Empeora la situación de los niños en Líbano
La magnitud de la crisis que enfrentan nos obliga a actuar con urgencia para garantizar que ningún niño pasa hambre, enferma o debe salir a trabajar.
23/11/2021
Sin ningún viso de que la crisis en Líbano vaya a terminar, el impacto sobre los niños y niñas empeora progresivamente: aumenta el número de niños con hambre, los que tienen que salir a trabajar para ayudar a sus familias cuando deberían ir a la escuela, y aquellos que no reciben la atención sanitaria que necesitan.
En los últimos seis meses, el deterioro de las condiciones de vida es evidente a la vez que preocupante. La mitad de las familias indican que sus niños se saltan al menos una comida, y casi un tercio afirma haber reducido los gastos en educación.
Líbano se enfrenta a una triple crisis producida por una de las peores depresiones económicas del mundo en la historia moderna, la pandemia de la COVID-19 y las consecuencias de las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de Beirut que aún perduran.
La economía pone a las familias al límite
Las familias ven cómo su economía se resiente por el aumento vertiginoso de la inflación que acarrea la subida de los precios, la escasez de puestos de trabajo y el incremento de la pobreza. Esto las ha llevado a tener que vender objetos domésticos para sobrevivir, incluso obtener créditos o pedir dinero prestado para comprar los alimentos.
Recientes estimaciones muestran que 8 de cada 10 personas viven en situación de pobreza, y el 34% en pobreza extrema. Estas cifras son aún más crudas para las familias de refugiados sirios que viven en el país, casi 9 de cada 10 vive en la pobreza extrema.
La situación es preocupante porque en muchas ocasiones la solución pasa por poner en riesgo a los niños y niñas: los hogares se ven forzados a enviar a sus hijos a trabajar para ayudar con los gastos familiares.
Disminuye la prestación de servicios básicos
La atención sanitaria de los niños y niñas también se ve resentida. Los niños no reciben atención primaria cuando la necesitan, aumentan los precios de los medicamentos, y las familias no pueden hacer frente al pago de una atención sanitaria adecuada.
A la vez, el país se enfrenta a una escasez de medicinas esenciales. Los precios aumentaron aún más después de que el gobierno comenzara a retirar las ayudas sobre ciertos tipos de medicamentos.
Para empeorar las cosas, la crisis de agua supone una amenaza a la salud pública. Muchas familias no tienen suficiente acceso a agua potable, en algunos casos debido al coste.
“El gobierno debe actuar rápidamente para salvaguardar el futuro de los niños. Esto requiere ampliar de manera importante las medidas de protección social, garantizar el acceso a educación de calidad para cada niño, y fortalecer la atención sanitaria primaria y los servicios de protección infantil”, advierte Yukie Mokuo, nuestra representante en Líbano.
UNICEF amplía su trabajo para dar respuesta a esta triple crisis
Desde el año 2020, UNICEF incrementa su programa de atención a los niños y sus familias para responder a todos los agravantes de la crisis:
- Proporcionamos ayudas en efectivo con carácter mensual a más de 95.000 niños y jóvenes vulnerables de todas las nacionalidades.
- Apoyamos las campañas de vacunación.
- Distribuimos suministros para dar respuesta a la pandemia de COVID-19: información sobre prevención de la transmisión del virus que alcanzó a unos 3,4 millones de personas, equipamiento de protección personal para más de 2.400 trabajadores sanitarios de la primera línea y equipamiento para más de 200 centros de salud.
- Ayudamos en el acceso a agua potable, construyendo las bases para una gestión eficiente de los recursos.
- Trabajamos para que los niños y niñas puedan continuar con su aprendizaje, rehabilitando escuelas y otras infraestructuras dañadas.
- Damos apoyo psicosocial a niños y jóvenes, muy necesario tras las explosiones.
Datos obtenidos del informe Sobrevivir sin lo básico; el impacto cada vez mayor de la crisis de Líbano en los niños.