Si #CierraUNICEF, millones de niños atrapados en emergencias podrían quedar desprotegidos
Si #CierraUNICEF millones de niños y sus familias en situación de emergencia no recibiríana ayuda que necesitan. En 2016 atendimos 344 emergencias en 108 países.
En UNICEF trabajamos sobre el terreno antes, durante y después de una emergencia o crisis humanitaria. Cuando un desastre golpea a una población, es fundamental que la respuesta llegue lo más rápido posible a los afectados. Cada minuto cuenta.
Pero la respuesta debe continuar también más allá del primer impacto. Más de 500 millones de niñas y niños viven en países afectados por conflictos armados, desastres naturales y epidemias, cuyos efectos persisten en su vida más allá del foco mediático.
Durante una emergencia hay que redoblar esfuerzos en diferentes áreas de trabajo como agua, nutrición, educación, protección, o salud. En UNICEF nos ocupamos de que así sea incluso meses después del desastre para que niños y familias puedan volver a la normalidad. ¿Te imaginas qué pasaría si dejásemos de existir?
#CierraUNICEF: el caso de Haití
En octubre de 2016, el huracán Matthew arrasó Haiti. Más de 800.000 personas necesitaban ayuda urgente para cubrir su necesidades básicas. 175.000 personas perdieron sus hogares y tuvieron que buscar refugio en asentamientos temporales.
Abner Dorvil, especialista en emergencias de UNICEF en Haití, fue de los primeros trabajadores humanitarios en llegar a la zona afectada. Solo dos días después de la tragedia, en cuanto las condiciones meteorológicas fueron favorables, Abner ya estaba en Jérémie preparado para evaluar las necesidades de los niños.
"Cuando llegué encontré una zona devastada. No había árboles ni casas y la población estaba en estado de shock y angustia". "Mi objetivo era apoyar a las autoridades a recoger información y compartirla rápidamente con la central para que pudieran ayudar a las mujeres y los niños de Grand’Anse tan rápido como fuera posible".
#CierraUNICEF: no podemos irnos
La situación en Haití antes del desastre ya era delicada para la infancia debido a la inseguridad alimentaria, la desnutrición, el cólera y la falta de protección para los niños más vulnerables. Con la llegada del huracán Matthew tuvimos que afrontar una nueva crisis.
Durante las 6 semanas posteriores al huracán, doblamos el número de equipos de respuesta frente al cólera hasta los 88, enviando 36 de ellos a las regiones más afectadas. Además, dimos una respuesta completa de agua, saneamiento e higiene a 477.270 personas y apoyamos una campaña de vacunación contra el cólera para 807.395 personas entre las que 309.000 eran niños de 1 a 14 años. También reunificamos a los niños que quedaron separados con sus familias y reconstruimos 133 escuelas.
Nada de esto habría sido posible si no hubiéramos estado allí. Por eso, aunque nos encantaría ver nuestro sueño cumplido y que ningún niño nos necesitase nunca más en ninguna emergencia, de momento no podemos irnos.
¡Ayúdanos a seguir trabajando por los derechos de los niños en todo el mundo hasta que #CierraUNICEF se convierta en una realidad!