Crisis climática: 1.000 millones de niños gravemente expuestos
En todo el mundo, cada vez son más frecuentes los episodios extremos causados por la crisis climática. ¿Quiénes son los más afectados? Como siempre: las niñas y los niños. ¡Hay que actuar ahora!
01/03/2022
Los niños de República Centroafricana, Chad, Nigeria, Guinea y Guinea-Bissau son, en concreto, los más vulnerables a los efectos del cambio climático. Sin embargo, estamos hablando de una crisis que pone en riesgo a todos los niños y niñas, en todos los continentes, haciendo peligrar su salud, educación y protección y exponiéndolos a enfermedades mortales.
La crisis climática no es una amenaza futura, está aquí, se está acelerando y si no se actúa ahora, seguirá afectando al mundo de formas cada vez más devastadoras, concluye el reciente Informe AR6 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
La evidencia es irrefutable: la crisis climática es una crisis infantil. "Y, a pesar de ello, los niños y niñas son pasados por alto en la planificación de la respuesta. Invertir en las necesidades de los niños más afectados por el cambio climático no está siendo una prioridad, en muchos casos ni siquiera está en la agenda. Es hora de poner a nuestros niños y niñas en el centro de la acción climática" afirma nuestra directora ejecutiva, Catherine Russell.
Todavía, muchos países carecen por completo de planes de adaptación o tienen planes que no protegen o abordan sus necesidades concretas y urgentes. Esto significa que la mayoría de niños siguen desprotegidos y no preparados para el creciente impacto del cambio climático.
La crisis climática es una crisis de los derechos de la infancia
En el primer análisis exhaustivo de los riesgos climáticos desde la perspectiva de los niños - La crisis climática es una crisis de los derechos de la infancia: Presentación del Índice de Riesgo Climático de la Infancia - los países se clasifican en función de la exposición de los niños a las perturbaciones climáticas y medioambientales, como los ciclones y las olas de calor, así como su vulnerabilidad a esas perturbaciones según su acceso a los servicios esenciales.
Con este índice, por primera vez disponemos de un panorama completo que nos revela dónde y de qué forma los niños son vulnerables al cambio climático. Se trata de un panorama mucho más grave de lo que podíamos imaginar.
Las perturbaciones climáticas y medioambientales están menoscabando la totalidad de los derechos de los niños, desde su acceso a un aire limpio, alimentos y agua potable, hasta su derecho a una educación, a una vivienda, a estar protegidos contra la explotación e incluso a sobrevivir. La vida de prácticamente todos los niños resultará afectada.
La mitad de los niños en el mundo viven en uno de los 33 países “de muy alto riesgo”
Alrededor de 1.000 millones de niños (casi la mitad del total de 2.200 millones que hay en el mundo) viven en uno de los 33 países considerados “de muy alto riesgo”.
Estos niños se enfrentan a la combinación letal de estar expuestos a múltiples perturbaciones climáticas y medioambientales y ser altamente vulnerables debido a la precariedad de los servicios esenciales que reciben, como el agua y el saneamiento, la atención médica y la educación.
Los resultados del análisis muestran la cantidad de niños afectados en la actualidad y revelan unas cifras que seguirán empeorando a medida que los efectos del cambio climático se aceleren.
Principales resultados:
El Índice de riesgo climático para la infancia revela los siguientes datos:
• 240 millones de niños están muy expuestos a las inundaciones costeras;
• 330 millones de niños están muy expuestos a las inundaciones fluviales;
• 400 millones de niños están muy expuestos a los ciclones;
• 600 millones de niños están muy expuestos a las enfermedades transmitidas por vectores;
• 815 millones de niños están muy expuestos a la contaminación por plomo;
• 820 millones de niños están muy expuestos a las olas de calor;
• 920 millones de niños están muy expuestos a la escasez de agua;
• 1.000 millones de niños están muy expuestos a niveles cada vez más elevados de contaminación atmosférica.
Si bien casi todos los niños del mundo corren el riesgo de sufrir alguna de estas amenazas climáticas y medioambientales, los datos revelan que los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y a menudo solapadas que podrían mermar el progreso en materia de desarrollo y aumentar las carencias de la infancia.
