¿Cómo pasan el duro invierno los niños en Ucrania?
Casi un año después del inicio de la guerra, las necesidades se multiplican por el frío extremo y los ataques que no cesan.
Eva, de 8 años, sufre bronquitis crónica y necesita tratamiento adecuado. © UNICEF/UN0760470/Hrom
30/01/2022
Casi un año después del inicio de la guerra en Ucrania, los niños y niñas continúan luchando por llevar una vida cotidiana con cierta normalidad, aunque en estos momentos les toca hacer frente a un invierno extremo, soportando temperaturas bajo cero sin posibilidad de encender una calefacción o incluso sin electricidad.
La guerra y los ataques a gran escala continúan en Ucrania, lo que provoca cortes generalizados de energía, agua y otros servicios esenciales, como la interrupción de la educación de los niños y adolescentes.
Eva sufre bronquitis crónica
Eva, de ocho años, en la foto de arriba, vive en una ciudad modular en Irpin desde que su vivienda familiar quedó totalmente destruida por la guerra. Allí, comparte una habitación con su madre Tamara y su hermana mayor Sofiya.
En esos 10 metros cuadrados transcurren sus nuevas vidas. Aunque, probablemente, lo peor no sean los espacios reducidos sino hacer frente a situaciones más críticas, como cortes de luz, problemas de calefacción, falta de comunicación a través del móvil o de acceso a Internet.
Hay pocas posibilidades de salir de allí por el frío. Por la noche, antes de ir a dormir, deben lavarse con agua helada. Para calentar a sus hijas, Tamara viste a Eva y Sofiya con tres sudaderas y las abriga con dos mantas.
Nada de esto es suficiente teniendo en cuenta que Eva sufre bronquitis crónica y no puede recibir el tratamiento adecuado. Debido a la falta de electricidad que puede durar hasta 8 horas, es imposible usar un nebulizador. “Eva tiene secreción nasal constante y tos porque nos congelamos", cuenta la madre.
La educación de Eva también se ha visto afectada. Como la escuela es demasiado fría, solo puede estudiar de forma remota, y eso cuando se restablece la energía. "Fuimos a la escuela, también nos congelamos allí. Ahora no llevo a mi hija porque no quiero que se enferme”, dice Tamara con pesar.
Tetyana y sus tres niños: el dinero en medicinas
© UNICEF/UN0760477/Hrom
Tetyana y sus hijos, Karina, de 11 años, y Davyd y Oleksandra, de 5, también viven en una de las unidades de la ciudad modular, esas filas de contenedores que se pueden ver en el fondo de la imagen familiar.
Hasta el pasado 24 de febrero, su casa era un apartamento en una ciudad tranquila cerca de Kiev. Pero tuvieron que huir el día después del inicio de los bombardeos. Solo pudieron llevarse una maleta.
Su viaje fue difícil ya que el puente que conecta Kiev e Irpin les explotó delante. La experiencia tendrá un impacto duradero en la salud mental de los niños, pasaron mucho miedo. Pero los problemas no acabaron ahí. El apartamento se quemó por completo con todo lo que tenían dentro.
La casa modular se ha convertido en su refugio temporal, la familia ahora no tiene dinero para hacer reparaciones en el apartamento.
Hasta hace poco, el lugar no tenía calefacción y los niños comenzaron a enfermarse. La hermana mayor, Karina, tiene asma y Davyd sufre de psoriasis. Su madre gasta todo el dinero en medicinas.
Zhenya, de siete años, no va a la escuela
© UNICEF/UN0760446/Hrom
Zhenya, de siete años, no ha estado en la escuela desde febrero pasado. "Debido a la posibilidad de ataques con misiles contra escuelas y guarderías, tienen miedo de abrir", dice. Estudia a distancia, entre frecuentes apagones.
Sin embargo, solo a veces logra conectarse a las lecciones, debido al bombardeo a la infraestructura crítica en la región, hay cortes frecuentes y se pierde la comunicación móvil.
El niño sigue las clases solo o con la ayuda de sus padres. Si la tarea es demasiado difícil, tiene que omitirla. Antes de las vacaciones de Año Nuevo, la escuela de Zhenya estuvo abierta durante unos días para que los niños pudieran hacer los exámenes.
Sus padres calientan ollas de agua en una estufa de gas para calentar la habitación que comparten. Se acuestan juntos por la noche y se cubren con todas las mantas que tienen.
Aunque Zhenya tiene miedo a estar solo en casa, por ello su madre lo lleva a su trabajo y espera allí hasta que ella está lista para salir, en el frío de la noche.
Los hermanos Milena y Eldar perdieron su hogar
© UNICEF/UN0760465/Hrom
Eldar, de 8 años, y su hermana de 10 años, Milena, viven en la ciudad de Dubky con sus padres, la abuela y cinco hermanos. Están tratando de mantenerse al día con sus estudios de forma remota, pero cuando se corta la luz, también lo hace Internet, por lo que no pueden acceder a sus clases.
Milena anhela regresar a la escuela. "Me gusta ir. A pesar de que ahora hay ataques aéreos y hay que bajar al sótano. Aún con el frío en la escuela, quiero estar allí, no estudiar online".
Su familia vivió la destrucción de su vivienda y el pequeño negocio familiar. Ahora viven en la ciudad modular, construida para desplazados internos que perdieron sus hogares debido a la guerra.
La llegada del invierno mostró que las viviendas temporales no eran adecuadas para los niños. Debido a la falta de electricidad, las casas están frías. Las temperaturas pueden bajar mucho en los peores días, la humedad es alta y se forma condensación. Hay tanta agua en los colchones de las camas que gotea hasta el suelo, formando charcos.
¿Cómo los estamos ayudando?
Antes del inicio del conflicto, UNICEF ya estaba en Ucrania y allí permanecimos, reforzando nuestro trabajo para salvar y proteger las vidas de los niños, niñas y sus familias.
Con las temperaturas cayendo en picado, nuestro objetivo es mantener a los niños a buena temperatura y arropados para hacer frente al duro invierno.
Para ello, estamos distribuyendo una variedad de materiales, como cajas con ropa de abrigo - mantas, sudaderas, pantalones, ropa térmica, calcetines, botas, etc.- y ampliando la asistencia con dinero en efectivo para uso de las familias.
UNICEF también está proporcionando calefacción y combustible a las escuelas, a la vez que entrega generadores y bombas de calor a los hospitales.
La guerra les está robando la infancia, pero juntos conseguiremos un futuro mejor para los niños y niñas de Ucrania.
Emergencia Ucrania.
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