Un mes de acción de emergencia en Haití
Pasado un mes tras el terremoto que sacudió Haití el 12 de enero de 2010 es momento para hacer un primer balance. La catástrofe tuvo un doble impacto: sobre la población y sobre las propias organizaciones de ayuda humanitaria. Pero a pesar de las dificultades y del gran reto que queda por delante, UNICEF y sus aliados continúan con su compromiso de seguir adelante con sus actividades, para devolver a la infancia haitiana lo que el terremoto les quitó. Sobre la base de los logros de emergencia conseguidos hasta el momento se planifica una reconstrucción que permita a la infancia sobreponerse a la tragedia
Tras esta catastrofe, UNICEF y sus aliados de las Naciones Unidas, del Gobierno haitiano y de las organizaciones no gubernamentales han organizado un esfuerzo masivo de ayuda humanitaria, distribuyendo suministros de ayuda humanitaria a quienes más los necesitan.
La situación es muy grave, en un país que ha sufrido una doble emergencia, debido a que el terremoto también causó daños en las organizaciones de ayuda humanitaria establecidas en el país. “Un país que antes ya estaba de rodillas ahora está realmente al límite”, afirma El Director de Operaciones de Emergencia de UNICEF, Loius-Georges Arsenault.
Un trabajo centrado en la infancia
La dimensión de las necesidades humanitarias en la zona del terremoto, ha hecho que el esfuerzo humanitario sea enorme desde el 12 de enero. Pero aún queda mucho por hacer en respuesta a esta “emergencia de la infancia”, en la que cerca del 40% de la población tiene menos de 14 años.
“En lo que UNICEF se ha centrado en el primer momento es en la supervivencia”, indica Arsenault. “Hemos sido capaces de ponernos al día rápidamente con el suministro de agua, que ha sido nuestra principal actividad orientada a salvar vidas”.
El suministro de agua potable tras una catástrofe es fundamental para evitar que las enfermedades infecciosas empeoren aún más la situación de emergencia. UNICEF tiene una larga experiencia liderando la distribución de agua potable, así como las actividades relacionadas con la provisión de saneamiento e higiene en emergencias.
El trabajo de UNICEF en agua y saneamiento está siendo complementado por la distribución de alimentos, en conjunto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y por otras acciones de emergencia.
Acción conjunta en los campamentos de desplazados
Un mes después, más de 900.000 personas están recibiendo agua potable diariamente en 300 puntos de distribución en Puerto Príncipe, Leogane y Jacmel. Se están instalando sistemas de saneamiento en campamentos en las áreas afectadas y más de 3.000 letrinas han sido ya habilitadas, tan sólo en Puerto Príncipe, por UNICEF y sus aliados: Oxfam, CARE y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Debido al elevado desplazamiento de la población, las tasas de malnutrición (que ya eran altas en Haití en los mejores tiempos) pueden subir. UNICEF y sus aliados han dispuestomás de 80 puntos para el tratamiento ambulatorio de la malnutrición severa y aguda. Mientras tanto, la red de distribución de alimentos del PMA continúa atendiendo las necesidades alimentarias de la población desplazada.
“La respuesta humanitaria continuará durante un tiempo, no hay duda sobre eso”, afirma Arsenault, incidiendo sobre el hecho de que llegar a cientos de miles de desplazados continúa siendo uno de los principales desafíos, “no sólo para UNICEF, sino para toda la comunidad internacional”.
Protección infantil y educación
Más allá de las cuestiones de supervivencia básica, la preocupación central de UNICEF durante este mes de acción humanitaria ha sido la seguridad de los niños y niñas huérfanos o separados de sus familias. UNICEF ha estado registrando a estos niños y ubicándolos en instalaciones “amigas de la infancia”, mientras se trabaja en la búsqueda de su familia o de sus familiares más cercanos. Pero la presión continúa; ha habido informes de menores no acompañados que han sido presa de traficantes y llevados ilegalmente fuera del país.
A medida que se atienden las cuestiones de protección infantil, otro asunto emergente es la educación. Con aproximadamente 5.000 escuelas dañadas y la mitad de la población escolar afectada, el sistema educativo haitiano casi ha dejado de funcionar.
“Todas las actividades escolares han quedado interrumpidas, no sólo en la áreas afectadas por el terremoto, sino también en el resto del país, debido al estado de emergencia y a causa de la fuerte migración de los desplazados”, explica Guido Cornale, Representante de UNICEF en el país. “Es un desafío al que estamos haciendo frente ahora”.
En respuesta, UNICEF ha enviado kits de “escuela en una maleta”, que contienen materiales básicos de enseñanza y aprendizaje. En colaboración con el Ministerio de Educación, el objetivo de UNICEF es llevar de vuelta a la escuela a tantos niños y niñas como sea posible.
El compromiso continúa
A pesar de las dificultades y del gran reto que queda por delante, UNICEF y sus aliados continúan con su compromiso de seguir adelante con sus actividades, para devolver a la infancia haitiana lo que el terremoto les quitó. Además, están reforzando las intervenciones para asegurar que los niños y niñas sean capaces de sobrevivir e incluso prosperar tras la tragedia. Su futuro y el de su país depende de que la reconstrucción sea capaz de mejorar lo que anteriormente existía.