Huracán Dorian en Bahamas: ayudamos a los niños y sus familias
Repartimos suministros para que 9.500 personas tengan agua potable y contribuimos a que 10.000 niños desplazados vuelvan al colegio.
09/09/2019
"Tuvimos que nadar en agua sucia para salvar nuestras vidas, luchando contra fuertes corrientes. Ahora todo está destruido, incluidas las escuelas. No hay agua para beber". Nos lo cuenta Benson Etienne, de 15 años, que se encontraba junto a su familia de 8 personas en la casa de dos plantas donde viven en Islas Ábaco.
Es un milagro que Benson esté vivo. El viento y las lluvias del huracán Dorian han dejado un reguero de dolor y destrucción en Bahamas. Según las cifras del Gobierno, hay al menos 50 muertos, unos 2.500 desaparecidos, unos 70.000 damnificados –de los que más de 18.000 son niños- y numerosas infraestructuras (como carreteras, puertos y aeropuertos) han quedado seriamente dañadas o directamente han desaparecido, lo que dificulta el acceso humanitario.
A pesar de ello, en UNICEF ya estamos ayudando a las comunidades de Bahamas afectadas por el huracán. Trabajadores humanitarios reparten esta semana cerca de 1,5 toneladas de suministros vitales que han llegado a la capital Nasáu transportadas por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
Estos suministros, que incluyen más de 400.000 tabletas de potabilización de agua, varios tanques de 5.000 litros y 1.000 bidones, servirán para dar acceso a agua segura a más de 9.500 niños y sus familias.
En UNICEF pudimos acceder a Abaco, el área más afectada por el huracán Dorian junto a Gran Bahama, el viernes 6 de septiembre. Nuestro equipo fue testigo de una devastación y destrucción generalizadas. En Marsh Harbour y sus alrededores, hay escuelas y hospitales arrasados, casas y caminos derrumbados, coches y barcas colgados de las copas de los árboles…
"Los niños y familias supervivientes del huracán han perdido sus hogares, sus medios de vida, sus familiares y apenas tienen acceso a agua y alimentos (…) Es necesario que reciban ayuda humanitaria a la mayor brevedad", ha dicho nuestro director regional adjunto para América Latina y el Caribe, Youssouf Abdel-Jelil.
El reconocimiento aéreo y las evaluaciones preliminares reflejan que las inundaciones han dañado los sistemas de agua y saneamiento en Abaco y algunas áreas de Gran Bahama. La falta de agua segura y saneamiento adecuado pone a las comunidades en riesgo de contraer enfermedades que se transmiten por este medio.
Vamos a seguir trabajando, en colaboración con el Gobierno, agencias de Naciones Unidas y otros aliados como la FICR, para ampliar nuestra respuesta humanitaria y atender las necesidades más inmediatas de los niños y las familias en todo Bahamas, incluyendo acceso a agua potable y saneamiento, nutrición, apoyo psicosocial y actividades de educación no formal.
Huracán Dorian: 'vuelta al cole' para 10.000 niños
En este sentido, estamos apoyando al Gobierno de Bahamas en la matriculación de unos 10.000 estudiantes desplazados por el huracán en escuelas seguras que no han resultado afectadas. Estos alumnos, de entre 4 y 19 años, también podrán acceder a múltiples servicios públicos hasta que termine este proceso a mediados de octubre, incluidas evaluaciones médicas, ayuda para uniformes y almuerzos, servicios de asesoramiento y referencias para participar en actividades sociales, deportivas y extra curriculares, con transporte gratuito en autobús cuando sea necesario.
“Después de un desastre natural de tal magnitud, las escuelas no solo deben ser lugares para aprender sino también entornos seguros para reconstruir vidas destrozadas y curar heridas internas a través del juego y la amistad. Para los niños, niñas y adolescentes desplazados, es un poderoso signo de esperanza, una oportunidad para volver a un sentido de vida normal, en el aula y en el patio de recreo”, ha dicho nuestro director regional para América Latina y el Caribe, Bernt Aasen.
Por otra parte, vamos a empezar a distribuir 120 kits recreativos transportados por el Gobierno de Jamaica. Estos suministros recreativos, diseñados tanto para escuelas como para refugios, ayudarán a unos 6.000 niños afectados por el huracán a superar el dolor y el trauma a través del juego, los deportes y el aprendizaje.