Haití: seis meses después del terremoto
Seis meses después del terremoto del 12 de enero en Haití, se puede afirmar que la acción humanitaria masiva que se ha llevado a cabo en este país ha ayudado a evitar una catástrofe que podría haber sido aún mayor. No se ha deteriorado la situación humanitaria, pese a los desplazamientos internos, no ha habido epidemias ni brotes de enfermedades y no ha aumentado la desnutrición. Sin embargo, la situación todavía sigue siendo difícil: 1.600.000 personas viven todavía en asentamientos improvisados.
Entre las 1.600.000 personas que viven en los 1.342 asentamientos improvisados, se encuentran 800.000 niños, situación que los hace más vulnerables a contraer enfermedades, sufrir violencia, abuso o explotación y a no tener acceso a la escuela. Por ello, seis meses después, es esencial mantener el nivel de emergencia existente.
En un país donde casi el 46 por ciento de la población tiene menos de 18 años, el terremoto ha generado una situación de emergencia sin precedentes para la infancia. Los niños siguen haciendo frente a amenazas extremas, aunque la ayuda recibida ha servido para evitar una gran catástrofe.
Las tareas de recuperación y reconstrucción serán un reto para los próximos años. Para UNICEF, la meta a medio plazo es llegar a las personas más pobres y vulnerables y garantizar que todos los niños de Haití puedan ejercer su derecho a la supervivencia, a la educación, a la protección, a la defensa frente a conmociones económicas, ambientales y sociales, y a crecer con dignidad y esperanza en el futuro.
Logros de UNICEF a seis meses del terremoto
Hoy en día, UNICEF proporciona agua potable a 333.000 personas. Además, más de 275.000 niños han sido inmunizados contra las principales enfermedades prevenibles. Paralelamente, se han distribuido 177 paquetes de emergencia que contienen medicamentos esenciales para combatir las enfermedades más peligrosas para los niños: la diarrea y la neumonía- un sólo paquete puede ayudar a tratar la malaria en 1.000 niños.
En el campo de la nutrición, a seis meses del desastre,más de 550.000 niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y lactantes se han beneficiado con suplementos alimenticios listos para consumir, mientras que más de 186.000 niños de entre nueve y siete meses de edad también recibieron suplementos de vitamina A. Ello ha contribuido a estabilizar la situación, aunque se calcula que aproximadamente 65.000 niños con desnutrición aguda requieren asistencia nutricional específica y más de 15.000 sufren desnutrición grave.
En el ámbito educativo, se ha trabajado para ayudar al 80 por ciento de las escuelas afectadas por el terremoto, mediante una combinación de actividades de limpieza de escombros, instalación de espacios de enseñanza provisionales, distribución de materiales básicos y apoyo a los docentes. Además, han creado más de 1.297 tiendas de campaña para 225 espacios de enseñanza provisionales.
Asimismo, se están atendiendo a 500.000 niños vulnerables afectados por el desastre, con el objetivo de restaurar un entorno seguro y protector. Se está ampliando la red de Espacios Amigos de la Infancia, diseñados para ofrecer a los niños un espacio seguro para participar en actividades recreativas y donde puedan recibir apoyo psicosocial.Más de 62.800 niños se benefician de 225 espacios específicos para ellos. UNICEF está intensificando las labores de registro, identificación y procesos de búsqueda de familias de niños separados. Hasta junio, se han registrado más de 2.000 niños separados, de los cuales 337 se han reunido con sus familias.
Claves del proceso
El terremoto puso de manifiesto la existencia de grandes desigualdades en la sociedad haitiana. Para UNICEF, un área clave para la mejor reconstrucción del país es la educación, asegurar el acceso a la educación igualitaria para todos, que es la verdadera clave del empoderamiento de la infancia, el futuro de Haití. Capacitar a los niños para participar en la reconstrucción asegurará que se conviertan en los verdaderos motores del cambio.
Principales preocupaciones
Las condiciones de vida siguen siendo muy precarias y los desafíos son aún importantes. El saneamiento es una gran preocupación con apenas una letrina cada 145 personas en los asentamientos espontáneos, lo que puede causar la propagación de enfermedades.
Además, 500.000 niños están en condiciones de extrema vulnerabilidad y precisan servicios de protección a la infancia. También preocupa el acceso a la educación, en la medida que el 90 por ciento de las escuelas de la zona afectada por el terremoto resultaron dañadas, lo que representa el 23 por ciento de todas las escuelas del país. A ello se une el hecho de que se han registrado drásticas reducciones de la tasa de inscripción escolar en las zonas afectadas.