Pakistán: 2 millones de niños sin clases por las inundaciones
Desplegamos ya más de 500 escuelas temporales y formamos a los profesores para que puedan apoyar la salud física y mental de la infancia.
En una escuela temporal apoyada por UNICEF, Bena, de 6 años, contenta porque vuelve a clase. © UNICEF/UN0728306/Zaidi
03/11/2022
Más de dos meses han pasado ya de las inundaciones más graves en la historia de Pakistán y, sin embargo, la situación continúa siendo desoladora para la infancia. Las escuelas de más de 2 millones de niños y niñas siguen completamente inaccesibles después de que el agua destruyera o dañara cerca de 27.000 instalaciones en todo el territorio nacional.
Esto no solo afecta a la continuidad del aprendizaje, estos centros educativos son fundamentales también para ofrecer a los niños acceso a atención médica, apoyo psicosocial e inmunización.
Cuanto más tiempo permanezcan cerrados, mayor será el riesgo de que los niños y niñas lo abandonen por completo, aumentando su probabilidad de verse obligados a realizar trabajo infantil y contraer matrimonio precoz, así como de exponerse a otras formas de explotación y abuso.
Acceso limitado a la educación antes de las inundaciones
Niños y niñas participan de una clase en una de las escuelas temporales apoyada por UNICEF. © UNICEF/UN0728307/Zaidi
Muchos de los distritos más afectados ya se encontraban entre las comunidades más vulnerables de Pakistán. Antes de la emergencia actual, un tercio de los niños y niñas de las áreas damnificadas no iban a la escuela y el 50% sufría retraso en el crecimiento. Estas privaciones pueden verse aún más exacerbadas si el cierre de las escuelas es prolongado.
Durante el punto álgido de la pandemia, las escuelas de Pakistán estuvieron total o parcialmente cerradas durante 64 semanas —entre marzo de 2020 y marzo de 2022 —, uno de los cierres de centros educativos más largos del mundo.
Menos de seis meses después, la destrucción causada por las inundaciones extremas entraña que los niños y niñas en edad escolar se queden una vez más excluidos del aprendizaje. Los daños intensos a las infraestructuras, incluida la electricidad y la conexión a Internet, han prácticamente imposibilitado la educación a distancia. Se estima que aún pasarán semanas, incluso meses, antes de que las aguas bajen por completo.
El director de Educación de UNICEF a nivel mundial, Robert Jenkins, cuenta después de su visita a las áreas afectadas que “casi de la noche a la mañana, millones de niños y niñas en Pakistán han perdido a sus familiares, sus hogares, su seguridad y su educación, en las circunstancias más traumáticas”.
Ahora, ante la incertidumbre de cuándo podrán volver a la escuela, están haciendo frente a esta nueva amenaza para su futuro.
Ya estamos en marcha: 500 escuelas temporales instaladas
Niños y niñas participan de una clase en una de las escuelas temporales apoyada por UNICEF. © UNICEF/UN0728307/Zaidi
UNICEF ha establecido ya más de 500 escuelas temporales en los distritos más afectados dando apoyo a casi 43.000 estudiantes, de los cuales más de 18.000 son niñas. También proporcionamos material escolar a maestros y alumnos.
A la vez, estamos dando formación a los profesores para que puedan ofrecer a los niños y niñas atención psicosocial y hacer algunos controles sanitarios, para dar soporte a la salud física y mental infantil.
Estamos preparando la vuelta al cole y las actividades de inscripción en aquellas escuelas que ya han pasado el proceso de rehabilitación. UNICEF ha apoyado las labores de limpieza y desinfección de escuelas en cinco distritos, permitiendo que más de 29.000 alumnos reanuden su educación, más de 11.000 son niñas.
Así, el total de estudiantes que acceden a oportunidades de aprendizaje a través de nuestras intervenciones educativas alcanza los 72.565.
“Para algunos niños y niñas, que nunca antes habían estado matriculados en la escuela, estos centros temporales son su primera experiencia de aprendizaje. Necesitamos hacer todo lo que podamos para asegurarnos de que sigan aprendiendo cuando vuelvan a sus hogares”, concluye Jenkins.