Niños en emergencias: la banda sonora de Alepo

Estamos rodeados de sonidos. Despiertos o dormidos, millones de audios al día estimulan nuestro cerebro. 

El pitido del microondas nos avisa de que el desayuno está listo. Cuando oímos que las puertas del metro se están cerrando, corremos para no perderlo. Nos ponemos nerviosos cuando nos llega un Whatsapp de alguien que nos importa. Nos emocionamos cuando escuchamos esa canción que tantos recuerdos nos trae.

Esta es la banda sonora de muchas de nuestras vidas. Pero nunca me había parado a pensarlo. Hasta que vi el vídeo de Judy.

Judy es una niña de 9 años que vive en Alepo. Nuestros compañeros de UNICEF en Siria la conocieron durante la campaña de "vuelta al cole" y quisieron contar su historia.

Niños en emergencias: ojalá solo fueran sonidos

"¿Qué es lo que más miedo te da?", le preguntan a Judy en el vídeo. Justo en ese momento, una fuerte explosión sorprende a la niña y su entrevistador. "Los bombardeos", responde. 

Esta es la banda sonora de Alepo. Todos los días, los niños de esta ciudad asediada por la guerra viven rodeados de los sonidos de bombas, tiroteos, explosiones y aviones sobrevolando sus casas y escuelas.

Y ojalá solo estuviéramos hablando de sonidos. Desde el mes de septiembre, más de 114 niños han muerto en el este de Alepo. Ya no quedan hospitales para atender a los heridos y el acceso a alimentos y medicinas es cada vez más limitado.

Niños en emergencias: yo no sería capaz

En la zona oeste de la ciudad, 2 colegios han sido atacados en los últimos días. En uno de estos colegios, una clase de cuarto curso estaba practicando un baile cuando el proyectil cayó en el patio.

A pesar de todo esto, a pesar del horror, la fuerza de los niños de Siria no deja de sorprenderme. Después de una explosión que a cualquier nos hubiera dejado helados, Judy es capaz de sonreír.

Y no solo eso. Judy demuestra una gran valentía cada día solo por el mero hecho de ir al colegio en medio de los bombardeos. Yo no hubiera sido capaz a su edad, ni sería capaz ahora.

Este sinsentido tiene que acabar. No podemos permitir que nos sigan llegando vídeos de niños sirios sufriendo las consecuencias de una guerra que ellos no crearon. Por Judy y por todos los niños como ella. Se lo debemos.