El viaje hacia la integración a través de la educación
La educación juega un papel fundamental en la inclusión de los menores no acompañados en sus países de acogida. Te invitamos a descubrir cómo estás ayudando a dos de estos chicos a empezar una nueva vida a través de Unidos por los refugiados y migrantes.
Hay jóvenes que tuvieron que migrar porque hubo una escalada de violencia en su país de origen; otros que escaparon de las consecuencias del cambio climático y buscan un lugar más habitable y, muchos, para huir de la pobreza e intentar encontrar su nuevo hogar allá donde haya más oportunidades. Las razones son variadas, pero ninguna de ellas justifica que haya millones de menores no acompañados en tránsito sin recibir ningún tipo de ayuda que garantice sus derechos.
De todos ellos, queremos contarte las historias de Diar y Yonathan, con una explicación, de primera mano, del impacto tan positivo que está teniendo tu colaboración con Unidos por los refugiados y migrantes en su integración en sus países de acogida. A través de las iniciativas educativas de UNICEF, los menores no acompañados pueden aprender el idioma, relacionarse con gente de su edad y formarse para tener muchas más posibilidades de futuro.
El joven Diar esperando a que abran las puertas de la ONG donde aprende el idioma local.
Diar Ahmad (Irak)
Con 16 años, este joven kurdo abandonó su hogar y se embarcó en un viaje interminable para huir de la guerra y la pobreza, dejando atrás a su familia, amigos y cualquiera en el que pudiera confiar. Intentó cruzar de Turquía a Grecia cuatro veces, pero nos cuenta que los policías de la frontera le pegaron, le quitaron lo poco que llevaba encima y le hicieron retroceder. Su intención era llegar a Alemania, pensando que allí podría terminar sus estudios y encontrar un trabajo, pero cuando llegó a Serbia, tuvo un grave accidente y se pasó tres meses en el hospital.
Tras varias operaciones y teniendo que soportar uno de los momentos más difíciles de su vida en soledad, Diar tomó la decisión de modificar sus planes y quedarse en el país. Y justo en ese momento, los asistentes sociales le hablaron sobre Info Park, un proyecto con el que colabora UNICEF en Belgrado. Ese día le cambió la vida: empezó a dar clases de serbio y a socializar con otros chicos, lo que le ayudó a sentirse en casa de nuevo.
Este proyecto ayuda cada año a miles de menores no acompañados que llegan a Serbia procedentes de Afganistán, Siria, Irak, Eritrea, Pakistán, India, Bangladesh, Egipto, Palestina, Argelia, Libia y Marruecos, entre otros. A través de los programas de inclusión, nos estás ayudando a proteger a estos jóvenes frente a posibles violaciones de derechos por parte de contrabandistas o traficantes de personas, y a que chicos como Diar puedan tener un futuro mejor. “Mi sueño es ser peluquero y montar un negocio con mis amigos. Cada día estoy más cerca de conseguirlo”, nos cuenta.
Yonathan nos enseña el Centro de Tareas y Actividades Creativas de ELIX al que acude a diario.
Yonathan (Egipto)
Este joven llegó a Grecia junto a su madre y su hermana para reunirse finalmente con su padre, que llevaba varios años en el país helénico trabajando y contando los días para volver a ver a su familia. Desde hace nueve meses, Yonathan forma parte del programa “Todos los niños en la educación” de UNICEF, que tiene como objetivo que ningún niño se quede atrás y que todos puedan recibir la educación que se merecen, sin importar su lugar de origen. Gracias a esta iniciativa, los migrantes reciben clases de apoyo (sobre todo del idioma local) y participan en actividades recreativas.
Se levanta todos los días a las siete de la mañana para coger el autobús que le lleva hasta Elliniko, donde va al instituto. Él mismo nos describe su día a día: “Hemos formado un grupo muy guay en la escuela. Hay muchos niños egipcios y jugamos juntos al voleibol, aunque no se me da muy bien. Aparte de estar con mis amigos, me gusta mucho aprender e ir a clase, sobre todo a matemáticas”.
Cuando le preguntamos a Yonathan por su futuro, el joven lo tiene claro: “Quiero viajar mucho y estudiar para ser piloto. Me encantan los aviones y tengo mucha curiosidad por saber qué es lo que se siente al llevar uno”. Gracias a personas como tú, está asistiendo a clases de refuerzo para prepararse para el examen de acceso a la universidad que tendrá que hacer el año que viene. Le estás ayudando a formarse para estar más cerca de su sueño.
Las mochilas azules de UNICEF llegan a estudiantes de todas partes del mundo.
Las historias de Yonathan y Diar, son un ejemplo de las que viven miles de jóvenes que llegan a Europa. Su situación de inicio es terriblemente difícil, pero los programas educativos de UNICEF les tienden un puente de integración en el país y en sus expectativas de futuro. Gracias a tu colaboración estos chicos y chicas, tras mucha oscuridad, empiezan a ver la luz.