Crisis Rohingya: 7 años huyendo de la violencia
Los ataques mortales en el estado de Rakhine, Myanmar, se siguen intensificando
24/08/2024
Siete años han pasado desde que miles de rohingya huyeran de la violencia y la persecución en su país de origen, Myanmar. Siete años durante los cuales la violencia no solo no ha cesado, sino que continúa agravándose en el estado de Rakhine, en la costa occidental del país.
La escalada de ataques ha provocado el desplazamiento de unos 3,3 millones de personas, de las cuales casi el 40% son niños y niñas. Se estima que este año 18,6 millones de personas, una cantidad sin precedentes, casi un tercio de la población del país, incluidos 6 millones de niños y niñas, necesitarán ayuda humanitaria.
“Los hechos nos recuerdan las continuas amenazas que pesan sobre los niños y niñas en Myanmar”, ha declarado Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. “En Rakhine y en todo el país, los niños, las niñas y sus familias siguen pagando el precio del conflicto con sus vidas, sus medios de subsistencia y su futuro. Las partes en conflicto deben cumplir con su obligación de proteger a la infancia”.
Una oleada de desplazamiento que no cesa
Ya en 2017, las personas rohingyas que huyeron hacia Bangladesh se juntaron a las miles de personas refugiadas que se encontraban en el país procedentes de oleadas anteriores. En 2021 la crisis humanitaria continuó deteriorándose. Siete años después, cerca de medio millón de niños y niñas rohingya crecen en el mayor campamento de refugiados del mundo, y muchos de ellos nacieron allí.
Por su parte en muchas de las personas que salen huyendo, no consiguen atravesar la frontera de Myanmar y acaban convirtiéndose en desplazados internos. Desde el 13 de noviembre de 2023, la escalada del conflicto ha desplazado a unas 327.000 personas en el estado de Rakhine y en el municipio de Paletwa, en Chin. Esto eleva la estimación total de personas desplazadas internamente en el estado de Rakhine a más de medio millón de personas.
La llegada de ayuda humanitaria, en peligro
El 16 de julio de 2024, Taslima, voluntaria de nutrición de la comunidad rohingya, visita a Rubeda, de 28 años, para proporcionar asesoramiento nutricional y evaluar el estado nutricional de su hija Sofiba, de 2 años, en su refugio de los campos de refugiados rohingya de Cox's Bazar, Bangladesh. © UNICEF/UNI622138/Njiokiktjien
La labor humanitaria en Rakhine se ha vuelto extremadamente difícil. Los servicios esenciales, como el acceso al agua potable y la atención sanitaria, están en peligro, una circunstancia agravada desde enero por los cortes en la electricidad, las telecomunicaciones e Internet. La situación está afectando tanto a las actividades civiles como a las operaciones humanitarias.
En Bangladesh, la comunidad de refugiados depende por completo de la ayuda humanitaria y vive en refugios temporales en campamentos masificados. En colaboración con el Gobierno provisional de Bangladesh y sus aliados, UNICEF les proporciona agua y saneamiento, ha establecido centros de tratamiento para la diarrea y facilita el acceso a servicios de salud y nutrición para niños y mujeres embarazadas, así como a una educación de calidad.
UNICEF también ayuda a los niños afectados por la violencia, el abuso y el abandono, proporcionándoles servicios de protección. “El apoyo continuado de Bangladesh a la población refugiada –especialmente a los niños y niñas– es encomiable y fundamental”, ha afirmado Russell. “En los últimos 12 meses ha crecido nuestra preocupación por la situación de los campamentos en materia de seguridad y las violaciones de los derechos de la infancia. Estamos dispuestos a apoyar al nuevo Gobierno provisional de Bangladesh para garantizar que estos niños y niñas estén protegidos y tengan acceso a servicios esenciales”.
Niños Rohingya
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