Contigo, facilitamos la educación en Zimbabue

Tu colaboración con el programa Unidos por la educación de UNICEF está haciendo posible la alfabetización de miles de niños y niñas, que han recibido más de 17 millones de libros de texto para empezar su formación.

Imagen de niños estudiando

Cuando hablamos sobre nuestro objetivo de garantizar que todos los niños y jóvenes reciban una educación de calidad, nos referimos precisamente a iniciativas como la que estamos llevando a cabo en los colegios de educación primaria y secundaria de las zonas rurales de Zimbabue. Antes de recibir el material escolar de UNICEF, los alumnos solo disponían de un libro de texto por aula, haciendo muy complicado para los profesores explicar una asignatura y, para los estudiantes, seguir la clase sin perderse. Todo ello ha propiciado que, durante años, el país tuviera unas tasas de analfabetismo sin precedentes, por lo que nos pusimos manos a la obra y trabajamos en la zona para que ningún niño se quede atrás.

En UNICEF nos estamos encargando de proporcionar libros de texto, material didáctico, mobiliario para las escuelas y todo tipo de herramientas para que los jóvenes disfruten de un buen entorno de aprendizaje.

Imagen de unos niños estudiando

Los niños y niñas del centro por fin pueden hacer los deberes con el apoyo de libros de cada materia.

Una de las escuelas que se están beneficiando de este programa es la Escuela Primaria Nyongolo, situada en el distrito de Hwange y que cuenta con 272 alumnos. A pesar de que en la zona hay grandes depósitos y minas de carbón, lo que la hace una zona muy rica en minerales, los lugareños sobreviven con trabajos mal remunerados, por lo que la mayoría no puede permitirse cubrir las necesidades educativas básicas de sus hijos. Nokuthula Ndebelea, la directora de la escuela, nos explica emocionada que “los libros de texto han supuesto un punto de inflexión para los alumnos. Desde que hemos recibido el material escolar, los estudiantes están subiendo sus notas y la calidad del aprendizaje está mejorando mucho”.

Teniendo en cuenta que la mayoría de los estudiantes ni siquiera sabían leer, la directora ve un antes y un después tras la implementación de esta iniciativa: “Sin esta ayuda nuestro centro ya no existiría, porque no teníamos fondos para mantener las instalaciones”, nos explica Nokuthula. Además, en nuestra visita al colegio tuvimos la oportunidad de charlar con el presidente de la Asociación para el Desarrollo Escolar, Joseph Ndlovu, que nos explicó: “Antes de la intervención de UNICEF no teníamos los medios para atender a los alumnos como se merecen. De hecho, la falta de pupitres hizo muy difícil mantener la distancia de seguridad durante la pandemia. Ahora, por suerte, todos los estudiantes tienen mesas y sillas individuales. ¡Los niños están felices!”

Imagen de una sala de clase

Una de las clases dotada con materiales de UNICEF.

Aparte del material escolar más básico, hay otras escuelas como la de Magunje High que están yendo un paso más allá, y han podido incluso montar un laboratorio de ciencias para que los alumnos puedan aprender asignaturas STEM, aquellas relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. En este colegio, situado en una zona rural a 80 km de Harare, la capital del país, tuvimos la oportunidad de charlar con algunos de sus alumnos que, como Loreen, han visto cómo por fin tienen todo lo que necesitan para emprender una carrera en el ámbito de la ciencia: “Quiero ser biólogo cuando termine la escuela”, nos cuenta el joven de 16 años, “pero hubo un momento en el que lo di todo por perdido, parecía imposible que nuestra escuela pudiera llegar a ser lo que es hoy, nos cuenta ilusionado.

El jefe del Departamento de Ciencias del centro, Tongai Musariri, nos contó que para 2024 están planeando introducir asignaturas de nivel avanzado en el plan de estudios para que tanto Loreen, como el resto de alumnos que van a su clase (algunos desde aldeas situadas a más de 20 km), puedan tener el futuro que ellos elijan: “No podemos seguir privando a estos niños de sus sueños, limitándonos a dar clases de carácter general. Llevamos años sin poder dar asignaturas de ciencias porque no teníamos infraestructuras”. Ahora, gracias a tu colaboración con Unidos por la educación, el colegio ha podido invertir más de 9.000 euros en convertir un bloque de aulas en ruinas en un laboratorio de ciencias. Hay que tener en cuenta que muchos de estos alumnos solían dar las clases debajo de un árbol, así que… ¡Eureka!

imagen de dos estudiantes

Loreen, con bata blanca, supervisa el experimento de uno de sus compañeros.

Finalizamos nuestra visita por los colegios rurales de Zimbabue en la Escuela Primaria Muneno, otro de los centros donde está llegando tu ayuda. Allí, charlamos con la joven Farirai, que ha pasado de no querer ir a clase a no despegarse de sus nuevos libros de texto. Y es que, según nos cuenta, la escasez de material escolar hacía que hubiera peleas en clase por ver quién utilizaba el único libro que tenían por aula. “Yo soy la más pequeña, y encima soy muy chiquitita, así que los más mayores me quitaban el libro siempre que caía en mis manos. Ahora cada uno tenemos el nuestro, así que ya no sufro ningún tipo de acoso y me puedo centrar en aprender”, nos explica aliviada.

Para poder recibir una educación basada en competencias, con asignaturas específicas para cada materia, contar con libros de texto específicos es fundamental, por eso la acción de UNICEF se está centrando en repartir el material en las escuelas de las áreas más desfavorecidas de los 72 distritos del país.

Imagen de unos niños jugango

Niños jugando en una de las zonas rurales donde se está aplicando el programa.

Hasta 6.000 colegios ya han recibido 17 millones de libros de texto, que cubren una gran variedad de áreas de aprendizaje: agricultura, ciencia, tecnología, artes visuales y escénicas, familia, religión, educación moral, educación física, tecnologías de la información y comunicación. Gracias a esta iniciativa, estamos reduciendo las tasas de analfabetismo, aumentando la participación en clase, evitando el acoso escolar y, lo más importante, protegiendo el derecho de miles de niños y niñas a estudiar, a mirar al futuro con esperanza y a tener la oportunidad que todos merecen.

 
© UNICEF/UNI83853/Asselin
© UNICEF/UNI83853/Asselin
© UNICEF/UNI83853/Asselin