La guerra en Siria lleva activa ya nueve años y en 2019 continuó impactando gravemente en la vida de la infancia y la de sus familias y comunidades.
Uno 900 niños y niñas murieron el año pasado y más de 11 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria dentro de Siria, incluidos 5 millones de niños. Todos y cada uno de los niños y niñas sirias se han visto afectados por la violencia, la pérdida o la separación de sus familiares, el desplazamiento y la falta de acceso a servicios básicos esenciales, como la salud y la educación.
Las hostilidades en el norte de Siria tuvieron también consecuencias devastadoras para unos 4 millones de personas, especialmente en Idlib. La destrucción generalizada de infraestructuras vitales -como hospitales, escuelas, estaciones de abastecimiento de agua y panaderías- obstaculizó la prestación de ayuda humanitaria urgente.
En diciembre de 2019, las hostilidades se intensificaron aún más en el sur de esta ciudad, desplazando a casi 300.000 personas hacia zonas más seguras en el norte (se estima que el 80% son mujeres y niños). Este último éxodo exacerbó aún más la situación de vulnerabilidad de buena parte de la población durante la temporada de invierno.
Además, el conflicto en Siria sigue afectando a los países vecinos debido a los 5,6 millones de refugiados y refugiadas registradas, de los que más de 2,5 millones son niños y niñas.
Nunca pondré límites a mis sueños
En 2011, el año que comenzó la guerra de Siria, la violencia obligó a Nour y su familia a huir de su hogar, en un barrio de Homs (oeste). Buscaron refugio en Ar-Raqqa, en el noreste. Desde entonces, la vida de Nour fue un suplicio: en 2013 murió su madre, en 2015 su padre la mandó sola de vuelta a Homs con su tía, para que siguiera un tratamiento médico. No funcionó y le tuvieron que amputar una pierna. Dejó de ir a la escuela, pero Nour nunca perdió la esperanza.
“Tuve que acostumbrarme a caminar con muletas, y también a las miradas de la gente. Pero la vida sigue. Nunca pondré límites a mis sueños”, nos cuenta. Gracias a esa actitud y determinación, y a uno de nuestros programas de aprendizaje intensivo, Nour volvió a la escuela. Ahora recupera los cursos perdidos, esta vez junto a su padre y sus hermanas, que han podido volver a Homs
Soy muy optimista, sé que la educación puede ayudar a los niños a cumplir sus sueños
-Nour sueña con ser psicóloga para ayudar a su comunidad
UNICEF en acción
En 2019 nos hemos centrado en una respuesta multisectorial que ha abordado las necesidades humanitarias en materia de salud, nutrición, agua, saneamiento, educación y protección.
Igualmente, en los últimos tiempos hemos ido fortaleciendo progresivamente nuestro enfoque a largo plazo, con más intervenciones de fomento de la capacidad de recuperación.
En 2019 conseguimos grandes resultados
5 millones de niños y sus familias
con suministro de agua garantizado dentro de Siria.
5,3 millones de niños y niñas con educación
en Siria y los campamentos de refugiados de los países vecinos.
3,3 millones de niños y adolescentes vacunados
en campañas contra la polio en Siria.
Casi 1,2 millones de niños y niñas en Siria
y campamentos de refugiados con ayuda psicosocial.