Oportunidades para la vida en Ucrania
UNICEF, gracias al apoyo de personas como tú, está llevando a cabo un programa de atención primaria a domicilio para que los más pequeños tengan su derecho a la salud garantizado.
Desde que empezó la guerra en Ucrania hace ya 22 meses, nos hemos familiarizado con lugares como Mariúpol, Jersón, Odesa, Zaporiyia y, por supuesto, Kiev. El hecho de que los ataques se hayan concentrado en las ciudades más importantes está provocando que millones de niñas y niños ucranianos estén huyendo hacia zonas más seguras dentro del país. Se trata de zonas que, hasta ahora, han escapado de los bombardeos y han duplicado su población al acoger a miles de familias, como es el caso del distrito de Valky.
Mientras todo el país está viendo reducida su tasa de natalidad, Valky no para de crecer. A los 30.000 habitantes que vivían en la zona hace un par de años, se les han sumado 47.000 desplazados internos, entre ellos numerosas madres con niños pequeños o que acaban de dar a luz, y mujeres embarazadas. Como es fácil imaginar, los servicios de asistencia médica de la ciudad no estaban preparados para recibir a tal cantidad de personas. Por eso, desde UNICEF estamos llevando a cabo un programa de visitas domiciliarias con 350 médicos y enfermeras como Natalia para que los niños de 0 a 3 años puedan recibir los cuidados que se merecen. Y todo gracias, entre otras ayudas, a tu colaboración con Unidos por Ucrania.
Natalia nos enseña cómo es su día a día haciendo visitas a domicilio.
En estos últimos meses, Natalia está más ocupada que nunca, y es que tiene seis familias a su cargo. Ella es una de las enfermeras que forman parte del programa de atención sanitaria a domicilio que estamos llevando a cabo junto al Ministerio de Salud ucraniano, y se encarga de dar consejos sobre lactancia materna, vacunas, cuidados, prevención de lesiones, cólicos intestinales, aumento de peso, primeros paseos y primeros baños para los más pequeños de la casa. “Las mamás tienen mucho miedo de coger a sus bebés en brazos, creen que van a hacerles daño, por eso el papel de la enfermera es tan importante durante los primeros años”, nos cuenta Natalia.
En nuestra visita, tuvimos la suerte de acompañar a Natalia a visitar al pequeño Artem, de solo dos semanas, que vive junto a su mamá, Iryna. Para esta madre primeriza, tener garantizada la visita de una enfermera una vez a la semana es muy reconfortante, ya que puede preguntarle todas las dudas que le van surgiendo y, sobre todo, no tiene que caminar la media hora que le separa del hospital. En una ciudad sin transporte público, sería prácticamente imposible recibir la asistencia que tanto ella como su bebé necesitan.
“Confío totalmente en mi enfermera. Hoy en día tenemos acceso a un montón de información a través de Internet, pero sin las explicaciones de una profesional no entendería nada”, nos cuenta Iryna mientras tiene al pequeño Artem en brazos. Natalia aprovecha para medirle la cabeza y darle a su madre unas cuantas pautas para mejorar la lactancia y que el bebé vaya cogiendo más peso. Iryna escucha atentamente todas las recomendaciones y toma nota para ponerlas en práctica durante la siguiente semana.
Gracias a UNICEF ahora los pequeños disfrutan de chequeos a domicilio.
Cuando terminan, la joven nos cuenta que “tenía muchas ganas de ser madre, pero a la vez, da mucho miedo dar a luz en mitad de una guerra sin saber qué nos depara el futuro. La idea de no tener hijos era aterradora, así que ahora intento no pensar en la guerra y centrarme en mi bebé y en su salud”. A pesar de la guerra, ahora estas mujeres miran al horizonte con un poco más de esperanza y sueñan con una vida sin bombardeos en la que sus bebés crezcan sanos y felices.
Hasta que no se produzca un alto al fuego definitivo, la mayoría de los hombres aptos de entre 18 y 60 años han abandonado sus hogares para combatir junto al ejército ucraniano. Por eso, cada vez son más las mujeres que se ven obligadas a criar a sus hijos solas. Como nos explica Natalia, a veces no es solo un tema de salud, sino también hacerles sentir que cuentan con una red de apoyo: “Basta con hablar con ellas para evitar que se sientan solas. El estado emocional de la madre afecta directamente al bebé, así que intentaremos visitarlas más a menudo”.
Queremos darte las gracias porque, con tu ayuda, recuperan la esperanza y tienen más fácil sacar adelante a sus pequeños en una situación tan complicada. Te animamos a seguir colaborando con el programa Unidos por Ucrania para que los niños y niñas del país crezcan en un entorno seguro. A pesar de la adversidad, tu ayuda salva vidas y siempre llega a los que más la necesitan.