Por una educación inclusiva, accesible y sostenible
Hoy te contamos cómo nos estás ayudando a cerrar la brecha digital entre las áreas rurales y urbanas de Zimbabue y a garantizar el acceso a la educación de los niños y niñas más pobres y vulnerables del país.
Seguro que recuerdas aquel mes de marzo de 2020 cuando muchos de nosotros nos vimos obligados a realizar un curso acelerado de inmunología y pronunciamos por primera vez la palabra “coronavirus”. El mundo se paró de golpe y nos vimos obligados a modificar por completo nuestros hábitos, también en materia de educación. Nuestros niños y jóvenes cambiaron los cuadernos y la pizarra de clase por ordenadores, tablets y aulas virtuales. Por suerte, en nuestro país contábamos con la tecnología digital necesaria para que la mayoría de los estudiantes pudieran continuar sus estudios de manera online, pero en zonas menos desarrolladas como Zimbabue, los alumnos no tuvieron la misma suerte.
Según las cifras oficiales, alrededor de 4,5 millones de niños y niñas en el país perdieron un año entero de escolarización como consecuencia de la pandemia, ya que las escuelas se vieron obligadas a cerrar y el aprendizaje digital solo era accesible para el 6,5 % de los estudiantes, lo que dejó a las poblaciones más pobres y vulnerables en el limbo. A diferencia de los niños que vivían en ciudades grandes como Harare o Bulawayo, Aaron y el resto de estudiantes de las zonas rurales no tenían acceso ni a electricidad, ni a Internet, por lo que no podían participar en las clases que se impartían online o a través de la radio.
Aaron ha vuelto a estudiar gracias a tu colaboración con Unidos por la educación.
“Fue un momento muy malo para nosotros. No podíamos ir a la escuela y nos quedábamos en casa sin nada que hacer porque no teníamos acceso a las clases online”, nos cuenta Aaron, que de mayor quiere ser ingeniero para ayudar a su familia a salir de la pobreza. Precisamente para que ningún niño o niña del planeta tenga que renunciar a sus sueños, desde UNICEF lanzamos el programa Reimaginar la Educación, que está cerrando la brecha digital para que los más pequeños tengan garantizado el derecho fundamental de recibir una educación de calidad.
Gracias a esta iniciativa y tu apoyo a Unidos por la educación, el colegio de Aaron y otras 150 escuelas en todo el país se están modernizando para que ningún niño se quede atrás. Como nos cuenta Tendai Takaendesa, el director del centro Dzvairo en nuestra visita a sus instalaciones, “hemos estado anhelando la enseñanza y el aprendizaje digital durante mucho tiempo, es un sueño hecho realidad. Teniendo electricidad e Internet, los alumnos podrán acceder fácilmente a todos nuestros recursos educativos”, nos explica emocionado, a la vez que nos enseña los paneles solares que dan electricidad a la escuela pero también a las casas de los profesores y a una estación para cargar teléfonos móviles.
La escuela primaria de Dzvairo, donde Aaron y sus compañeros aprenden gracias a la tecnología.
El programa Reimaginar la Educación de UNICEF se centra en seis áreas clave: educación ecológica, soluciones de aprendizaje digital, conectividad, acceso a dispositivos, contenido y datos asequibles y participación de los jóvenes.
Una de las niñas del colegio nos enseña su tablet para aprendizaje digital.
Este proyecto, se engloba en el programa Giga, que se enmarca dentro del Panel de Alto Nivel sobre Cooperación Digital de Naciones Unidas, tiene como objetivo conectar a todas las escuelas del mundo a través de Internet para el año 2030. El acceso al aprendizaje digital por parte de los alumnos que viven en comunidades rurales y desfavorecidas es vital para cerrar la brecha educativa con respecto a las zonas urbanas.
Como dice Zeinab Adam, representante de UNICEF en Zimbabue, “Reimaginar la Educación tiene que ver con garantizar que la educación sea accesible, flexible, inclusiva y sostenible, pero también innovadora. Necesitamos asegurarnos de que todos los niños, incluidos los de comunidades remotas y marginadas, tengan acceso a la educación”.
Una de las niñas de Zimbabue que participa en esta iniciativa prueba su portátil por primera vez.
Así, en el caso de que se produzca cualquier tipo de emergencia, ya sea sanitaria, como la de la COVID-19, o climática, como el ciclón Idai que destruyó infraestructuras y colegios en el 2019, los niños y niñas de Zimbabue tendrán su acceso a la educación garantizado, para que todos tengan las mismas oportunidades. “Antes envidiaba a los niños de las zonas urbanas”, nos cuenta Aaron, “pero ahora todos somos iguales: tenemos electricidad y ordenadores. Ahora no hay nada que me impida perseguir mis sueños”.
Si bien es cierto que tanto el joven como el resto de los alumnos jamás habían tocado un ordenador y están necesitando la ayuda de nuestros compañeros en la zona para familiarizarse con las nuevas tecnologías, tu aportación a Unidos por la educación les está cambiando la vida. Por eso, queremos darte las gracias en nombre de Aaron y de sus compañeros y animarte a que sigas colaborando con UNICEF para proteger los derechos de la infancia en materia educativa.