Animando desde la radio a ir a la escuela en Sudán
Todos los martes por la mañana, mientras sus hermanos y hermanas más pequeños se ponen los uniformes escolares, Suku Jane Simon, de 16 años de edad, se monta en un taburete, se ajusta los auriculares y anuncia serenamente el comienzo de su programa de radio
"Les aconsejo a todos los niños -ya sean varones o niñas-que vayan a la escuela", dice Suku por el micrófono.
"La educación es fundamental", agrega. "Cuando veo una niña que no va a la escuela le digo: 'Mi hermana, vamos a la escuela, porque eres pobre en conocimientos'".
De regreso a las aulas
El programa, que se llama "La opinión de los niños" y que es conducido de manera conjunta por estudiantes y docentes, se transmite una vez por semana en Radio Sudán Meridional. El programa es una de las muchas actividades que organiza la filial local del Movimiento para la Educación de las Niñas, una iniciativa popular que fomenta la paridad de género en materia de educación mediante la participación de los niños y las niñas.
Suku, que terminará sus estudios en la Escuela Secundaria de Juba en 2008, es una de las dirigentes estudiantiles más reconocidas del club dedicado al Movimiento para la Educación de las Niñas en su escuela. El club, que recibe apoyo de UNICEF, emplea la música, lasrepresentaciones teatrales y lasdanzas en las presentaciones que realiza en diversos puntos de Juba para convencer a los niños que no van a la escuela de que regresen a las aulas.
Además de producir el programa radial, Suku y sus compañeros conducen un programa semanal en el canal de televisión de Juba y llevan a cabo actividades de promoción en el mercado local, donde tratan de convencer a los niños que trabajan de que sigan estudiando.
"Tenemos que continuar informándoles, diciéndoles que se despierten y que obtengan una educación, porque la educación ayuda", dice Suku. "Si una niña está dispuesta a escuchar, háblale. Los niños prestan atención a tus consejos porque eres del mismo tamaño que ellos".
En el sur de Sudán, donde dos décadas de guerra civil han devastado la infraestructura de la nación y han dejado un legado de extrema pobreza, las palabras de Suku adquieren una resonancia especial. Muy pocas niñas completan aquí ocho años de educación primaria, y cientos de miles de niños y niñas ni siquiera asisten a clases. Además, las niñas enfrentan otros graves obstáculos, como el matrimonio adolescente, la cultura tradicional y la carencia de instalaciones escolares adecuadas.
Como muchos otros niños y niñas del sur de Sudán, Suku debió huir de la región durante la guerra. La niña se educó en un campamento de refugiados en Uganda y regresó con su familia a Juba tras la firma del acuerdo de paz de 2005.
Confianza en sí misma
Ahora, Suku transforma las dolorosas vivencias de su pasado en planes constructivos para el futuro. La niña, que domina cuatro idiomas, espera poder aprovechar la experiencia de sus actividades relacionadas con el Movimiento para la Educación de las Niñas para llegar a ser periodista profesional.
"Hemos sido testigos del cambio profundo que sufrió Suku desde que se involucró con el Movimiento para la Educación de las Niñas", comenta el Director de la Escuela Secundaria de Juba. "Es una buena alumna y todos le tienen cariño. Su participación en el Movimiento para la Educación de las Niñas le ha dado mucha confianza en si misma. Y para nosotros, Suku es una bendición".