Un día entre quienes huyen del conflicto de República Democrática del Congo
Jaya Murthy es parte del personal de UNICEF en República Democrática del Congo. Tras haber sido testigo del rebrote de la violencia en el este del país y de sus consecuencias sobre miles de personas obligadas a huir, nos relata cómo es un día en el campamento de desplazados de Kibati
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Por Jaya Murthy Campamento de Kibati, República Democrática del Congo, 18 de noviembre de 2008 – En las últimas semanas más de 100.000 personas han huido de sus hogares a causa del conflicto y la creciente inseguridad en el este de la República Democrática del Congo. Mientras escribo esto, 35.000 más están preparándose para huir. En los dos últimos meses y medio, cerca de 250.000 personas han dejado sus casas atrás. Más de un millón de personas en Kivu Norte (el 20% de la población de esta provincia) son ahora desplazados internos.
He pasado un día en el asentamiento para desplazados de Kibati, a 9 km. de Goma, la capital de la provincia. Más de 60.000 personas han llegado aquí desde que el conflicto se intensificó. Miles de ellos han tenido que huir varias veces. La huídase ha convertido en algo “normal” en sus vidas.
Vacunas para 13.000
Cuando llegamos a Kibati el 13 de noviembre vimos cientos, si no miles, de personas de camino al campamento. La mayoría erandesplazados. Saben que, si la seguridad lo permite, hoy recibirán asistencia básica. UNICEF y sus aliados están llevando a cabo una campaña de emergencia de vacunación contra el sarampión y la polio para 13.000 niños. El sarampión es muy contagioso y se expande rápidamente en las aglomeraciones. Las vidas de cientos de niños y niñas están en peligro si la amenaza del sarampión no se contiene inmediatamente. Además de las vacunaciones, se está administrandovitamina A, para mantener a los niños a salvo de infecciones respiratorias y otras enfermedades. Las enfermedades respiratorias son la segunda causa de mortalidad infantil en el país y pueden aumentar entre los niños desplazados que tienen que dormir al aire libre.
Agua potable, saneamiento e higiene
Camiones cisterna con agua potable están llegando al campamento. Esta es la única fuente deagua limpia accesible a la población desplazada. Enfermedades contagiosas relacionadas con la mala calidad del agua, como el cólera y la diarrea (la tercera causa de mortalidad infantil en el país) han aumentado en la zona en los últimos días.
Para aumentar la protección frente a estas enfermedades se están instalando cientos de letrinas. Las letrinas son esenciales para contener la contaminación por aguas fecales en áreas superpobladas como esta.
Además se está incentivando la promoción de una buena higiene. Tanto el cólera como la diarrea pueden frenarse si la gente sabe que lavarse las manos es fundamental para reducir el contagio. Equipos de especialistas recorren el campamento para aconsejar a la población sobre el agua potable, el uso de las letrinas y el lavado de manos.
Ayuda en salud y nutrición
Para reducir aún más las tasas de mortalidad, se han distribuido 15.000 equipos de supervivencia, con utensilios domésticos básicos y equipamiento de emergencia para refugios, como mantas, ropa, utensilios de cocina, bidones, jabón y mosquiteras para prevenir el paludismo (la primera causa de mortalidad infantil en el país). En un centro de salud hay medicinas gratuitas. Cientos de niños y madres han recibido tratamiento para enfermedades y heridas. El personal de enfermería ha informado de casos de paludismo y otras enfermedades, con cada vez peores consecuencias para los niños desnutridos.
Las galletas energéticas que hace una semana se distribuyeron a más de 15.000 niños pueden haber ayudado a contener el aumento de los niveles de desnutrición. Incluso así, una reciente supervisión nutricional ha identificado a más de 100 niños gravemente desnutridos, que están recibiendo asistencia urgente.
Mientras, equipos especiales tratan de identificar a los niños que han sido separados de sus padres y sus familias. Más de 150 niños que están solos, muchos de apenas 2 años, has sido identificados en los tres días previos. Están siendo acogidos por familias mientras se busca a sus familiares y puedan reunirse con ellos tan pronto como sea posible.
La educación, interrumpida. Los niños, se apañan
En un edificio de madera, un grupo de líderes comunitarios, profesores, padres y personal de UNICEF están discutiendo sobre cómo habilitar un espacio para la enseñanza en las escuelas que ahora sirven de refugio a los desplazados y de campamento a los soldados. Si no se encuentra una solución, la educación continuará temporalmente interrumpida o inaccesible para cientos de niños.
A las puertas de una escuela, unos 20 niños y niñas cantan y bailan al ritmo de un tambor. Es una forma deterapia que les consuela. Otro niño estudia tranquilamente en un banco un poco más lejos. Otros juegan al fútbol con un montón de bolsas de plástico atadas.
Los niños están encontrando sus propios medios para afrontar la situación. Supervivencia
Mientras estas intervenciones están teniendo lugar en el campamento, la línea de combate se encuentra tan solo a unos pocos kilómetros de distancia. Otra oportunidad de volver a escapar de la violencia se encuentra también cerca: para conseguir una mayor protección, la gente de aquí tendrá la oportunidad de ser realojada en los campos del otro lado de la ciudad de Goma.
Sin embargo, seguimos profundamente preocupados por las decenas de miles de personas que aún permanecen fuera del alcance de la ayuda de UNICEF, debido a la continua violencia. Tan pronto como aparezca la más pequeña posibilidad de acceso, UNICEF y sus aliados harán llegar estas intervenciones de emergencia ofrecidas en Kibati allá donde sean necesarias.
La supervivencia de miles de niños y mujeres inocentes depende de ello.