2024: un año horrible para los niños en conflictos

Esta es Samah, madre de una niña de 8 años a la que le han tenido que quitar de la cabeza la bala que nos muestra en su mano. Atrapada en Omdurman, a pocos kilómetros de Jartum (Sudán), Fátima fue herida por una bala perdida mientras desayunaba. Afortunadamente, fue atendida en uno de los hospitales que apoya UNICEF y se recupera. © UNICEF/UNI631159/Elfatih

28/12/2024

Cerramos 2024 con uno de los peores datos posible sobre los niños y niñas que viven atrapados en conflictos: son más de 473 millones de niños y niñas, más de uno de cada seis en todo el mundo. 

El porcentaje de niños y niñas que viven en zonas de conflicto se ha duplicado, pasando del 10% en la década de 1990 a casi el 19% en la actualidad. Estamos ante el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial.

Según un estudio de UNICEF de los últimos datos disponibles y de las tendencias mundiales predominantes, el impacto de los conflictos armados en las niñas y los niños de todo el mundo alcanzó niveles devastadores y probablemente sin precedentes en 2024.

“Prácticamente en todos los aspectos, 2024 ha sido uno de los peores años registrados para las niñas y los niños en conflicto en la historia de UNICEF, tanto por el número de afectados como por el nivel de impacto en sus vidas”, afirma Catherine Russell, nuestra directora ejecutiva.

Esta no debe ser la nueva normalidad. No podemos permitir que una generación de niños y niñas se convierta en el daño colateral de las guerras sin control.

Más niños y niñas que nunca

Se calcula que hay más niñas y niños que nunca viviendo en zonas de conflicto o desplazados a la fuerza debido a los conflictos y la violencia.

Los niños de la guerra, que ya alcanzan un número sin precedentes, se enfrentan a consecuencias terribles que alteran el día a día de su vida. Desde la muerte o la posibilidad de resultar heridos a violaciones flagrantes de sus derechos más básicos: no pueden asistir a la escuela y avanzar en su educación, recibir la atención médica necesaria y la vacunación de rutina o incluso pueden sufrir desnutrición grave.

“Un niño o niña que crece en una zona de conflicto tiene muchas más probabilidades de no ir a la escuela, de estar desnutrido o de verse obligado a abandonar su hogar -con demasiada frecuencia de forma repetida- en comparación con un niño o niña que vive en lugares de paz”, añade Russell.

Desafortunadamente, se prevé que esta cifra seguirá aumentando.

Por otra parte, los conflictos provocan aproximadamente el 80% de todas las necesidades humanitarias en el mundo. 2024 se ha convertido en el año más mortífero jamás registrado para el personal humanitario, con la muerte de 281 cooperantes, superando así los récords anteriores.

Preocupación por las niñas en los conflictos

La situación de las mujeres y las niñas es especialmente preocupante, con informes generalizados de violaciones y violencia sexual en situaciones de conflicto.

En Haití, en lo que va de año, se ha producido un aumento del 1.000% en las denuncias de incidentes de violencia sexual contra niños.  En situaciones de conflicto armado, los niños con discapacidad también tienden a estar desproporcionadamente expuestos a la violencia y a la violación de sus derechos.

Nadège, una mujer de 37 años, acompañada de sus cuatro hijos, tomó la decisión de abandonar el municipio de Gressier, en Haití, y buscar refugio en Léogâne, a aproximadamente 14 km de distancia, debido a la escalada de violencia perpetrada por grupos armados. © UNICEF/UNI579726/Plymouth

La educación se paraliza en los conflictos

Se calcula que más de 52 millones de niños y niñas de países afectados por conflictos están sin escolarizar. 

Los niños y las niñas de la Franja de Gaza y una parte significativa de los niños y las niñas de Sudán han perdido más de un año de escolarización, mientras que, en países como Ucrania, la República Democrática del Congo y Siria, las escuelas han sido dañadas, destruidas o reutilizadas, dejando a millones de niños y niñas sin acceso al aprendizaje. 