Se estima que 850 millones de niños (uno de cada tres en todo el mundo) viven en zonas donde se solapan al menos cuatro de las perturbaciones climáticas y medioambientales anteriormente citadas. Además, nada menos que 330 millones de niños (uno de cada siete en todo el mundo) viven en zonas afectadas como mínimo por cinco peligros considerables.
Del mismo modo, el informe revela incoherencias entre los países donde se generan las emisiones de gases de efecto invernadero y aquellos en los que los niños sufren las peores consecuencias del cambio climático.
En conjunto, los 33 países “de muy alto riesgo” emiten tan solo el 9% de las emisiones mundiales de CO2. Por el contrario, los 10 países que generan más emisiones representan casi el 70% de las emisiones mundiales. Sin embargo, solo uno de estos países se encuentra clasificado como país “de muy alto riesgo” en el índice.
Adaptación y resiliencia al clima
Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas mundiales, ellos sufrirán las peores consecuencias. Los niños de los países menos responsables sufrirán más que nadie.
Sin embargo, todavía nos queda tiempo para actuar: mejorar el acceso de los niños a los servicios esenciales, como el agua y el saneamiento, la salud y la educación puede aumentar notablemente su capacidad para sobrevivir a los peligros del clima.
Primero y siempre, los gobiernos tienen que cumplir con las ambiciosas reducciones de emisiones. Esta sigue siendo la única solución a largo plazo, ya que la adaptación climática tiene límites. Pero tenemos que actuar, ahora, para ayudar a los niños más vulnerables, que viven en los países con emisiones per cápita más bajas, a adaptarse a los impactos del cambio climático para que puedan sobrevivir y desarrollarse en un mundo que cambia rápidamente.
La manera más efectiva de proteger las vidas y medios de vida de las familias es preparar a los países y comunidades a través del desarrollo de la resiliencia al clima con un gran foco en la adaptación. Está probado que reduce el riesgo climático de la infancia. Construye resiliencia ante futuros shocks climáticos previstos. Trae beneficios económicos reales.
Nuestras peticiones a gobiernos, empresas y actores relevantes:
Desde UNICEF exigimos a los gobiernos, las empresas y los actores relevantes que tomen medidas como las siguientes:
1. Aumentar las inversiones destinadas a la adaptación y la resiliencia al clima en los servicios más importantes para la infancia. Si queremos proteger a los niños, a las comunidades y las personas más vulnerables de los efectos más graves del cambio climático, es necesario adaptar los servicios más importantes, como los sistemas de agua, saneamiento e higiene y los servicios de salud y educación.
2. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A fin de evitar los peores efectos de la crisis climática, es necesario emprender acciones contundentes de inmediato. Antes de 2030, los países deben reducir sus emisiones un 45% como mínimo (en comparación con los niveles de 2010) para impedir que la temperatura aumente más de 1,5ºC.
3. Proporcionar a los niños educación sobre el clima y competencias ecológicas, ya que son fundamentales para su adaptación y su preparación ante los efectos del cambio climático. A pesar de ser los menos responsables, los niños y los jóvenes sufrirán las desastrosas consecuencias de la crisis del clima y la inseguridad del abastecimiento de agua. Tenemos el deber de actuar en defensa de todos los jóvenes y de las generaciones futuras.
4. Incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y las decisiones relacionadas con el clima a nivel nacional, regional e internacional. Los niños y los jóvenes deben participar en todos los procesos de formulación de decisiones relacionadas con el clima y sus voces deben ser tenidas en cuenta.
5. Garantizar que la recuperación de la pandemia de COVID-19 sea respetuosa con el medioambiente, genere bajas emisiones de carbono y beneficie a todo el mundo, de una forma que no ponga en peligro la capacidad de las generaciones futuras para abordar y responder a la crisis climática.
"Hacemos un llamamiento a cada país a comprometerse para garantizar que una adaptación centrada en la infancia focalice todos los planes climáticos, como una cuestión de la más alta prioridad, y que se cubran todos los aspectos críticos de la supervivencia y el bienestar de los niños: agua y saneamiento, salud, nutrición, educación y protección", añade Russell, destacando, a su vez, los recursos necesarios para llegar a los niños más marginados y vulnerables de las comunidades más pobres.
¡Tú puedes sumarte a nuestra lucha para frenar las consecuencias del cambio climático en la infancia!