jóvenes me hace muy feliz. El matrimonio infantil solo nos robará el futuro, y yo tengo un montón de sueños que cumplir”. Sin duda, algo está cambiando, y tú eres parte del cambio.

Una adolescente sonríe

Mebrat, de 16 años, no quiere que el matrimonio precoz le impida cumplir sus sueños.

Durante el 2022, más de 1.300 grupos locales que promueven el desarrollo de la mujer en Etiopía han recibido apoyo para impulsar el cambio y cuestionar las normas de género perjudiciales que imperan en sus comunidades, pero todavía queda mucho por hacer. Por suerte, estas niñas tan valientes cuentan contigo para seguir derribando barreras y estereotipos y saben que desde UNICEF nunca las dejaremos solas. Sin ellas, no hay futuro.

 
© UNICEF/UN0342250/Keïta
 
© UNICEF/UN0342250/Keïta
 
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Unidos por... los derechos de las niñas

Nacer niño o niña condiciona su vida.

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