Preguntas sobre las vacunas y la lactancia
LactApp sobre lactancia y vacunas.
01/03/2021
¿Puedo vacunarme si le estoy dando el pecho a mi bebé?
Cuando una madre que lacta a su bebé debe vacunarse, es posible que reciba información contradictoria que la haga dudar sobre si puede o no hacerlo. Ante ello, es importante saber que la gran mayoría de las vacunas son compatibles con la lactancia y no es necesario dejar de amamantar o retrasar la vacunación.
Para que las vacunas consigan que nuestro cuerpo genere inmunidad hacia una enfermedad, llevan en su composición partes del microorganismo (un virus o bacteria) o el microorganismo atenuado. Es decir, no tienen capacidad de producir la enfermedad y no suponen un riesgo.
Además, en ciertas vacunas hay factores de inmunidad que pasan a través de la leche. Por lo que el bebé, mientras sea amamantado, podría recibir también defensas. Solamente son incompatibles con la lactancia materna las vacunas contra la fiebre amarilla y contra la viruela.
¿Qué ocurre con las vacunas de la viruela y la fiebre amarilla?
Se aconseja no administrar las vacunas de la viruela y la fiebre amarilla a las madres lactantes, ya que existe un riesgo teórico de que la enfermedad pueda pasar al bebé. En la fabricación de estas vacunas se usan los virus causantes de la enfermedad de forma atenuada. Difícilmente podrían causar la infección, con la excepción de personas con problemas en su sistema inmunitario.
Y aunque la mayoría de las vacunas con virus atenuados son compatibles con la lactancia, al ser la viruela y la fiebre amarilla enfermedades graves, se considera que los bebés podrían ser vulnerables a ellas, ya que su inmunidad es aún inmadura.
A pesar de ello, el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos señala que si una mujer lactante tiene que viajar a una zona endémica de fiebre amarilla y no puede posponer el viaje, se le aconseja vacunarse.
¿Una madre que da el pecho debería vacunarse contra el coronavirus?
La vacuna contra la COVID-19 está recomendada por ahora para quienes tienen un riesgo aumentado de contraer la enfermedad o de desarrollarla de forma grave. A medida que estas personas estén vacunadas, se seguirá vacunando al resto de la población.
Ser madre lactante no es un riesgo añadido por sí mismo. El baremo para considerar que una madre debe ser o no vacunada es que forme parte de un grupo de población al que se le está suministrando la vacuna, como pueden ser las sanitarias o las docentes, entre otros, en función del país y el momento de la campaña de vacunación en el que se encuentre.
De la misma forma, el hecho de dar el pecho no se considera contraindicación de la vacunación si se está dentro de un grupo de riesgo.
¿Puede la madre transmitir la COVID-19 a su bebé a través de la leche?
Durante la lactancia existe mucho miedo a que cualquier enfermedad que padezca la madre pueda afectar al bebé a través de la leche, pero son muy pocas las situaciones en las que esto es así. Al inicio de la pandemia existía la duda de si el virus SARS-CoV-2 podría llegar a la leche, por lo que se extendió la recomendación de no amamantar en el caso de que la madre se contagiara.
Ahora sabemos que no es así, ya que el virus no se ha encontrado en la leche. Es más, varios estudios han comprobado que a través de la leche pasa inmunidad al bebé, de forma que, si la madre lo desea y su estado de salud lo permite, seguir con la lactancia podría aportar beneficios. Si una madre es positiva, la recomendación es que aumente la higiene (lavado frecuente de manos y mascarilla) y siga con la lactancia de forma habitual.
Por otro lado, desde LactApp hemos iniciado un estudio para comprobar si la vacunación de la madre también ofrece inmunidad al bebé. Creemos que es esencial poder crear evidencia científica relacionada con la lactancia materna. La investigación en este campo lamentablemente es aún muy limitada y se centra en aspectos generales que no aportan información clave. Pero para que las mujeres puedan tomar decisiones libres e informadas, necesitan estudios que les ofrezcan datos rigurosos.
¿Se han realizado estudios fiables en este grupo de población?
Las personas que amamantan y las embarazadas no han sido incluidas en las investigaciones sobre la vacunación contra la COVID-19. Es habitual en las investigaciones sobre cualquier tipo de medicación, pero especialmente grave en la pandemia actual. La mayoría de personas que están trabajando en primera línea (sanitarias, trabajadoras de residencias, docentes y otras empleadas) son mujeres, la mayoría en edad fértil. No disponer de investigaciones en este grupo poblacional hace que no se tenga la información suficiente para tomar decisiones informadas.
Aun así, sabemos que las vacunas comercializadas son compatibles con la lactancia, ya que tenemos en el mercado vacunas con tecnología similar que lo son. Y así lo han indicado los organismos internacionales competentes, como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El problema reside en que, al no haber investigaciones específicas, las mujeres reciben información poco clara, muchas veces contradictoria y a veces se encuentran en la dificultad de tener que elegir entre la vacuna o su lactancia. Es indispensable que se busque una forma segura para que las mujeres lactantes y las embarazadas puedan ejercer su derecho a proteger su salud con la misma tranquilidad que lo pueden hacer el resto de personas.