Resiliencia y esperanza: 5 historias inspiradoras para 2024
Compartimos 5 relatos conmovedores de niños y niñas que nos recuerdan que el mundo debe seguir avanzando hacia un futuro en el que la infancia tenga una vida saludable, una educación de calidad y esté protegida de abusos y violencia.
La vacuna contra la malaria llega a más niños
Umar Faruk Malik, de 6 meses, recibe, en brazos de su empática madre, la primera dosis de vacuna contra la malaria que llevamos a Malawi. Desde que en 2019 se introdujera esta vacuna en países como Ghana y Kenia, la mortalidad infantil se ha reducido un 13% y han disminuido las enfermedades palúdicas graves y las hospitalizaciones.
Pero todavía un niño menor de cinco años muere cada minuto por malaria. Por eso es fundamental que la vacuna llegue a cada vez más países y, gracias a nuestro trabajo conjunto con Gavi y la OMS, durante los próximos dos años, llevaremos a 12 países de África 18 millones de dosis de la primera vacuna del mundo contra la malaria.
Virajsinh sigue aprendiendo
La escuela primaria de Vadodara, en el distrito de Gandhinagar, en la India, es donde Virajsinh Ashoksinh Rathod estudia 8º curso. Allí va feliz cada día y tiene un fuerte vínculo con sus profesores.
Sin embargo, su inicio escolar fue difícil: cuando empezó el colegio en primer curso, tenía problemas de atención, parecía desconectado y mostraba un comportamiento hiperactivo, lo que le dificultaba que pudiera concentrarse en clase.
Tras varias consultas en el hospital, a Virajsinh se le diagnosticó un 60% de autismo. A pesar de este diagnóstico, la dirección de la escuela, los profesores y los educadores especiales unieron sus fuerzas para crear un entorno de apoyo que permitiera a Virajsinh seguir estudiando.
La experiencia educativa de Virajsinh se ha adaptado a sus necesidades. La escuela ha creado entornos de clase estructurados, ha incorporado pausas sensoriales en su horario y ha fomentado el apoyo entre compañeros. Estas medidas han contribuido significativamente a que Virajsinh pueda comprometerse más eficazmente con su educación.
Mohammad encuentra su pasión
“Soy físicamente diferente a los demás, y me enfrento a retos por ello en mi día a día, cosa que ellos no. Pero no me siento diferente, ni mental, ni psicológicamente, y poseo las habilidades que necesito para desarrollarme”. Mohammad, de 16 años, es una fuente de inspiración.
Su discapacidad -nació con parálisis en las extremidades inferiores- no le ha impedido convertirse en fotógrafo. Y, a través de sus imágenes, visibiliza su mundo: "Quiero mostrar a la sociedad que las personas con discapacidad tienen capacidades especiales y que sus limitaciones no impiden su voluntad de salir adelante".
Debido al conflicto en Siria se vio obligado a dejar la escuela durante dos años, pero gracias a uno de nuestros programas de protección social integrada para niños con discapacidad, su familia pudo comprar libros, material escolar y costear el transporte al colegio. Allí, Mohammad descubrió su pasión por la fotografía.
Gracias a su tesón ha iniciado su propio proyecto, documentando la vida y el talento de las personas con discapacidad. Ahora, desea estudiar en la facultad de Letras y sueña con convertirse en director de cine y actor de teatro.
Sanad vence a la desnutrición
"Estaba muy asustada cuando mi hijo enfermó", recuerda Raneem. Su hijo Sanad, de 4 meses, había estado vomitando y sufría una aguda diarrea. "Me subí a una moto a las dos de la mañana. Las mujeres de nuestro pueblo no suelen ir en moto, pero a mí me daba igual. Temía por mi hijo y hubiera hecho cualquier cosa para ayudarlo".
En el hospital le dijeron que Sanad, como millones de niños yemeníes, sufría desnutrición aguda grave. Afortunadamente, el hospital cuenta con un centro de alimentación terapéutica que apoyamos desde UNICEF. En este espacio, los niños, las niñas y sus cuidadores pueden acceder a la atención sanitaria y nutricional que necesitan urgentemente.
"Me ayudaron en todo. Recibieron a mi hijo y empezaron a tratarlo inmediatamente", nos cuenta Raneem. Los médicos le dieron antibióticos y algunos medicamentos para la anemia y proporcionaron al pequeño un tratamiento nutricional esencial.
Gracias a esta atención médica y nutricional que recibe, Sanad está mucho más sano. "Puedo ver lo mucho que ha cambiado, mi bebé por fin sonríe y ríe. Me hace muy feliz", explica Raneem.
La historia de Sanad es común en países afectados por conflictos como el suyo, Yemen. Y los millones de niños y niñas afectados por desnutrición merecen el mismo futuro que Sanad.
Musa recupera la sonrisa
"Mi madre vino y me dijo: '¡Despierta! ¡Hay un terremoto!'. Salí fuera y me cayó algo encima". Es lo único que recuerda Musa, de seis años, de la noche del seísmo que golpeó Siria en febrero. Una pared de su casa se derrumbó sobre él durante el devastador desastre, dejándolo herido y obligando a su familia a huir y buscar un refugio improvisado.
Tres meses después de los devastadores terremotos de Turquía y Siria, pudo abandonar con su familia la tienda de campaña en la que sobrevivían cerca de su casa en Jandairis para trasladarse a un nuevo hogar.
Aunque todavía lidian con las consecuencias del terremoto, Musa ha recuperado su sonrisa y su alegría gracias al apoyo psicosocial que recibió de nuestros compañeros y compañeras que trabajan en la zona.
Vuestra ayuda se convierte en esperanza
Nuestro trabajo durante todo el año 2023 ha conseguido que se vivan historias de superación como todas estas, y solo ha sido posible gracias al incondicional apoyo de nuestros colaboradores, socios y donantes.
Juntos, hemos afrontado desafíos como conflictos armados, epidemias y crisis humanitarias agravadas significativamente por el cambio climático, para evitar que el sufrimiento de niñas y niños se multiplicara.
Viendo todo lo que hemos podido lograr, recibimos el nuevo año con renovada esperanza, conscientes de que contaremos con vuestro apoyo para seguir protegiendo, cuidando y promoviendo el bienestar de la infancia en todo el mundo.
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