Los fondos llegan y su efecto es multiplicador
Por Consuelo Crespo Bofill, Presidenta de UNICEF-Comité Español
Perú se suma, desde el pasado jueves, a la lista de países que por diversas razones se encuentran actualmente en emergencia. El terremoto que ha asolado la provincia andina de Ica ha abierto, de nuevo, un tímido debate sobre la necesidad de poner en marcha una estrategia global que prevenga lascatástrofes naturales y mitigue sus efectos de forma coordinada y eficaz. Al mismo tiempo, este tipo de fenómenos traen consigo una reflexión sobre la validez de los compromisos internacionales adquiridos por los países en materia de cooperación, y un recordatorio: el desarrollo es, definitivamente, un derecho universal.
Ambos, reflexión y debate, deberían mantenerse en el tiempo pasados los primeros efectos de la tragedia, porque es urgente y necesario lograr un consenso, centrar los esfuerzos y poner en marcha mecanismos que contribuyan a evitar en lo posible este tipo de catástrofes, de una vez por todas.
Cuando se produce un fenómeno de estas características, los medios de comunicación se vuelcan, difundiendo a diario informacion sobre la situación de los afectados, y sobre el propio proceso de desarrollo de la emergencia. Algunas de estas crónicas convierten la anécdota en el centro de la noticia, o generalizan sobre los distintos actores, formas y efectos de la ayuda, dando la sensación, en esa confusión, de que no es posible colaborar de forma real, eficiente y con resultados. Esta percepción provoca entre las personas que desean ayudar cierta inquietud y frustración y produce un impacto negativo sobre los sistemas de cooperación. Una situación que perjudica finalmente a los afectados por la tragedia.
Todos recordamos los efectos deltsunami que asoló el sudeste asiático en diciembre de 2004. Pero muy pocos sabemos que en todos los países afectados, antes de que hubieran pasado tres meses, esto es en marzo de 2005, el 87 % de la población infantil regresaba de nuevo a la escuela. Ése fue uno de los muchos resultados que se consiguieron, fruto de un trabajo riguroso, que hubiera sido imposible de lograr sin ayuda internacional.
Es importante tener presente que, cuando el impacto mediático cesa, las organizaciones que están en la zona siguen trabajando. Lo hicieron antes, lo hacen durante y lo harán después de que la emergencia ocurra. Porque ésa es la única manera de que se gane la batalla a la pobreza y la desolación que una emergencia deja tras de si.
Desde el primer momento, el personal que trabaja en las organizaciones humanitarias pone toda su experiencia y sus recursos al servicio de los afectados, ofreciendo una acción planificada, basada en el conocimiento del pais y de su población. Un conocimiento que se actualiza diariamente tras analizar las necesidades y valora la capacidad de respuesta hacia ellas. Con esta información, se solicitan los fondos que son necesarios para hacer frente a la primera fase de respuesta y a las siguientes de reconstrucción.