Explotación infantil: causas y consecuencias
Un niño de 16 años, secuestrado y forzado a casarse. © UNICEF/UN0645935/Mugisha
El trabajo y la explotación infantil son graves violaciones a los derechos de la infancia que responden a múltiples causas y tienen como denominador común la pobreza y las situaciones de vulnerabilidad social. El que las familias no dispongan de recursos suficientes o donde el cabeza de familia sufra una enfermedad o esté ausente, conlleva circunstancias que pueden empujar a los niños y niñas al trabajo infantil.
La infancia que vive una guerra, una crisis o un desastre natural corre un mayor riesgo de explotación y abuso. También los niños que migran solos son muy vulnerables y pueden verse forzados a realizar trabajos peligrosos en condiciones de explotación y, en concreto, las niñas y las adolescentes corren un riesgo particularmente alto de ser víctimas de redes de trata con fines de explotación sexual o para el trabajo doméstico. La infancia con discapacidad es más vulnerable a sufrir violencia, abandono y explotación.
La peligrosidad y las condiciones de explotación ligadas al trabajo infantil dañan el bienestar y la salud de niñas y niños, llegando a poner en riesgo su vida y oportunidades futuras. Pueden pasar largas jornadas en fábricas respirando aires tóxicos o manejando maquinaria pesada, o estar largas jornadas a pleno sol recolectando algodón. También hay explotación minera infantil. Todas estas situaciones les alejan además de ir a la escuela. El daño afecta también a su salud mental, porque muchos de estos niños y niñas, a veces, son apartados de sus familias y acaban en entornos donde son frecuentes los abusos o la violencia, sin ningún tipo de asistencia y protección social.
Esta es la historia de Joy, de 17 años, víctima de la trata en Nigeria:
¿Cuándo empezó el trabajo infantil?
El trabajo infantil hace referencia a todo aquel trabajo que es perjudicial para la salud, la vida y el bienestar de la infancia y que les impide ejercer otros derechos, como es el derecho a la educación.
Históricamente, a lo largo de distintas sociedades y contextos, se han dado situaciones de trabajo infantil. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) supone un hito fundamental en su erradicación, en concreto a través de su artículo 32: el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
En el año 2000, sus dos Protocolos Facultativos reforzaron los esfuerzos de la CDN para responder a las peores formas de explotación como son la explotación sexual o la participación de niños en conflictos armados.
Esta es la historia de Ibrahim: quería mudarse a Europa con la esperanza de una vida mejor. Para ello, recurrió a unos contrabandistas para huir de Sierra Leona cuando solo tenía 16 años:
¿Qué causa la explotación infantil?
Además de la pobreza en todas sus múltiples dimensiones (incluidas las carencias en el acceso a la salud, la educación, la vivienda o de ingresos de familias que viven en entornos muy vulnerables y estados muy frágiles), el que no haya trabajo en condiciones decentes para las personas adultas o la inseguridad alimentaria de los hogares son agravantes que concurren para forzar situaciones de trabajo infantil.
Además, desafíos y crisis actuales como la climática, la COVID-19 o las guerras hacen más proclives el trabajo infantil y la explotación.
Los países donde las cifras de trabajo infantil y la explotación infantil son más altos están en África subsahariana. Sin embargo, fenómenos como la trata (de la que la infancia es también víctima) no conocen frontera y pueden darse también en España.
Hasib, de 12 años, trabaja en un taller de coches. © UNICEF/UNI58432/Noorani
¿Qué tipos de explotación infantil existen?
Detrás del trabajo infantil hay situaciones peligrosas y también abusivas que ponen en riesgo la vida y la salud de niños y niñas. A su vez, se produce a edades muy tempranas (la mitad tiene apenas entre 5 y 11 años) e impide a niños y niñas ejercer otros derechos y tener una infancia de bienestar; por ejemplo, el trabajo infantil les aparta de la escuela o de poder acudir a un servicio de salud.
La explotación puede tener múltiples caras y adoptar formas muy extremas, son las llamadas peores formas de explotación:
- Las niñas y niños reclutados por grupos armados en las guerras.
- Las víctimas de trata y explotación y/o aquellas que son obligadas a mendigar.
¿Cómo prevenir la explotación infantil?
La estrategia de respuesta frente a la explotación y al trabajo infantil necesita de un enfoque de prevención, es decir, evitar que la infancia se vea forzada a llegar a estas situaciones. Pero también de identificación, atención y repuesta a los casos para proteger a las niñas y niños que son víctimas del trabajo infantil.
- Las políticas de protección social basadas en derechos para responder a las vulnerabilidades que obligan a trabajar a los niños se han mostrado muy exitosas: desde ayudas directas a las familias a contar con más medidas y trabajadores sociales.
- El registro de nacimiento para evitar que niños y niñas queden invisibilizados y sin prueba de identidad ha resultado también un mecanismo de prevención y protección fundamental.
- La escolarización y la vuelta a la escuela de los más vulnerables ya que la educación es un eje fundamental de la estrategia preventiva contra el trabajo infantil. Es perceptible la vinculación entre el trabajo y la explotación infantil y el abandono escolar.
- Asimismo, hay que abordar el trabajo y la explotación infantil desde los marcos legales, las leyes y las políticas de protección a la infancia.
¿Cómo afecta la explotación infantil a la sociedad?
La infancia en cualquier país y lugar debe estar protegida frente a la explotación, la violencia y el abuso. Los estados que son parte de la Convención sobre los Derechos del Niño tienen la obligación de proteger a los niños y niñas contra la explotación y contra cualquier trabajo que sea perjudicial y nocivo para su salud e impida su educación y bienestar.
La Convención les obliga a fijar edades mínimas y disponer condiciones garantistas de protección y sancionar cualquier violación a su articulado (Artículo 32, CDN).
A su vez, a coordinar y articular medidas para evitar cualquier forma de explotación y abuso sexuales (Articulo 34 y 35, CDN).
El trabajo y la explotación infantil, además de ser una violación de los derechos de la infancia, socavan los cimientos y valores sobre los que se sustenta una sociedad. La protección de la infancia es, por tanto, una cuestión de derechos humanos y es un paso clave para romper el círculo de pobreza y de desventajas que se prolonga entre generaciones y sociedades.
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