UNICEF en Sri Lanka
Después de varios meses de intensos combates en el norte del país, la población que ha quedado atrapada en la zona de fuego vive una situación cada vez más desesperada. Quienes consiguen huir, arriesgando sus vidas y dejandolo todo atrás, viven ahora en campamentos de desplazados donde necesitan ayuda para obtener lo más básico: agua, alimentos, refugio y educación y protección para sus niños. UNICEF colabora con otras organizaciones humanitarias para prestar asistencia inmediata a estas familias
Decenas de miles de civiles han quedado atrapados en la zona de conflicto donde el ejército de Sri Lanka y los Tigres de Liberación de Tamil Eelam mantienen intensos combates. Entre ellos, un gran número de niños y niñas que no han podido escapar de la intensa fase final del conflicto bélico.
Muchos de ellos están muriendo. Pero pese al agravamiento de los combates, el mayor temor de UNICEF es que la situación sea mucho peor en el futuro.
Quienes lograron escapar de los combates se alojan en campamentos cercanos a las poblaciones de Vavuniya y Jaffna. En los últimos 20 días se ha triplicado el número de refugiados hasta los 200.000. Muchos de ellos llegan a los campamentos exhaustos, hambrientos y traumatizados.
Ayuda a los desplazados
UNICEF trabaja incansablemente para dar respuesta a muchas de las necesidades inmediatas de los desplazados. Ante la abrumadora demanda de agua potable y servicios de saneamiento, UNICEF y sus aliados suministran agua para el consumo y construyen rápidamente letrinas e instalaciones sanitarias en los campamentos.
Además de ello, UNICEF organiza centros de alimentación para los niños desnutridos y presta ayuda a los hospitales para que cubrir las necesidades de atención de la salud maternoinfantil. La organización también distribuye botiquines de higiene y de primeros auxilios, utensilios de cocina, pastillas potabilizadoras de agua y materiales de enseñanza, aprendizaje y recreación. UNICEF también construirá aulas provisionales, de manera que los niños y niñas desplazados puedan reanudar su educación escolar.
Al mismo tiempo, UNICEF respalda la prestación de servicios de orientación psicosocial a los niños y niñas afectados por el conflicto y las labores de identificación de los niños separados de sus familias y los menores no acompañados.
Un duro impacto sobre los más indefensos
Entre quienes reciben apoyo de UNICEF figuran Tharshini y su hija, Anandi. Cercados por un intenso tiroteo, Tharshini y su marido se lanzaron a las aguas del lago con Anandi, su hija de apenas dos semanas, en brazos. Además de la constante amenaza de los disparos y bombardeos, la familia de Tharshini carecía de alimentos y agua en el pequeño sitio donde había quedado aislada.
Durante la huída, esquivando las balas e intentando que la pequeña Anandi no se ahogara, el marido de Tharsini fue abatido. Sobrecogida por la pérdida de su marido, vadeó los 30 o 40 metros que faltaban para llegar a la otra orilla, donde las tropas gubernamentales le prestaron ayuda a ella y a su hija y las llevaron a un campamento de desplazados.
Tarshini dice que Anandi ha recuperado su aspecto saludable, pero no puede concebir que la niña nunca conocerá a su padre. "Era un buen hombre", dice Tharshini. "Era un agricultor muy trabajador. Hace un año también instaló un pequeño comercio. Ahora no tenemos nada, y mi marido está muerto".