Olas de calor: casi 500 millones de niños expuestos al calor extremo
En España, la frecuencia de las olas de calor se ha triplicado desde la década de los años 60
14/08/2024
En todo el planeta hay 500 millones de niños y niñas que viven en zonas donde soportan, al menos, el doble de días de calor extremo del que experimentaron sus abuelos. UNICEF ha trabajado en una comparación entre la media de temperaturas de 1960 y los años 2020-2024 y los datos son demoledores. La velocidad y la escala a la que aumentan los días extremadamente calurosos - aquellos donde se registran más de 35 grados Celsius - son una dura advertencia.
"Los días más calurosos del verano parecen ahora normales", ha declarado Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. "El calor extremo va en aumento, perturbando la salud, el bienestar y las rutinas diarias de los niños".
España: las olas de calor se han triplicado
En España, los datos tampoco son nada halagüeños. Hemos pasado de las cinco olas de calor que se sufrieron en los años 60, a cerca de 14 en 2020-24. Casi el triple. El 85% de los niños y niñas de nuestro país -6,4 millones- viven en zonas donde se ha duplicado el número de olas de calor y el 44% -3,3 millones-, en lugares donde se han triplicado. Además, la duración de las olas de calor ha aumentado de 4,4 a 5,5 días.
España no es una excepción en el continente europeo. En la región de Europa y Asia Central, el número absoluto de días de calor extremo ha aumentado de 5,8 a 9,7. Esto supone que 37 millones de niños y niñas viven en zonas donde los días de calor extremo se han duplicado.
Más de un mes de olas de calor
Parecería increíble de creer para nosotros: más de un mes de días extremadamente calurosos. Sin embargo, es la realidad en 16 países del mundo, si lo comparamos con hace seis décadas. En Sudán del Sur, por ejemplo, los niños y niñas viven una media anual de 165 días de calor extremo en esta década frente a los 110 días de los años sesenta. Por su parte, Paraguay ha pasado de 36 a 71 días.
Los niños y niñas de África Occidental y Central son los más expuestos a días extremadamente calurosos. 123 millones de niños y niñas -o el 39% del total de la región- experimentan ahora una media de al menos 95 días- con temperaturas superiores a 35 grados centígrados. Mali, Níger, Senegal o Sudán, son algunos de los países más afectados.
Las consecuencias del estrés térmico
La exposición reiterada al calor extremo conlleva evidentes amenazas para la salud y el bienestar, sobre todo, de los más pequeños. El calor aumenta la vulnerabilidad de niños y niñas frente a enfermedades infecciosas que se propagan a altas temperaturas, como la malaria y el dengue, afecta al desarrollo neurológico, la salud mental y el bienestar. En el caso de los niños y niñas amenazados, además, por la inseguridad alimentaria, se ha demostrado que el estrés térmico también contribuye a agudizar la desnutrición infantil.
Para las mujeres embarazadas, el estrés térmico se ha relacionado con complicaciones en el embarazo, como enfermedades crónicas gestacionales, y con resultados adversos en el parto, como mortinatalidad, bajo peso al nacer y parto prematuro.
"Los niños no son adultos pequeños. Sus cuerpos son mucho más vulnerables al calor extremo. Los cuerpos jóvenes se calientan más deprisa y se enfrían más despacio. El calor extremo es especialmente peligroso para los bebés debido a su ritmo cardíaco más rápido, por lo que el aumento de las temperaturas es aún más alarmante para los niños", ha explicado Russell.
Hay que actuar ahora
En los próximos meses, todos los Estados miembros Partes en el Acuerdo de París deberán presentar nuevos planes climáticos nacionales: las Contribuciones Nacionales Definidas (NDC 3.0). Estos planes marcarán el rumbo de la acción climática durante una década. Son una oportunidad con límite de tiempo para establecer planes concretos para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Desde UNICEF hacemos un llamamiento a los líderes, los gobiernos y el sector privado para que aprovechen esta oportunidad y adopten medidas climáticas urgentes y audaces que defiendan el derecho de todos los niños a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.