Jóvenes ecuatorianos que asisten a un foro de las Naciones Unidas hablan en defensa de los derechos de los niños y niñas indígenas
Tres jóvenes ecuatorianos presentaron en el Sexto Período de Sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, que finalizó el 25 de mayo, un plan de trabajo cuyo objetivo consiste en defender los derechos de los niños y niñas indígenas de su país
Los jóvenes que realizaron la presentación -Nadino Calapucha, de 16 años; Jessica Peñafiel, de 13, y Lourdes Yamberla, de 18- esbozaron una serie de ideas que fueron el resultado de diversas reuniones previas de un grupo más amplio de jóvenes en el Ecuador.
Nadino dice que es necesariogarantizar que esas propuestas no sean archivadas sino, por el contrario, ampliamente difundidas.
"En esta reunión no hemos visto muchos niños. Creo que somos los únicos", declara Nadino a Radio UNICEF. "Por eso me parece bueno que hayamos plantado una semilla al venir aquí, para que en la próxima reunión participen los niños y las niñas y hagan oír su voz. Los adultos no saben lo que significa ser niño, por eso es importante que en los foros de este tipo se presenten los puntos de vista de la infancia".
Jessica agregó que el plan que presentaron no se limitaba al territorio del Ecuador. "Nosotros, los niños y adolescentes ecuatorianos, formulamos este plan para que en los demás países del mundo se creen otros semejantes", explicó.
Problemas con las condiciones de vida
Los tres niños, que son integrantes de la nación kichwa en el Ecuador, se expresan tanto en español como en su kichwa natal.
Lourdes comenta que en el Ecuador coexisten 14 nacionalidades y que cada una de ellas tiene tradiciones propias. "Cada una cuenta con su propio idioma. Algunas de esas lenguas están vivas, aunque otras están prácticamente muertas. Queremos hacer renacer esas lenguas y costumbres", comentó. "Lo que pedimos es que en las escuelas los maestros nos enseñen nuestra historia, y también creemos que algunos docentes deberían ser indígenas, de manera que las escuelas reflejen la realidad ecuatoriana".
Sin embargo, Nadino, Jessica y Lourdes opinan que no es suficiente con reconocer la importancia de la cultura y el lenguaje de la población indígena, sino que ese reconocimiento debe ir acompañado de una mejora de las condiciones de vida de ese sector de la población.
En las comunidades indígenas del Ecuador, la mayoría de los niños no termina el ciclo primario, hay altas tasas de desnutrición, y las de mortalidad infantil son más elevadas que las de la población en general. Además, los niveles depobreza son notablemente más altos que los de la población del país en su conjunto.
"Muchas personas indígenas no viven en las ciudades sino en el campo", comenta Nadino. "En las zonas rurales no hay hospitales ni atención médica, de manera que las enfermedades se propagan rápidamente y matan a muchos niños y niñas. En la ciudad, nadie se entera de todo esto. Por eso nos alejamos de nuestras comunidades para informar al mundo sobre lo que está sucediendo, para que se preste atención a los problemas de nuestras comunidades".
Trabajo en pro de los niños
Nadino quiere ser doctor de medicina tradicional en su comunidad amazónica cuando llegue a la edad adulta. Una de sus principales prioridades es laprotección de la tierra y las plantas mediante la limitación del desarrollo urbano desmedido.
Lourdes espera ser defensora y representante de los pueblos indígenas del Ecuador, especialmente de la niñez indígena, y quizá trabajar en las Naciones Unidas. Jessica, por su parte, quiere ser médica pediatra y abogada, para poder salvar vidas infantiles.
Los tres jóvenes ecuatorianos hicieron hincapié en la importancia de prestar ayuda inmediata a los niños y niñas de las comunidades indígenas del mundo.
"No es necesario esperar hasta que aparezca un gran puesto de trabajo para comenzar a trabajar en pro de los niños", aseguró Nadino. "Uno puede combatir los problemas en la propia familia o en la propia comunidad. Para eso no es necesario estar en una oficina enorme en las Naciones Unidas, porque es algo que se puede hacer en la propia aldea".
"Si yo estoy en una oficina en las Naciones Unidas, y hablo de los países donde mueren muchos niños, eso no es tan eficaz como trabajar en esos países, o en las aldeas donde los problemas se viven directamente, y donde es posible trabajar con resultados positivos".