Una oportunidad para “conectar” con su futuro
Miles de niños, niñas y jóvenes ucranianos están volviendo a retomar sus clases de manera online gracias a la entrega de dispositivos electrónicos y, por supuesto, a tu colaboración con el programa Unidos por Ucrania de UNICEF.
Cuando suena la sirena que alerta a la población de Jersón sobre un ataque aéreo, el pequeño Yehor, de tan solo 10 años, entra en pánico. Han pasado meses y meses desde que comenzaran los enfrentamientos en Ucrania, pero el joven sigue reaccionando igual: se tapa la cara con las manos y busca rápidamente a sus hermanos, que intentan distraerle jugando con lo que tengan a mano. Eso sí, cuando comienza el bombardeo, los tres se esconden en una habitación, apagan la luz, se acuestan en el suelo y se cubren con una manta esperando hasta que pase la pesadilla.
Como puedes imaginar, esta angustia con la que conviven millones de niños y niñas ucranianos a diario les ha cambiado la vida. Todo lo que recuerdan, a pesar de su corta edad, ya no está: algunos de sus familiares no han sobrevivido a los estragos de la guerra, sus amigos están desplazados en algún lugar del país, la tienda donde les compraban la merienda al salir del cole fue destruida en algún bombardeo y su escuela tuvo que cerrar las puertas por falta de profesores, materiales, alumnos y, sobre todo, por seguridad.
Yehor y su hermano pequeño, Hlib, comprueban los efectos de los bombardeos en su barrio.
UNICEF no ha dejado de estar junto a la infancia de Ucrania desde que estalló el conflicto, protegiendo sus derechos e intentando que, en la medida de lo posible, estos niños y niñas puedan continuar con sus vidas. Por ello, uno de los pilares básicos de nuestro plan de acción en Ucrania es, como dijo Oksen Lisovyi, el Ministro de Educación y Ciencia del país, “hacer todo lo posible para evitar que a estos jóvenes se les considere una generación perdida”. Gracias a tu colaboración con Unidos por Ucrania, estamos dando pequeños pasos para conseguirlo, por ejemplo, con el envío de miles de ordenadores portátiles y tablets para que los niños y jóvenes puedan seguir desde casa las clases online que imparten sus profesores de siempre, como Tetiana.
El pequeño Hlib no quiere volver a separarse de Tetiana, su profe de primaria.
Es la profe favorita de los tres hermanos y, tras un año entero sin verla, por fin pudieron darle un gran abrazo y decirle cuánto la habían echado de menos. La escuela Khersonska reabrió sus puertas de manera excepcional solo para que pudiéramos entregar el material a los niños, y allí pudimos charlar con Tetiana, que nos contó que “muchos niños se han ido a consecuencia de la guerra, pero otros muchos siguen en la ciudad. Todos necesitan continuar con sus estudios y estar comunicados con el resto de la clase, ya que ninguno puede ir a la escuela, y no todas las familias pueden permitirse comprar un ordenador”.
Los tres hermanos visitaron su escuela el día de la entrega de las tablets y los portátiles.
Yevheniia, la madre de Yehor, Hlib y Tymofiy, es solo un ejemplo de las miles de familias que se están beneficiando de esta medida. Durante el último año, los tres hermanos han estado compartiendo el móvil de su madre para hacer los deberes por turnos. “Estaba muy preocupada por si empezaban a tener problemas en la vista al tener que leer textos tan pequeños en la pantalla del teléfono, pero ahora las tablets nos están haciendo la vida mucho más fácil”, nos cuenta emocionada.
Gracias a esta iniciativa, UNICEF ha entregado 10.000 ordenadores portátiles y tablets a niños y niñas en edad escolar. Además, para garantizar una educación inclusiva, estos dispositivos también se han entregado a niños con discapacidad y aquellos pequeños que viven separados de sus padres. Todo lo necesario para que ningún joven ucraniano se quede atrás.
Yevheniia tampoco quiso perderse la entrega de las tablets en el cole de sus hijos.
Como ves, tu colaboración con Unidos por Ucrania está siendo absolutamente imprescindible para que las niñas y los niños, que son los más perjudicados en todos los conflictos, recuperen la ilusión y la sonrisa a pesar de las tremendas dificultades a las que se enfrentan cada día. Juntos hacemos posible que se cumplan sus derechos, así que te damos las gracias de parte de todos ellos, esperando que un día se cumpla el más importante de todos: el derecho a vivir en paz.