Adopciones de niños en emergencias
Desde UNICEF recibimos numerosas llamadas de personas interesándose por acoger o adoptar a niños y niñas después de una catástrofe, como los terremotos, huracanes, inundaciones o en casos de conflictos armados.
Desde UNICEF recibimos numerosas llamadas de personas interesándose por acoger o adoptar niños y niñas después de una catástrofe, como los terremotos, huracanes, inundaciones o en casos de conflictos armados. El instinto de protección nos impulsa a ayudar, a abrazar a esos niños y niñas que se encuentran solos.
Realmente es impresionante el nivel de respuesta solidaria ante estas emergencias, teniendo en cuenta el compromiso que supone tomar una decisión como esta y estar dispuesto a ceder espacio, vida y afecto con un niño o niña afectado por una tragedia.
Como agencia de Naciones Unidas especializada en la atención a la infancia compartimos sin duda alguna la enorme preocupación ante la situación de los niños y niñas más vulnerables, especialmente cuando se han visto separados de sus familias o incluso si han quedado huérfanos.
Pero lamentablemente la experiencia de más de 75 años trabajando en crisis humanitarias nos dice 2 cosas:
- LA PRIMERA. Que no podemos asumir que son huérfanos los niños separados de sus padres tras un terremoto o una inundación. En estas situaciones los sistemas de registro y comunicaciones han quedado colapsados o muy limitados, por lo que se necesita tiempo para verificar el destino de sus padres o parientes cercanos. Una catástrofe no es el mejor momento para adoptar a un niño. Se han dado casos en los que un padre ha tardado un año en encontrar a su hijo tras una catástrofe, pero al final el pequeño recuperó a su familia. Mientras tanto, desde UNICEF les proporcionamos cobijo, asistencia médica y mucho apoyo emocional, pero en su país, en su cultura y con su gente. Deben recuperarse del trauma en su entorno, en la mayor normalidad posible que podamos darles. Siempre hacemos una evaluación de su interés superior para proporcionarles la mejor respuesta.
- LA SEGUNDA. Que estos niños y niñas están sometidos a un alto riesgo de caer en mafias dedicadas al tráfico de menores. Lamentablemente, estas situaciones de caos son aprovechadas por personas particulares o redes que pueden captar a niños y sacarlos fuera del país. Si las fronteras están abiertas para que niños y niñas sean cogidos y adoptados, el riesgo sería mucho mayor.
¿Cuál es la prioridad de UNICEF en estos casos?
Precisamente por todos estos motivos, la prioridad de UNICEF en estos momentos se centra en:
1. Encontrar a los niños y niñas y proporcionarles comida y medicamentos de emergencia, un refugio seguro, protección y cuidados.
2. Identificarles y registrarles, para poner en marcha cuanto antes todas las medidas posibles para reagruparlos con sus familiares.
En ningún caso podemos dar por supuesto que ninguno de estos niños tiene padres o familiares cercanos vivos. Apenas unos días después, muchos adultos todavía están buscando a sus hijos y lo que hacemos es poner en marcha registros paralelos de padres y familiares para intentar propiciar estos encuentros.
Porque, de hecho, la preferencia generalmente es que los niños y niñas permanezcan con sus padres o familiares, en un entorno conocido para ellos que les permita recuperarse del trauma en medio de la mayor normalidad que se pueda alcanzar dadas las circunstancias.
Sólo cuando no sea posible proceder a esta reagrupación, se cuente con análisis apropiados de la situación del niño y qué es lo mejor para él y haya controles para asegurar que no va a caer en manos de las mafias, se podrán poner en marcha otros mecanismos como la adopción.
Somos conscientes de que en ocasiones esto se percibe como trámites puramente burocráticos que perjudican al menor, pero la experiencia nos muestra que es todo lo contrario: son procedimientos imprescindibles para garantizar su protección y el respeto de sus derechos.
Por ello, las adopciones no deben tener lugar en un contexto de crisis humanitaria y se deben respetar las normas del derecho internacional humanitario y la Convención de la Haya en este sentido. Por el bien superior de todos estos niños y niñas.
¡Muchas gracias por volcaros en esta emergencia! ¡Vuestra ayuda ya está salvando las vidas de muchos niños y niñas!