5 años después del secuestro de Chibok: ¡No las olvidamos!
Hace 5 años, 276 niñas fueron secuestradas de una escuela en Chibok, en el noreste de Nigeria.Muchas, todavía están en cautiverio o desaparecidas.
15/04/2019
"Cuando pienso en mis hijas, lloro y rezo porque vuelvan pronto y sanas", dice Ali Mustafa. Perdió a tres de sus hijas cuando el grupo armado atacó su aldea en Mafa hace cuatro años. Su hija mayor, Babagana, tenía 15 años en ese momento y la menor solo 10. Habla con cariño y nostalgia de sus niñas. "Ver a otras chicas de la misma edad o la misma altura que juegan a los mismos juegos me rompe el corazón... me recuerdan tanto a ellas".
Ali Mustafa no es el único padre que echa de menos a sus hijas. El aniversario del secuestro de Chibok es un triste recordatorio de que los secuestros generalizados de niños y niñas continúan.
Las niñas de Chibok se han convertido en un símbolo del brutal conflicto armado en Nigeria y representan solo una parte de los miles de niñas y niños que han sido secuestrados por los grupos armados.
"Mi hijo y yo estábamos muy unidos. Solíamos recoger la casa, lavar ropa, hacer recados y buscar agua juntos", explica Habi Usman. "Lo extraño tanto... ahora lo hago todo sola". Su hijo mayor fue secuestrado hace cuatro años en Konduga. Hoy, ella cría a sus dos hijos pequeños sola en un campamento para desplazados internos.
"Boko Haram atacó mi casa, los combatientes pusieron un arma contra mi oído y amenazaron con matar a mi esposa ante mis ojos si no entregaba a cuatro de mis hijas", explica Kadir Kamsulim. Sus hijas fueron casadas con los combatientes en el pueblo y luego se las llevaron.
"Las chicas estaban cerca de la edad de casarse. Les había dicho que debían elegir a esposos que amaran, que yo no iba a elegir maridos para ellos. Eso hace que el recuerdo del secuestro sea aún más doloroso", cuenta Kadir. Casi tres años después, su esposa sufre graves episodios de hipertensión y ansiedad. "También estoy triste, pero tengo que consolar a mi esposa y no puedo mostrar mi dolor".
Los padres viven con ansiedad y miedo a los secuestros
"Cuando estoy sola, me aterra que los niños vuelvan adoctrinados por Boko Haram, y me maten", explica Hadiza Garba. Su esposo fue asesinado y tres de sus hijos fueron capturados por los combatientes cuando el grupo armado atacó su aldea en Dikwa.
"Espero que no importe lo que hayan hecho y que, cuando vuelvan, la familia, el emir, los ancianos y toda la comunidad los acepten de nuevo. Mis hijos no son malas personas. Si vuelven, los aceptaré", afirma Hadiza.
"Si hubiera una manera de llegar a mis niñas, me gustaría decirles que estoy aquí, esperándolas siempre", dice Yarima Adam. Sus hijas de 11 y 12 años, Falmata y Aisha, fueron capturadas hace cinco años por combatientes armados y no las ha visto desde entonces. "No sé dónde están".
Todos los padres nos dicen que no dejarán de buscar a sus hijos o que esperarán su regreso hasta que alguien les diga que están muertos. El mundo puede que haya olvidado a estas niñas y niños y a los miles de desaparecidos en el noreste de Nigeria, devastado por el conflicto, pero sus padres y sus familias no.
Desde UNICEF trabajamos en estrecha colaboración con el Ministerio de Asuntos de la Mujer y Desarrollo Social del estado de Borno para apoyar a las niñas y los niños que han sido rescatados o han escapado de su cautiverio. Este trabajo está financiado por los gobiernos de Francia, Japón, Noruega, Suiza, Estados Unidos y el Fondo Fiduciario de la Unión Europea.
Ayudar a los niños a volver a la vida normal después de las experiencias horrendas que han vivido durante los secuestros es un proceso complejo y largo. Se necesita más financiación para brindar asistencia y apoyo social, para reunir a las familias y para ofrecerles educación, agua potable y servicios médicos.