La frontera norte de Ecuador: un peligro real para los menores no acompañados
Por Natalio Carrasco García, cooperante vasco que participa en el Programa de Educación de UNICEF Ecuador Tras conocer la realidad de Ecuador tuve la oportunidad de integrarme en otras áreas de trabajo, brindando mi apoyo en otras labores técnicas, como la evaluación de la situación de la población en necesidad de protección internacional: refugiados reconocidos y solicitantes de asilo que viven en la frontera norte de Ecuador, especialmente niños, niñas y adolescentes refugiados y desplazados víctimas del conflicto armado colombiano.
El cordón fronterizo colombo-ecuatoriano abarca 586 kilómetros de frontera. En Ecuador la zona se caracteriza por elevados niveles de exclusión e inequidad social, marcada debilidad institucional, y la vecindad con una zona de conflicto armado y actividades ilícitas. A pesar de los esfuerzos de los Gobiernos de Ecuador y Colombia para impulsar en la frontera norte de Ecuador un proceso de paz, desarrollo y seguridad integral, el drama humanitario de personas desplazadas y refugiadas por el conflicto armado continúa de manera implacable. Especialmente alarmante es el caso de los miles de niños y niñas de nacionalidad colombiana que, por su especial vulnerabilidad, no tienen forma de ejercer sus derechos, especialmente los referidos a salud, nutrición y educación.
Un número importante de menores colombianos separados o no acompañados se han desplazado o han buscado refugio en Ecuador para escapar del reclutamiento forzoso por parte de grupos irregulares armados relacionados con el conflicto colombiano. Otros han huido de ataques armados. Otros han visto la muerte de sus familias. Es muy probable que las experiencias vividas por estos menores dejen profundas huellas tanto psicológicas como físicas en su desarrollo. En el caso de las niñas, adolescentes y mujeres, aunque los varones no quedan exentos, tienen el peligro de sufrir abusos y de caer en redes explotación sexual comercial y trata de personas.UNICEF trabaja junto con otras agencias de las Naciones Unidas para hacer valer los derechos de este colectivo, la niñez migrante, en el grupo de trabajo interagencial dedicado a la cooperación al desarrollo en la frontera norte del país. Otros de los proyectos en los que me he involucrado ha consistido enapoyar la realización y edición de materiales educativos de UNICEF y el trabajo de análisis de la situación de niños, niñas y adolescentes hijos e hijas de ecuatorianos migrantes. Se trata de otra realidad a la que deben de hacer frente: crecer sin el apoyo y guía de sus padres.