UN AÑO DESPUÉS DE LA TRAGEDIA DE BESLÁN, UNICEF PIDE QUE SE PROTEJA A LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS
UNICEF recordó hoy el primer aniversario de la tragedia que se produjo en la escuela de Beslán con una petición a todos los adultos para que protejan a los niños y las niñas contra las repercusiones de los conflictos armados.
Hace un año, un grupo de personas armadas invadió la Escuela No. 1 de Beslán, en la Federación de Rusia, que en esos momentos estaba llena de alumnos y familias celebrando el primer día del año escolar. Tres días después, la toma de la escuela terminó con más de 170 niños y niñas y cientos de adultos muertos.
Los habitantes de Beslán se han unido en torno a los más pequeños. Y los propios niños y niñas han establecido vínculos entre ellos por encima de las divisiones religiosas o étnicas. “Esta comunidad –aunque marcada por la situación– marcha rumbo hacia la recuperación”, dijo la Directora Regional de UNICEF para Europa Central y del Este y la Comunidad de Estados Independientes, Maria Calivis.
“Hoy, nos unimos a las familias de Beslán para recordar a aquellos que murieron en la toma de la Escuela No. 1”, dijo Calivis. “Durante aquellos tres días de septiembre de 2004, el carácter sagrado de la infancia sufrió un terrible ataque. Se tocó el fondo de la inhumanidad”.
El ataque a la Escuela No. 1, y los trágicos sucesos que ocurrieron después, fueron parte de una oleada de ataques violentos contra la infancia. En otras partes del Cáucaso septentrional, en Darfur, en la República Democrática del Congo, a través de la explotación sexual e incluso en sus propias casas, muchos niños y niñas de todo el mundo sufren los efectos de una violencia horrible.
“Ha llegado la hora de hacer un balance”, dijo Calivis. “No estamos haciendo lo suficiente por la infancia. Podemos hacer mucho más”.
Un programa de educación para la paz
Mucho antes de la tragedia de Beslán, UNICEF ya había implantado un programa humanitario en la región del Cáucaso septentrional. Como resultado, el personal de UNICEF ubicado en Vladikavkaz pudo reaccionar inmediatamente ante las consecuencias de la toma, y distribuyó medicamentos en los hospitales de un día para el otro.
UNICEF facilitó materiales educativos a las seis restantes escuelas de la zona para que pudieran acoger a los niños y niñas sobrevivientes de la Escuela No. 1.
Aunque se han resuelto las necesidades físicas inmediatas de los niños y las niñas, todavía persisten las secuelas psicológicas. Todos los niños de Beslán sufrieron de alguna manera las consecuencias de la tragedia. UNICEF todavía presta apoyo a equipos de consejeros en las escuelas y las comunidades, cuya misión es ayudar a los niños y las familias arehacer sus vidas. Con miras al futuro, UNICEF ha iniciado un programa de Educación para la Paz y la Tolerancia destinado a los niños y los adolescentes de Ossetia del norte, Ingushetia, Chechenya, Kabardino-Balkaria y Dagestán, con el objetivo de fomentar el diálogo y la tolerancia entre los niños y las niñas de estas repúblicas problemáticas.