Filipinas: suministros para los afectados por el tifón Odette
Hemos hecho un llamamiento de 11 millones de dólares para responder a las necesidades más urgentes de los niños, niñas y sus familias.
13/01/2022
El tifón Odette, cuyo nombre internacional es Rai, tocó tierra en Filipinas el pasado 16 de diciembre dejando una enorme huella de destrucción a su paso por las islas.
En estos momentos de tanta incertidumbre para la población, desde UNICEF manifestamos nuestro compromiso y disposición para dar apoyo al gobierno filipino y a los niños, niñas y familias más vulnerables.
En este sentido, lanzamos un llamamiento de 11 millones de dólares para llegar a los 200.000 niños y niñas más afectados por esta emergencia, con el objetivo de darles una respuesta inmediata y urgente.
864.000 niños y niñas necesitan ayuda urgente
Después de las primeras evaluaciones, las necesidades de los niños y sus familias ya son más evidentes: se confirma que unos 864.000 niños y niñas requieren ayuda.
Nuestros equipos de evaluación de Surigao del Norte, Isla Siargao, Isla Dinagat, Leyte del Sur, Cebu y Bohol nos informan que los niños necesitan principalmente agua potable, atención a la salud, nutrición, apoyo psicosocial y poder continuar con su educación, a la vez que un entorno de seguridad y de protección contra la violencia.
Entre los suministros más necesarios ahora mismo: alimentos, agua, medicinas, ropa, equipos de protección personal (EPP), utensilios de cocina, kits para familias con material para dormir, kits de higiene, alojamientos temporales, kits para catástrofes, tiendas de campaña para establecer centros sanitarios, mochilas de emergencia, etc.
"Vimos niños con diarrea en hogares y hospitales, sus padres preocupados apenas se recuperaban del impacto de perder sus hogares y sus medios de vida. Escuelas destruidas e inundadas. Alojarse en habitaciones llenas de gente en los centros de evacuación con adultos los expone al abuso y la explotación", cuenta nuestro representante en Filipinas, Oyunsaikhan Dendevnorov.
Los niños son quienes más sufren siempre en catástrofes como esta. Además, la amenaza del COVID-19 sigue presente, con lo que el tifón pone a la infancia de este país en una situación de alto riesgo de sufrir otro revés que podría alterar aún más sus vidas.
Pedimos priorizar las necesidades de los niños y niñas
- Hay que asegurar el acceso a la asistencia vital y a los servicios de salud materna, neonatal, infantil y adolescente de calidad para garantizar el derecho a la salud de todos los niños y mujeres, exacerbado por la pandemia.
- Las poblaciones afectadas deben tener un acceso seguro y equitativo a una cantidad y calidad de agua suficiente para satisfacer sus necesidades de consumo y de uso doméstico, así como a instalaciones de saneamiento adecuadas.
- Los niños deben ser evaluados para detectar casos de desnutrición y los niños desnutridos deben recibir alimentos terapéuticos listos para su consumo. Las madres lactantes entre los evacuados deben tener acceso a espacios seguros para dar de comer y amamantar a sus hijos.
- Los sistemas de protección de la infancia en las zonas afectadas deben establecerse y funcionar para prevenir y responder a todas las formas de violencia, explotación, abuso, negligencia y prácticas nocivas. Los niños no acompañados y separados de sus familias deben ser identificados, acogidos por una familia o por un sistema de cuidado alternativo adecuado y seguro, y se les debe proporcionar un plan individual de gestión y cuidado para su caso.
- El aprendizaje debe continuar en entornos de enseñanza seguros y protegidos para garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa.
- Los niños y jóvenes de Filipinas se encuentran entre los más vulnerables a los efectos devastadores de los desastres relacionados con el clima. Sus voces deben ser escuchadas, y se les debe incluir en la toma de decisiones relacionadas con el clima.
En UNICEF ya estamos en marcha
Nuestro personal en el terreno está llevando a cabo evaluaciones conjuntas con el gobierno de Filipinas y nuestros aliados, y liderando los grupos que trabajan en la provisión de agua, saneamiento e higiene, nutrición, educación y protección de la infancia.
Casi un mes después de la llegada del tifón, desde UNICEF hemos entregado suministros de agua, saneamiento e higiene a 45.000 personas.
Más de 2.700 personas ya tienen acceso a los hospitales temporales y unidades sanitarias rurales, establecidas en tiendas de campaña, y a medidas de prevención y control de las infecciones que provoca la COVID-19.
Otra de nuestras prioridades es dar tratamiento a los niños y niñas menores de cinco años que sufren desnutrición aguda grave. Para ello, hemos suministrado más de 1.800 sobres de alimento terapéutico listo para usar.
El UNICEF apoyamos también la continuidad de las actividades de prevención y respuesta al abuso, explotación, violencia y abandono.
Además, desde la oficina de UNICEF en Mindanao, en la ciudad de Cotabato, enviamos una partida preliminar de suministros a las islas Dinagat, Siargao, Surigao City y Surigao del Norte:
- Unos 2.000 kits de higiene y cuidado familiar, con artículos como cubos de agua, jabón, pasta de dientes y compresas.
- 2.767 paquetes de pastillas potabilizadoras de agua.
- 2.018 botellas (de 100 ml) de desinfectantes para el agua de uso doméstico.
- 2 depósitos plegables de agua a granel.
- 50 kits de letrinas de emergencia.
- 25 tiendas de campaña para hospitales y unidades de salud rural.
Desafortunadamente, no es la primera vez que la población filipina sufre una tragedia como esta. Hace diez años, el destructivo tifón Sendong/Washi asoló Mindanao, al igual que el tifón Pablo/Bopha que llegó en diciembre de 2012. En aquel momento, UNICEF ya desplegó una respuesta humanitaria masiva para salvar, proteger e impulsar la vida de los niños y niñas.
"Estamos trabajando duro para recaudar esos 11 millones de dólares (9,67 millones de euros) que nos permitan llegar a los 200.000 niños más afectados. Sin esa financiación, perderemos este período crítico para responder a las necesidades de los niños. Algunas de las zonas afectadas ya tenían tasas preocupantes de desnutrición incluso antes de la llegada del tifón. No podemos dejar a estos niños y niñas atrás".