¿Qué le dirías a tu yo del futuro?
Los 20 niños y niñas que participan en este proyecto lo tienen claro: van a trabajar duro para conseguir sus objetivos y lograr que las nuevas generaciones de su país tengan un futuro mejor. Una iniciativa de UNICEF de la que formas parte gracias a Unidos por la educación.
Con la vuelta al cole, los colegios de nuestro país se vuelven a llenar de estudiantes que llevan sus mochilas llenas de libros y, también, de sueños. Cuando nos hablan de qué les gustaría ser de mayores, no faltan jugador o jugadora de fútbol, astronauta, cantante, youtuber o influencer. Sin embargo, en una escuela de la región de Kédougou, en Senegal, hay 20 niños que lo tienen clarísimo: de mayores quieren trabajar para ayudar a la comunidad.
Estos niños y niñas aspiran a convertirse en abogados para defender a los más desfavorecidos, en maestros para apoyar a los estudiantes con dificultades académicas, en cirujanos para combatir la mortalidad materna o en empresarios para crear oportunidades laborales para los jóvenes de la zona. A través de un taller de redacción organizado por UNICEF, bajo el título “Carta a mi yo del futuro”, estos niños nos están demostrando que tienen el potencial para causar un gran impacto en la sociedad, pero también que necesitan que les proporcionemos las herramientas necesarias para conseguir todo lo que se propongan. Te invitamos a conocer a algunos de estos alumnos y alumnas y sus grandes planes para el futuro.
Nuestra representante de UNICEF en Senegal se hace un selfie con un grupo de estudiantes.
Rokhaya Faye, 12 años
"Quiero fundar varias empresas para ayudar a los jóvenes a encontrar empleo y contribuir al desarrollo de mi país. Me gustaría convertirme en una mujer de negocios exitosa". Así empieza la joven Rokhaya a leer su carta delante de sus compañeros. Y continúa: "Quiero ser capaz de inspirar a los demás, de no tener miedo a afrontar desafíos, de negociar acuerdos y superar expectativas, incluso si me comparan con los chicos". Toda una muestra de empoderamiento y de voluntad para llegar a lo más alto.
Jonas Cissokho, 13 años
"Me gustaría convertirme en el cirujano más reconocido de la región y del país". El joven comienza su intervención con una gran determinación. Además, nos explicó que “hay tanta escasez de cirujanos en mi ciudad, Saraya, y en la región de Kédougou, que mi objetivo es llenar ese vacío y destacar en mi campo. Seguro que la gente de los pueblos de alrededor se interesará por mis servicios, e incluso otros médicos del país querrán trabajar conmigo”. Aquí tienes la prueba de la importancia de creer en uno mismo.
En la imagen vemos a Rokhaya terminando de redactar su carta para poder leerla en voz alta delante de sus compañeros.
Jonas se sube a la tarima para explicar sus planes para convertirse en el mejor cirujano de la región.
Mady Diate Kaba, 10 años
A pesar de su corta edad, Mady tiene clarísimo que de mayor quiere ser médica para cuidar de la gente y desarrollar vacunas que eviten que los miembros de su comunidad sufran enfermedades. Ella misma nos lo explica: “Me apasiona la medicina y mi sueño es convertirme en una médica excepcional, creando vacunas revolucionarias contra las enfermedades que ponen en riesgo a mi comunidad, como la malaria”. Ojalá contar con ella pronto para que nos ayude a impulsar el derecho a una atención sanitaria de calidad en el continente africano para toda la infancia.
Famoumata Diakhaby, 12 años
Para esta alumna brillante, es fundamental que la gente entienda en qué consiste su trabajo y deje atrás los prejuicios: “Seguro que hay personas que piensan que he elegido esta profesión únicamente por los tres meses de vacaciones de verano, pero mi motivación va mucho más allá. Aspiro a convertirme en una de las mejores profesoras del país, y me sentiré muy honrada de que la sociedad confíe en mí para el bienestar, el desarrollo y la educación de quienes marcarán el futuro”. Así termina de leer en voz alta su carta, orgullosa y con una sonrisa de oreja a oreja.
Los representantes de UNICEF en Senegal moderan el debate con los alumnos participantes.
Salif Keita, 12 años
La principal actividad económica de la región de Kédougou es la minería, y los jóvenes son conscientes de que tal y como está la industria, dedicarse a ello conlleva trabajar en condiciones extremadamente difíciles y enfrentarse a la pobreza, la inseguridad, la delincuencia y los entornos insalubres. Ante esta situación, el joven Salif quiere estudiar en una escuela técnica para poder llegar a ser un alto ejecutivo del sector minero. Además, imagina un futuro en el que pueda nacionalizar la minería siendo Ministro de Minas, ¡eso sí que es apuntar alto!
Cuando todos los chicos y las chicas terminaron de leer sus cartas y de ponernos la piel de gallina con sus proyectos de futuro, tuvimos la oportunidad de charlar con Mamadou Niang, inspector académico de la región, y con el resto de profesores que han participado en esta iniciativa. Niang, que no podía ocultar su emoción tras el éxito de la primera edición de este certamen, nos contó que “el objetivo era enseñarles a los estudiantes el concepto de escritura, permitiéndoles imaginar su futuro. Cuando los niños escriben, plasman en papel sus emociones, su amor, sus pasiones y sus aspiraciones”.
Mamadou Niang posa en la biblioteca del centro con una de las estudiantes que han leído su carta.
A través de este taller, que hemos podido realizar gracias a tu colaboración con Unidos por la educación, estamos comprobando que estos niños y niñas, a pesar de ser tan pequeños, están muy bien informados sobre temas de actualidad y de la vida cotidiana de su país, así como de los cambios que se necesitan para que el conjunto de la sociedad evolucione. El señor Niang lo explica a la perfección: “Cuando una niña te dice que quiere ser matrona para combatir la mortalidad materna, te das cuenta de que ella personalmente ha experimentado o ha sido testigo de tal experiencia. Por eso, quiere contribuir en la creación de un sistema sanitario sólido en el que las mujeres ya no mueran durante el parto”. Palabras que son toda una lección de vida.
Los niños y las niñas han hablado: han compartido sus sueños y su visión del futuro que quieren vivir. Ahora nos toca a nosotros trabajar para defender sus derechos. Contamos contigo para ayudar a los más pequeños a disfrutar de la libertad más vital de todas: la de seguir siendo niños y soñar despiertos.