Congo vive el segundo mayor brote de ébola de la historia
El 30% de los casos de ébola, confirmados o que podrían confirmarse, son niños. En UNICEF aumentamos la respuesta para frenar la propagación de la enfermedad.
Desde que hace 6 meses se declarase el brote de ébola en República Democrática del Congo (RDC), más de 740 personas han contraído la enfermedad, el 30% de ellas son niños. Un total de 460 personas han muerto y 258 han sobrevivido a la enfermedad. En UNICEF estamos aumentando la respuesta para atender a las víctimas, evitar la propagación y finalmente, acabar con este brote mortal.
Este es el décimo brote de ébola en RDC y el peor que ha sufrido el país. Es además el segundo brote más extenso de la historia a nivel mundial, tras el que se vivió en África Occidental entre 2014 y 2016. La respuesta al brote actual continúa obstaculizada por la inseguridad, el frecuente desplazamiento de las personas en las zonas afectadas y la resistencia de algunas comunidades.
"Si bien hemos podido controlar la enfermedad en gran medida en Mangina, Beni y Komanda, el virus continúa propagándose en la zona de Butembo, principalmente debido a la inseguridad y al desplazamiento de la población", explica Gianfranco Rotigliano, representante de UNICEF en RDC. "Estamos ampliando nuestra respuesta desplegando más personal a las zonas sanitarias de Butembo y Katwa, donde se han registrado el 65% de los nuevos casos de ébola de las últimas tres semanas".
Desde el comienzo de la epidemia, desde UNICEF hemos enviado más de 650 trabajadores para, junto con el gobierno, la sociedad civil, iglesias, y otras organizaciones no gubernamentales, ayudar a las personas y familias afectadas por la enfermedad y para crear conciencia sobre buenas prácticas de higiene para prevenir la propagación de la enfermedad.
En UNICEF luchamos contra el ébola en Congo
Nuestra respuesta está enfocada a la participación comunitaria, el suministro de agua y saneamiento, la protección de los niños en las escuelas y en ofrecer apoyo a las familias y niños afectados por la enfermedad. Nuestro objetivo es controlar y prevenir la propagación de la enfermedad para finalmente detener el brote, reducir el número de muertes por ébola, ofrecer protección, aliviar el sufrimiento y ayudar a los niños y familias afectadas.
Las personas que padecen la enfermedad, así como las familias afectadas y sus hijos, incluyendo los niños que se han quedado huérfanos por el ébola, y los que están solos, siguen recibiendo apoyo psicosocial para superar las consecuencias del virus. También estamos proporcionando entornos protectores para los niños en las escuelas y ofreciendo asistencia alimentaria y nutricional, tanto para niños como adultos, en los Centros de Tratamiento de Ébola.
"Nuestros equipos en Mangina, Beni, Oicha, Komanda, Butembo y Lubero trabajan sin descanso con esta estrategia multi-enfoque para acabar con el brote de ébola lo antes posible, y para ayudar a los niños y sus familias", señala Rotigliano.
Hasta el momento, nuestra respuesta y la de nuestros aliados ha contribuido a:
- Llegar a más de 10 millones de personas en las zonas afectadas con información de prevención, en colaboración con líderes comunitarios y a través de los medios de comunicación masiva.
- Suministrar agua potable a más de 1,3 millones de personas, en lugares públicos, centros de salud y escuelas.
- Formar a 8.146 maestros sobre medidas de prevención frente al ébola.
- Informar a 157.133 niños en 888 escuelas sobre las medidas de prevención.
- Proporcionar asistencia a 830 familias directamente afectadas por el ébola.
- Identificar 686 huérfanos por ébola y proporcionarles cuidados adecuados.