Conoce 8 recomendaciones de los niños al nuevo Gobierno

El pasado fin de semana hemos celebrado el Cuarto Encuentro Estatal de Estatal de Consejos de Participación Infantil y Adolescente donde tuve la oportunidad de escuchar a 200 niños de toda España que han venido a Santander a representar a sus 49 consejos.

Aunque llevo muchos años trabajando por los derechos de la infancia y he participado en muchos encuentros de niños y niñas, no puede dejar de emocionarme cuando los veo interactuar a los minutos de conocerse; cómo llegan a consensos y conclusiones sin conflicto y escuchándose entre todos a pesar de sus diferencias de edad; y con qué claridad nos cuenta su realidad y cómo la transformarían.

En Santander han estado 200 niños y niñas pero han sido muchos más los que este año se han convertido en investigadores para ir tras la pista de sus derechos, analizando la situación de la infancia y adolescencia en su comunidad y en su país. Algunos han salido a la calle para verificar las instalaciones de su localidad, otros han entrevistado a sus autoridades y asociaciones, han buscado datos, han hecho encuestas y hasta han contactado con un grupo de voluntarios de un campamento de refugiados en Grecia.

Son niños y niñas que no quieren ser oídos sino escuchados por el mundo adulto, por sus familias, profesores y gobernantes. Son niños y niñas que saben que pueden cambiar su realidad y la de sus co-ciudadanos si les permiten que sus opiniones cuenten. Son niños que dicen que conseguiremos la igualdad cuando no existan las diferencias. Son niños que entienden la protección como una sensación de bienestar que implica un respeto mutuo. Son niños que no quieren ser indiferentes al racismo y a la discriminación.

Con información, los niños saben buscar soluciones

Todos esos niños han desplegado un aluvión de energía durante el encuentro y han demostrado que cuando tienen acceso a la información pueden brindar soluciones simples y reales para mejorar su situación y la del resto de la población. Y son estos niños los que piden alto y claro a sus responsables políticos:

• Que quieren más hospitales en los pueblos, que la salud sea gratuita y de calidad para todos.
• Que los profesores solo den aquella asignatura para la que están especializados, que se coordinen entre ellos y que sus métodos de enseñanza prioricen la práctica sobre la teoría. Que eliminen las reválidas ya que consideran injusto que un solo examen sea la medida del éxito o el fracaso de meses de estudio. Que se fomente la mediación en los casos de acoso para escuchar a todas las partes afectadas.
• Que se cambie la forma de enseñar, que se eduque a través del derecho a participar. Que se fomenten campañas de sensibilización para que los adultos reconozcan y faciliten el derecho a participar de la infancia y adolescencia. Que se mejore la eficacia de la participación para que las propuestas planteadas realmente se pongan en marcha en el corto plazo. Que se tome más en serio la participación de los niños y de las niñas para pensar globalmente y actuar localmente.
• Que la igualdad esté presente de forma transversal en todos los ámbitos, como el deporte o la educación. Que se realicen campañas educativas para que se tome conciencia de que todos somos iguales y gozamos de los mismos derechos.
• Que se otorguen ayudas económicas a los que tienen pocos recursos.
• Que la información que brindan los medios de comunicación sea objetiva.
• Que se abran las fronteras, todos podemos ayudar sin dar la espalda a este problema que aumenta día tras día.
• Que se tomen medidas de conciliación familiar, ya que la familia es fundamental para prevenir situaciones de maltrato. Fuera de ella, los niños deben contar con la atención de todos los profesionales que forman parte de su crecimiento y desarrollo, como los profesores o pediatras.

Estas, como muchas otras propuestas, son las que nos llevamos de este Cuarto Encuentro Estatal de Consejos de Participación, animando al nuevo gobierno a que las tome en cuenta y que construya este país junto con los niños y las niñas. Porque la infancia de un país es el reflejo más puro de lo que somos como sociedad.