Akelius: un puente hacia la inclusión
Los niños refugiados y migrantes que llegan a los centros de acogida están disfrutando de una herramienta digital que les permite aprender la lengua del país de una forma eficaz y divertida. Y todo gracias a personas como tú.
Dejar atrás tu vida tal y como la conoces y, que, de la noche a la mañana, pases a ser un niño refugiado en un país desconocido es realmente complicado. Pero, además, imagina cómo deben sentirse estos pequeños cuando llegan a un colegio nuevo en el que no conocen a nadie y en el que ni siquiera pueden comunicarse porque ellos hablan un idioma totalmente diferente. Se trata de niños y niñas que llegan a países como Grecia, Serbia o Bosnia y Herzegovina con sus familias que, en la mayoría de las ocasiones, huyen de conflictos armados, golpes de estado, amenazas y todo tipo de peligros constantes.
Si alguna vez te preguntas de qué manera estamos invirtiendo tu ayuda a través del programa Unidos por los refugiados y migrantes de UNICEF, podemos nombrarte, por ejemplo, una palabra: Akelius. Se trata de una plataforma digital que proporciona un método eficaz para aprender idiomas extranjeros centrado en la comprensión auditiva. Los cursos de idiomas están disponibles en inglés, francés, alemán, griego, italiano, portugués, ruso, español y sueco, y se han convertido en una herramienta indispensable para miles de jóvenes de todo el mundo.
Un niño refugiado en Bosnia está aprendiendo el idioma gracias a Akelius.
En nuestra visita al Centro de Recepción Temporal de UNICEF en Ušivak, cerca de Sarajevo, tuvimos la oportunidad de comprobar in situ la gran acogida que está teniendo el programa Akelius entre los niños refugiados y migrantes al llegar al país. Según llegan a clase, abren sus mochilas, sacan sus tabletas, se ponen sus auriculares y ya están listos para empezar la clase de inglés con su profesora, Elma Šabanović. “Dado que los niños provienen de diferentes entornos socioeconómicos, lingüísticos y educativos, utilizar esta herramienta nos ayuda a superar todas estas diferencias. Además, no podemos quedarnos atrás y tenemos que promover la alfabetización digital. Y aunque la clase de inglés no es obligatoria, ¡ningún niño quiere perdérsela!”, nos explica la teacher.
Auriculares puestos y empieza la clase de inglés: la más divertida de todas.
Los niños y niñas que llegan a los centros de acogida no suelen pasar allí largas temporadas, por lo que necesitan herramientas que les permitan agilizar el proceso y poder comunicarse cuanto antes. El pequeño Ahmed (nombre ficticio para proteger su identidad) sabe muy bien de lo que hablamos: “Me lo estoy pasando genial con el curso de Akelius. He aprendido un montón y me gusta estudiar con la tableta, es muy divertido”. Según nos cuenta su profesora, “Ahmed es uno de los niños más activos. Y todo es gracias a esta herramienta, que se ha convertido en un puente de comunicación entre los profes y los jóvenes. Los niños hablan diferentes idiomas y al principio no hay manera de entenderse”.
Ejemplo de uso de la herramienta Akelius facilitada por UNICEF.
Lo que empezó siendo un proyecto piloto en cinco centros de acogida temporales, ahora se ha convertido en un instrumento de comunicación indispensable para miles de niños y niñas en todo el mundo. Hasta el momento, desde UNICEF hemos formado a 250 profesores para que puedan utilizar este programa, y se espera que lleguen a ser 350 para el 2025. En UNICEF empezamos a impartir el curso digital de idiomas Akelius en julio de 2020, para que ningún niño se quedara atrás en materia educativa a raíz de la pandemia. En aquel momento en el que los niños no podían asistir a clase de manera presencial para evitar los contagios, este sistema de aprendizaje supuso un antes y un después en la educación de los más pequeños.
La pequeña Roma ha aprendido a manejarse en varios idiomas gracias a este sistema de aprendizaje.
Gracias a tu colaboración con Unidos por los refugiados y migrantes, pudimos proporcionar Internet de alta velocidad y tabletas a cientos de niños y niñas, lo que les sirvió para realizar actividades educativas a la vez que fortalecían sus competencias digitales. La pequeña Roma, que habla cinco idiomas, nos explica lo que significó para ella tener acceso a Akelius durante el confinamiento: “Primero fui a la escuela en Iraq durante un año, luego tres años en Grecia y luego otro año en Bosnia, justo cuando estalló la pandemia. Mi inglés no era bueno, pero he mejorado mucho al poder estudiar con la tableta desde casa”, nos explica. Su próximo objetivo es aprender finés. Con Akelius, por supuesto.
Con una pequeña ayuda por parte de los profes, los alumnos manejan sus tabletas a la perfección de forma autónoma.
Gracias a este apoyo, estos niños y niñas están siendo capaces de derribar barreras e integrarse en su nuevo país de acogida. Las cifras de familias y menores no acompañados que se ven obligados a huir de sus hogares no para de crecer, por lo que desde UNICEF seguiremos junto a ellos buscando que puedan seguir siendo niños allí donde vayan. ¡Contamos contigo!