La crisis humanitaria que asola República Centroafricana desde 2003 es la tercera más grande del mundo según la proporción de población que necesita ayuda humanitaria, más de la mitad. No obstante, todos los habitantes del país, unos 4,8 millones de personas –la mitad niños y niñas- se han visto afectados de una forma o de otra por el conflicto.
Miles de personas han dejado sus hogares, convirtiéndose en 620.000 desplazados internos y 573.000 refugiados en países vecinos. En consecuencia, miles de niños y niñas sufren desnutrición y el desplazamiento incrementa el riesgo de que contraigan tanto malaria como diarrea. En este contexto, se han producido graves violaciones de los derechos del niño, incluido el reclutamiento y el uso de menores por parte de grupos armados.
Quiero dejar todo esto atrás
Salim [nombre cambiado para proteger su identidad] desconoce su edad con exactitud, ya que carece de certificado de nacimiento, pero calcula que unos 13. Su padre era miembro de los Seleka (grupo armado) y fue asesinado; entonces, Salim se vio obligado a sustituirle. Como era pequeño, le utilizaban para transportar y repartir la munición a los combatientes.
Quiero dejar todo esto atrás, volver a la escuela y convertirme en funcionario
-Salim, ex niño soldado.
Esto es lo que nos contaba cuando fue liberado a finales de 2017. Ahora, con nuestro apoyo, su vida ha cambiado y está un poquito más cerca de conseguir su sueño.
UNICEF en acción
Desde UNICEF, que trabaja de forma permanente en República Centroafricana desde hace más de 20 años, hemos respondido a la crisis humanitaria que sufre el país desde el primer momento, analizando la situación de los niños, niñas y adolescentes afectados e identificando sus necesidades para brindarles el apoyo necesario mediante:
- Apoyo integral (sanitario, psicológico, legal, etc.) a los niños y niñas que dejan los grupos armados.
- El apoyo a familias de acogida para niños y niñas mientras se encuentra a su familia biológica.
- La concienciación sobre los derechos de los niños y niñas entre los combatientes y comandantes de los grupos armados, las autoridades locales y los miembros de la comunidad.
En 2019 conseguimos grandes resultados
250 niños y niñas liberados
de grupos armados con acceso a programas de reintegración que incluyen atención integral, educación y/o formación y reunificación con familias y comunidades.
1.200 niños y niñas de comunidades afectadas
por el conflicto participaron en actividades de apoyo psicosocial y prevención de nuevos reclutamientos.
Comunidades, autoridades y grupos armados
recibieron una formación específica sobre derechos de infancia–incluyendo violencia sexual y de género- y prevención de su vinculación con grupos y fuerzas armadas.