República Centroafricana: cuando "quedarse y repartir suministros" lo es todo
Nuestro representante en República Centroafricana visita España y nos cuenta la dramática situación que atraviesa la infancia en el país.
12/11/2021
Para los que trabajamos en cooperación internacional, la palabra ‘terreno’ tiene un significado muy especial. El terreno es ese lugar donde se produce la magia de nuestro trabajo. Puede ser una comunidad perdida en el altiplano boliviano donde se ha puesto en marcha un nuevo centro de salud que conseguirá vacunar a cientos de bebés, o una aldea etíope a la que ha llegado un nuevo maestro dispuesto a no dejar a ninguna niña fuera de la escuela. Lo importante no es el lugar, sino lo que allí sucede.
A causa de la pandemia, llevamos más de 18 meses sin poder visitar proyectos. Y sin que ese ‘terreno’ que tanto añoramos venga a vernos, a contarnos, a nutrirnos de sus historias. Esas historias que alimentan nuestro día a día y dan sentido a nuestro trabajo. Quizá por ello, la visita la semana pasada de Fran Equiza a la oficina fue una auténtica inyección de motivación, de alegría y de energía para todo el equipo de UNICEF España.
Teníamos hambre de terreno. Y a Fran le bastó una hora para llevarnos allí, y hacernos temblar de emoción, de admiración y de orgullo. Porque él tiene la capacidad de situarte física y emocionalmente en el lugar exacto. "La fortuna de trabajar en terreno es que puedes ver, tocar, oler y sentir el resultado de tu trabajo, de vuestro trabajo", nos dijo. Y fue capaz de trasmitirnos todo eso. Creo que no exagero si digo que cargó nuestras desgastadas baterías al 200%, y que nos ha dado fuerza para enfrentar estos últimos meses del año con un entusiasmo renovado.
RCA: uno de los peores sitios para crecer
En esta ocasión el lugar al que quería trasladarnos es República Centroafricana (RCA), donde llegó en septiembre de 2020, en plena crisis de la pandemia, para desempeñar el cargo de Representante. Un país inhóspito donde los grupos armados lo controlan todo, o casi todo. Un lugar donde nacer mujer es 'una doble condena', en palabras de Fran. Difícil imaginar lo que es vivir siendo mujer en un país donde ¼ de las niñas (25,8 %) se casan antes de cumplir los 15 años y donde la violación se ha convertido en algo habitual.
En RCA todo es muy caro, nos dice Fran. Y la explicación es sencilla: de los 22.000 kilómetros de carretera que tiene el país, solo 900 están asfaltados. Esto hace que el coste de los suministros se multiplique enormemente. Mientras el coste medio de vacunar a un niño en cualquier parte del mundo es de 0,60 dólares, en RCA hacer llegar una vacuna a un niño cuesta: 1,60 dólares. Una peculiaridad que dificulta la inmunización y contribuye a que uno de cada diez niños no llegue a cumplir los 5 años.
El miedo es uno de los mayores enemigos de la educación en RCA. En los medios rurales ningún niño asiste a la escuela secundaria. Las escuelas han estado cerradas durante meses, no por el miedo al COVID, sino por los grupos armados. Es difícil convencer a una madre de que lleve a su hijo a la escuela, cuando te pregunta asustada si le puedes asegurar que su hijo volverá de la escuela por la tarde, y la respuesta que tienes que darle es un 'no'.
Fran lleva trabajando en cooperación internacional casi toda su vida. Ha recorrido medio mundo, lidiando con contextos muy dispares, en América Latina, en el continente africano, y también en Oriente Medio. Se ha enfrentado y ha trabajado en emergencias humanitarias terribles, como la de Siria, que acumula 10 años seguidos en guerra, y donde pasó los últimos cuatro años, antes de llegar a RCA.
El trabajo de UNICEF en RCA
Hoy, cuando habla ante nosotros, sus compañeros en España, los que conseguimos los fondos que permiten que los programas de UNICEF puedan llevarse a cabo ‘en terreno’, nos felicita, nos agradece, y nos dice que nos admira y que nuestro trabajo sí que es difícil. Hoy, cuando habla ante nosotros, este hombre que sabe lo que es vivir bajo el bombardeo diario en Damasco, se emociona, y no puede seguir hablando, ante una simple y sencilla frase: “stay and deliver”.
Ante esa simple y sencilla frase en una diapositiva, que parece no decir nada, su voz se quiebra. Porque esas palabras definen el trabajo del equipo de UNICEF en República Centroafricana. Porque esas palabras, lo significan todo. Porque permanecer/quedarse y repartir suministros vitales en un país roto a pedazos, donde la vida vale muy poco, es la diferencia entre la vida y la muerte de miles de niños y niñas.
Como Representante de UNICEF en RCA, Fran pasará los próximos años allí, trabajando sin descanso, de eso estamos seguros. Liderará un proyecto y un equipo, con el único propósito de mejorar la vida de los niños y niñas más vulnerables. Intentará conseguir, o al menos avanzar, en lo que él define como sus sueños:
- Que el 100% de los centros de salud tengan un frigorífico. UNICEF está poniendo frigos solares en el país para mantener la cadena de frío y poder vacunar a los niños de enfermedades mortales.
- Que las niñas vayan a la escuela, y se queden. Con todo lo que ello significa: casarse más tarde, no tener embarazos precoces, alimentar mejor a sus hijos (previniendo la desnutrición).
- Ser capaces de ofrecer a los jóvenes alternativas que no tengan que ver con la violencia. Que dejen los grupos armados y tengan una motivación para seguir adelante.
Y en la batalla por conseguir hacerlos realidad, no estará solo. En República Centroafricana trabaja un equipo de más de 100 personas, la mayoría locales, además del apoyo de lo que llamamos 'las contrapartes', las organizaciones locales que nos permiten desarrollar nuestro trabajo. Y, por supuesto la población local, los niños, niñas y sus familias. Sin ellos, todo lo demás no tiene sentido.
La solidaridad de nuestros socios y donantes es clave
Pero también cuenta con un apoyo extra: el de nuestros socios y donantes. Los fondos que enviamos desde UNICEF España a países como RCA, para que las vacunas lleguen, las niñas puedan ir a la escuela y los niños que empuñan un arma puedan dejarla y tener alternativas, vienen de las aportaciones de nuestros donantes. En RCA el 63% de la población depende de la ayuda humanitaria. Entre todos, conseguimos marcar una diferencia, y que los niños y niñas de RCA tengan razones para crecer.
Porque lo que nos ha acercado Fran, con rigor y análisis, pero, también, con emoción y humanidad, es una realidad silenciada, que no debe ser olvidada. Pese al horror de lo que nos ha contado, siempre hay un mensaje de esperanza: "por más difícil que se pongan las cosas, y se pondrán más difíciles, nos quedaremos y seguiremos distribuyendo suministros a los niños y familias. Por más lejos que estén y por más complicado que sea, llegaremos hasta ellos".
Contamos con vosotr@s para que así sea.