La destrucción de infraestructuras educativas y la inseguridad cerca de las escuelas han agravado una situación ya de por sí grave para la educación de los niños y las niñas en estas regiones.

Aumenta la desnutrición en los conflictos

La desnutrición entre los niños y las niñas en zonas de conflicto también ha aumentado a niveles alarmantes, ya que el conflicto y la violencia armada siguen siendo los principales impulsores del hambre en numerosos focos, perturbando los sistemas alimentarios, desplazando a las poblaciones y obstruyendo el acceso humanitario. 

Por ejemplo, en Sudán, se determinaron condiciones de hambruna en el norte de Darfur, la primera determinación de hambruna desde 2017. En 2024, se estima que más de medio millón de personas en cinco países afectados por conflictos vivirán en las situaciones de inseguridad alimentaria más extremas.

Cae la atención médica y de la salud mental en los conflictos

Los conflictos también tienen efectos devastadores en el acceso de los niños y las niñas a la atención sanitaria crítica. Alrededor del 40% de las niñas y los niños no vacunados o insuficientemente vacunados viven en países parcial o totalmente afectados por conflictos.  

Estos niños y niñas suelen ser los más vulnerables a brotes de enfermedades como el sarampión y la poliomielitis, debido a las interrupciones y la falta de acceso a la seguridad, la nutrición y los servicios sanitarios. 

El impacto en la salud mental de los niños y las niñas también es enorme. La exposición a la violencia, la destrucción y la pérdida de seres queridos puede manifestarse en la infancia a través de reacciones como depresión, pesadillas y dificultad para dormir, comportamiento agresivo o retraído, tristeza y miedo, entre otras.

Nisreen y su hijo menor, Abdullah, en el Hospital Mokha, apoyado por UNICEF (Yemen). Abdullah pesaba sólo 4 kg a los 12 meses porque padecía desnutrición aguda. Después de cinco días de tratamiento, Abdullah empezó a ganar peso para recuperarse. © UNICEF/UNI674339/UNICEF/YPN

Mayor desplazamiento de personas en los conflictos

A finales de 2023, 47,2 millones de niñas y niños habían sido desplazados debido a los conflictos y la violencia, con tendencias en 2024 que indican desplazamientos adicionales debido a la intensificación de los conflictos, incluso en Haití, Líbano, Myanmar, el Estado de Palestina y Sudán.

Los niños representan el 30% de la población mundial, pero por término medio representan aproximadamente el 40% de las poblaciones de refugiadas y el 49% de los desplazados internos. En los países afectados por conflictos, una media de más de un tercio de la población es pobre (34,8%), frente a poco más del 10% en los países no afectados por conflictos.

Más violaciones graves contra la infancia en los conflictos 

Según los últimos datos disponibles, de 2023, las Naciones Unidas han verificado un récord de 32.990 violaciones graves contra 22.557 niños y niñas, la cifra más alta desde que comenzó la vigilancia por mandato del Consejo de Seguridad.

Con la tendencia general al alza en el número de violaciones graves -por ejemplo, miles de niñas y niños han muerto y han resultado heridos en Gaza, y en Ucrania, la ONU ha verificado más víctimas infantiles durante los primeros 9 meses de 2024 que durante todo 2023- es probable que este año se produzca otro aumento.

"Los niños y las niñas de las zonas en guerra se enfrentan a una lucha diaria por la supervivencia que les priva de su infancia", concluye Russell.

Una vez más, hacemos un llamamiento a todas las partes en conflicto, y a quienes tienen influencia sobre ellas, para que tomen medidas decisivas que pongan fin al sufrimiento de los niños y las niñas, garanticen el respeto de sus derechos y cumplan las obligaciones que les impone el derecho internacional humanitario.

El mundo está fallando a estos niños y niñas. De cara a 2025, debemos hacer más para invertir la tendencia y salvar y mejorar la vida de la infancia.