Objetivo, Nigeria
En UNICEF, con apoyo de la Diputación de Cáceres, prestaremos ayuda integral a 500 niños y niñas que viven separados de sus familias en tres estados del noroeste del país africano asolados por los conflictos armados.
1/11/2019
Niños y niñas reclutados como soldados para sembrar el miedo en la población civil. Niñas secuestradas por grupos armados que son utilizadas como esclavas sexuales. Esta es la terrible situación que viven miles de niñas y niños separados de sus familias en el noroeste de Nigeria.
En este escenario desolador es donde desde UNICEF, con el apoyo de la Diputación Provincial de Cáceres, desarrollamos un programa humanitario con el objetivo de proporcionar ayuda integral a 500 niños y niñas, en los estados de Borno, Yobe y Adamawa, que se encuentran en situación de desprotección debido al conflicto armado que sufre esta zona del centro de África.
Todos los niños y niñas a quienes se atenderá con este programa tienen una característica común: están separados de sus familias, bien porque han sido abandonados, porque se han perdido o porque sus padres han fallecido como consecuencia de la guerra.
Esto hace que sean especialmente vulnerables a la violencia, al abuso y los malos tratos, como por ejemplo ser reclutados por grupos armados, la explotación sexual o la mendicidad organizada. En este sentido, el objetivo del proyecto que se desarrollará en Nigeria pretende romper este círculo de violencia y vulnerabilidad.
Nigeria: Triple línea de actuación
Nuestra iniciativa, que cuenta con una subvención de 30.000 euros de la Diputación cacereña, tiene una triple línea de actuación:
- La primera radica en trabajar para que los niños y niñas que viven separados de sus familias puedan volver con ellas o, si no es posible, encontrarles una familia de acogida. Además, se les proporcionará servicios básicos de salud y apoyo psicosocial.
- La segunda actuación tiene una dimensión educativa. En concreto, se ayudará a la escolarización de los niños y niñas a través de apoyo en las matrículas y materiales escolares, así como en la distribución de medicinas y ropa, . De esta forma, muchos niños y niñas podrán volver a la educación formal; para los demás, el proyecto les proporcionará acceso a cursos de formación profesional.
- Por último, el proyecto contempla el establecimiento de un sistema de gestión tecnológica de todo este proceso de protección infantil, para que sus resultados puedan perdurar en el tiempo, es decir, que el sistema de protección pueda mantenerse una vez que termine esta primera fase.
Nigeria: Perspectiva de género
Desde UNICEF apoyamos al Ministerio de Asuntos de la Mujer y Desarrollo Social en la provisión de programas para niñas afectadas por el conflicto, poniendo especial atención en las niñas separadas y no acompañadas, las supervivientes de la violencia sexual relacionada con el conflicto y aquellas que sufren o están en riesgo de cualquier tipo de estigma.
Estos programas persiguen la integración social plena de las niñas en sus familias y comunidades, incluyendo el apoyo psicológico y el acceso a la educación.
Todas nuestras intervenciones implementadas en el noreste de Nigeria,
tanto en educación, como en salud, nutrición, agua, saneamiento y protección infantil, están diseñadas para ser sensibles al género con objeto de satisfacer las necesidades tanto de niñas como de niños.
Las niñas que están en manos de grupos y fuerzas armadas están sufriendo una violencia física, verbal y sexual inusitada. Se les atribuye roles de absoluta sumisión con respecto a los adultos e incluso con respecto a sus iguales varones, siendo relegadas a tareas de servidumbre y siempre a disposición de los varones, sin posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.
Nigeria: Violencia inusitada sobre las niñas
A menudo, son utilizadas como esclavas sexuales lo que pone en riesgo su salud física (lesiones provocadas por las agresiones, ETS, VIH/SIDA, embarazos precoces, etc.), emocional y social (estigma y discriminación). Las posibilidades de acceder a una educación y de tener un desarrollo económico y social adecuado se reducen drásticamente.
Las niñas que han sido liberadas de grupos armados y aquellas supervivientes de explotación sexual y violencia de género son, a menudo, rechazadas además por sus familias y/o comunidades, lo que les convierte en dobles supervivientes del conflicto.
En estos casos, además de las consecuencias y los traumas de la violencia que se han visto obligadas a vivir, quedan marcadas por el estigma y la discriminación, con terribles consecuencias físicas, emocionales y sociales para sus vidas.
Esto es especialmente relevante cuando estas supervivientes de violencia basada en el género están embarazadas o tienen hijos o hijas fruto de la agresión. Muchas de ellas han sido condenadas a estar separadas de sus familias, o incluso tener que desplazarse a otra comunidad y, por lo tanto, tener que empezar de cero su vida, sin ningún tipo de protección social y con hijas o hijos a cargo.
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